miércoles, 31 de enero de 2024

PORTADA

 

     Queridos lectores: Acaba de salir el número 116 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

 

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus noticias con dos sencillas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y reales. Y segunda: que las envíes a mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Cuento contigo.

 

    CONTENIDO

 

    LA VITRINA: El libro para febrero: Unorthodox, de Gebora Feldman. A leer que los libros y los años hacen sabios. 

    MESA CAMILLA: Las negligencias a los médicos les salen gratis (última columna de enero publicada en www.salamancaaldia.con).

    CAJÓN DE SASTRE: Historia de los años bisiestos.

    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Feliz 2024, sin punto ni espacio tras el primer dos.

 

    LA BUTACA: Un español ejemplar.

    CARTA a… Rafael Nadal (tenista español).

    COSAS DE GARIPIL: La tormenta de granizo (XXV capítulo de Bella Luna).

 

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

 

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

 

    María Jesús Sánchez Oliva.

 

    Seguidores de Honor:

    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.

    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.

    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.

    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

    Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

 

 

 

 

 

LA VITRINA

Queridos lectores: En este número soy yo el elegido para invitaros a leerme. Por si decidís aceptar mi invitación, me presento y os adelanto mi contenido.

 

Mi título: Unorthodox.

 

MI autora: Debora Feldman.

 

Mi reseña:

 

 Como miembro de los satmar, una comunidad de judíos ultraortodoxos de Williamsburg (Brooklyn, Nueva York), Deborah Feldman crece bajo un estricto código de normas que rige desde su idioma -el yiddish- o su indumentaria hasta sus lecturas y las personas con las que se le permite relacionarse. Siendo adolescente, intuye que puede existir una forma de vida alternativa entre los rascacielos de Manhattan, y se debate entre la responsabilidad de ser una buena judía jasídica y sus anhelos de independencia, como los que anidan en las protagonistas de las novelas de Jane Austen o Louisa May Alcott que lee a escondidas de su familia. Pero pronto se ve atrapada en un matrimonio concertado que resulta frustrante, sexual y emocionalmente. Todo cambia cuando, a los diecinueve años, da a luz a su hijo y comprende que, a pesar de todos los obstáculos, ha de encontrar para ambos un camino hacia la libertad.

 

Firmado: Unorthodox.

 

Si abres mis hojas, abriré tus ojos.

 

 

MESA CAMILLA

              Las negligencias a los médicos les salen gratis

 

      La Consejería de Sanidad de Castilla y León tendrá que indemnizar a los familiares de una persona por provocarle la muerte por coronavirus. La víctima acudió al hospital por otra patología, fue ingresada en una sala de contagiados, contrajo el virus y murió sin ser tratada de la dolencia que la llevó al centro.

 

      Durante la pandemia fueron muchas las personas que fallecieron sin recibir asistencia médica, por ser mal atendidas en los hospitales, o por no recibir más asistencia que un diagnóstico por teléfono y una recomendación que valía para todos. No son pocas las familias que han denunciado los hechos pero ninguna de las denuncias había prosperado. No era fácil dar abasto, somos conscientes de ello, pero no nos engañemos, las denuncias por negligencias médicas, que no deben confundirse nunca con errores involuntarios, no surgieron con la pandemia, ya se ponían antes y se seguirán poniendo a pesar de esta sentencia.

 

      Los médicos, por mucho que se quejen, siempre contaron con todos los privilegios oficiales. Por irnos lejos, cuando los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de la España musulmana, fueron más benévolos con los que ejercían la medicina que con el resto de los profesionales, y por quedarnos cerca, durante la dictadura, se les permitió cobrar a los vecinos, por “Visitas suplicadas”, ponían algunos en los recibos para que encima les agradecieran el favor con un gallo que nunca rechazaban, con un buen jamón o con el aguinaldo por Navidad, la todavía recordada por muchos Iguala, además de cobrar por consultas privadas lo que les diera la gana. Y esta sentencia, como la mayoría de las que antes de la pandemia dieron la razón a los familiares, deja claro que seguimos en las mismas: el juez reconoce los hechos y está bien, la familia percibirá el dinero correspondiente, que es triste, además de que también puede tener consecuencias negativas, tener que cobrar por esto, pero de momento a nadie se le ha ocurrido otra forma mejor para recompensar la pérdida, pero pagarlo lo pagará la Consejería de Sanidad  de Castilla y León, es decir, los ciudadanos.

 

      Por lo tanto las negligencias a los médicos siempre les salen gratis y, si ni tienen que poner dinero de su bolsillo, ni tienen que dejar de ejercer la medicina aunque solo fuera temporalmente, para qué van a temer las consecuencias…

 

María Jesús.