sábado, 2 de mayo de 2015

La Butaca

 Hace tres meses nació Lourdes, mi segunda hija, una niña preciosa. En la primera revisión médica después  del parto me detectaron un bulto en un pecho y me remitieron con urgencia al correspondiente servicio de salud para hacer las pruebas pertinentes. Aunque aseguraba estar tranquila, lo cierto es que he pasado unas semanas perseguida por las dudas, el miedo y la incertidumbre, sobre todo pensando en qué sería de mis hijas si me sucedía algo malo. Ayer me dieron los resultados: todo ha sido una falsa alarma. Escribo estas líneas llorando de alegría porque me apetece compartirla con todos los lectores de este periódico que leo todos los meses de cabo a rabo.

      Desde Logroño informó para 30 días Clara.

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