lunes, 9 de noviembre de 2020

PORTADA

 

     Queridos lectores: Acaba de salir el número 84 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

 

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus noticias con dos sencillas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y reales. Y segunda: que las envíes a mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Cuento contigo.

 

    CONTENIDO

 

    LA VITRINA: Título del libro: La abuela civil española. Autora: Andrea Estefanoni. 

    MESA CAMILLA: Buscadores de culpables.

    CAJÓN DE SASTRE: Carta de José Mª Valle a Pilar de la Sota.

    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Los cargos, sin mayúscula inicial.

    LA BUTACA: Primer juez ciego en España.

    CARTA a… Don Miguel Delibes.

    COSAS DE GARIPIL: Octava anécdota de Humor a ciegas.

 

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

 

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

 

    María Jesús.

 

    Seguidores de Honor:

    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.

    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.

    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.

    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

    Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

 

 

 

 

LA VITRINA

¡Hola! No soy ni el mejor ni el peor, soy un libro, y este mes el elegido para invitarte a leer. Me presento pues:

 

Mi título: La abuela civil española.

 

Mi autora: Andrea Stefanoni.

 

Mi reseña:

 

 "Las guerras no terminan nunca del todo", se dice en algún lugar de esta novela de Andrea Stefanoni (Buenos Aires, 1976). Y si la frase puede resultar sentenciosa, no cabe duda de que los recuerdos de las experiencias de una guerra perduran por encima de cualquier contingencia. Y perduran porque se transmiten a los descendientes.

 

 Consuelo, la abuela del título, era aún una niña de un pueblo de León que, al comienzo de la Guerra Civil, se afana en el monte reuniendo las ovejas, protegiéndolas de los lobos, y en la posguerra trabajará en una mina. Tras su boda con Rogelio, un antifranquista sentenciado a muerte, al que no obstante liberan tras varios años en la cárcel, el matrimonio y una hija tienen que dejar el pueblo por temor a la represalia de un falangista al que Rogelio engañó al comienzo de la contienda.

 

 Se convierten así en emigrantes, y en Buenos Aires inician una nueva vida. Nunca regresarán a España. Se instalan en una isla del delta del Tigre, trabajando de caseros, y allí les nace otro hijo y luego nacerán los nietos. Uno de ellos, Sofía, es quien narra su itinerario vital, al recibir la noticia de una caída de Consuelo, de 87 años, que pone en marcha los recuerdos de familia y la preocupación de la nieta, decidida a “correr hacia la sangre de mi abuela”.

 

La novela apenas disfraza la memoria familiar, pero tampoco se cimienta en el sentimentalismo, que habría llevado la narración al exceso emotivo. Muy al contrario, sirviéndose de frases breves, con un punto lírico bien atenuado, Andrea Stefanoni reconstruye 75 años de la biografía de sus abuelos, sin preocuparse por llenar los huecos ni agotar sus vicisitudes. Y aunque mucho de lo que narra ha sido ya contado, en su aspecto más general, de mil maneras, consigue dotar de una particular frescura a su rememoración con un tácito fervor que no condesciende al énfasis. No hay en estas páginas esa coloración de época que exalta la entereza, la honradez o la resignación, y no recrudece las vejaciones y la infamia de la historia; con trazos sutiles, esboza la supervivencia sin heroicidad ni estridencia de la gente común, cuyas vidas, conocidas en detalle, se resuelven en figuras de admiración por su energía y resistencia, y por haber construido una severa dignidad que suscita en la nieta un modelo de vívida ejemplaridad.

 

La abuela civil española se instituye así en una especie de visado para identificar mejor de dónde venimos y reconocer la deuda que implica a cada uno con su propia historia familiar. Stefanoni ha recogido brillantemente unas vidas oscuras en las que todos podemos ver trazas personales de la memoria colectiva. Su evocación sesgada de la Guerra Civil en los montes de León es admirable, como también su precisión para expresar, en unas pocas líneas, la atmósfera de represión en la escuela donde se imponía el deber de delatar al compañero, “y todos tenían más o menos aprendida y agilizada la función de señalar al otro en nombre del sistema”. Su retrato de la madrastra de Consuelo, trazado con breves pinceladas, nos encauza a la congoja infantil de la confusión. El miedo a la venganza se revuelve con la huida, sin mencionar el miedo, que vibra constantemente en el recelo de Rogelio y le durará hasta su muerte.

 

La prosa de Stefanoni es un prodigio de exactitud e indecisión, como si tanteara el mejor modo de expresar los recuerdos cedidos por sus abuelos. Y hay que constatar que esos recuerdos propician las páginas más excelentes, las referidas a España, antes de embarcarse rumbo a Buenos Aires. La pobreza, la guerra, el tortuoso derrotero de los protagonistas hasta hallar una vivienda digna conforman una aflicción que se repite hoy en muchos lugares del mundo. De ahí la oportunidad de esta novela que, aunque referida a otra época, permite una lectura palpitante del drama de la emigración. Pero, más allá del paralelismo, La abuela civil española se despliega como una lealtad a un legado de placidez y ternura, que lleva a la narradora a decir: “Ser feliz es tener un recuerdo inolvidable”. Su libro demuestra que no es una frase vacía.

 

Feliz lectura.

 

MESA CAMILLA

Buscadores de culpables

 

Aunque es cierto que una minoría de ciudadanos no parecen dispuestos a colaborar, podemos decir que el único culpable de la pandemia, hasta que no se demuestre lo contrario al menos, es el Coronavirus, él contagia, él mata, él enferma y va dejando secuelas, y que los verdaderos responsables de que cause más daño del que corresponde a un país desarrollado como el nuestro, si es que tras lo que se está descubriendo podemos seguir considerándolo desarrollado, son los políticos, ellos llevan años destruyendo nuestro sistema sanitario, acabando con las residencias públicas de mayores y abandonando por completo las privadas, arruinando pequeñas empresas y en los dos meses de tregua que nos ha dejado entre las dos oleadas ni siquiera se han molestado en ponerle freno y eso que los expertos anunciaban el brote con la llegada del otoño. Normal. Para corregir errores, hay que empezar por reconocerlos, y ellos nunca son culpables de nada, la culpa es siempre de los ciudadanos.

 

 En este lío de confinamientos les ha tocado el turno a los bares, empezaron por ponerle horario de cierre, y aunque la medida era absurda, la cumplieron, les limitaron el número de clientes, les han hecho gastar lo que no han ganado en medidas de seguridad y por último les han obligado a cerrar a cal y canto durante quince días de momento. ¿Quién les ha dicho a estos señores que los bares y pequeños restaurantes no son también un servicio esencial? A estos establecimientos acuden todos los días a comer muchas personas que viven solas y camioneros y otros profesionales que por razones de trabajo pasan muchas horas o varios días fuera de casa y necesitan sus servicios. Generalmente son negocios familiares, trabajados por matrimonios para los que los clientes son amigos, vecinos, parte de su familia. Las ganancias tampoco son para poder vivir trabajando a medio gas y permaneciendo cerrados mucho tiempo. Aunque los dos estén dados de alta y paguen la cuota de autónomos, solo uno puede tener un sueldo asignado, hay que despachar muchos cafés para cobrar por las horas de trabajo que tienen que echar. Puede decirse que si ahorran para pasarse una semana en Benidorm cuando llegan las ferias es porque trabajando cuando los demás se divierten ni siquiera tienen tiempo de gastarlo. Se entiende pues que estos días salgan a la calle a protestar. Son los más interesados en colaborar para impedir la expansión del virus, pero hay que aplicar otras medidas que no los lleve a la ruina. ¿O no será que es lo que pretenden y se están sirviendo del virus para conseguirlo sin quedar como culpables?

 

Cuando yo empecé a viajar por los países europeos era imposible comer a las tres de la tarde en un restaurante o cenar después de las seis. Hoy las cosas han cambiado. En mi último viaje a Berlín, de esto no hace tanto, me sorprendió encontrar restaurantes abiertos todo el día y hasta altas horas de la noche, pero hay que decirlo, no eran bares y restaurantes al uso, eran franquicias. Estos días, ante la inútil persecución que está sufriendo la hostelería para reducir los contagios, me surge una pregunta: ¿No será que quieren arruinarlos para que ocupen su espacio las tan protegidas franquicias? Así empezaron con los pequeños comercios y ya vemos en qué han acabado.

 

El tiempo nos lo dirá de balde, pero esto de que en lugar de dedicarse a tomar medidas eficaces se dediquen a buscar culpables, resulta tan sospechoso que, si yo estuviera en el lugar de ellos, ya estaría pensando en hacer la maleta para salir de España donde no tendría más futuro laboral que el de trabajar con un contrato basura.

 

María Jesús.       

 

CAJÓN DE SASTRE

Recordando a Pilar de la Sota

 

El grupo de teatro salmantino Lazarillo de Tormes, dirigido por Javier de Prado Herrera, lleva muchos años cosechando éxitos con todas las obras que ha puesto en escena, pero el éxito indiscutible lo obtuvo con “Teresa, La Jardinera de la Luz”, un homenaje a la santa de Ávila. La obra, que fue pensada para representarse en templos religiosos, narra los hechos a los que ella y sus monjas se vieron obligadas para defenderse del inquisidor que la mal llamada Santa Inquisición designó para investigarla y fue estrenada en Alba de Tormes, en la iglesia de Santa Teresa, como no podía ser de otra forma. Llevaban 270 representaciones en iglesias y catedrales de Salamanca, de la provincia, de Castilla y León y de fuera de la comunidad cuando en marzo el maldito coronavirus les obligó a dejar pendientes todas las actuaciones programadas, que no eran pocas, pues, tal era el interés que despertaba que en muchos municipios tenían que volver a representarla. A lo largo de estos años, este elenco de actores aficionados, además de a sus actividades normales, han tenido que enfrentarse a problemas personales de muy distinta índole, pero el golpe más duro lo recibieron a principios de agosto cuando una de las “monjas” fallecía de forma inesperada. Al día siguiente, a través de las redes sociales, el "inquisidor" le dedicaba unas líneas que ponían de relieve el lazo que por encima de todas las dificultades siempre los mantuvo unidos. Por lo que hoy, en un gesto de gratitud, queremos recordarlas desde aquí.

 

     Carta de José Mª Valle a Pilar de la Sota

 

Nunca pensé que mis lágrimas iban a ser por ti. Ni en la peor de mis pesadillas llegué a imaginar esa circunstancia y aún no me hago a la idea de que ya no volveré a verte más.

Cuánto te debe el teatro, amiga mía. Hoy la máscara de la derecha ríe porque

sabe que las puertas del cielo se han abierto de par en par para recibirte

y te ha visto entrar enchida de gozo, mientras que la máscara de la

izquierda llora porque nunca más volverá a verte sobre las tablas, a ti, la

actriz del método, capaz de salir al escenario en sandalias cuando había

temperaturas bajo cero en la calle, a ti, que con tu tesón y fuerza de

voluntad fuiste capaz de vencer a la enfermedad y salir a escena al borde

del desmayo tantas veces, a ti que a pesar de tener tanto en contra siempre

tenías alguna palabra de aliento para impulsarnos y así vencer toda

dificultad juntos.

Han sido seis años tan intensos… Pocas cosas hemos vivido así en la vida.

Gracias por salir al escenario con nosotros, ha sido un honor haber podido

compartir cada representación contigo, la actriz de la envidiable memoria

prodigiosa que todos hubiésemos querido para sí, pero sobre todo gracias

por tu amistad, por estar pendiente de cada uno cuando tú tenías tanto en

contra, por ser ejemplo de tenacidad.

Estoy seguro de que hoy cuando hayas flanqueado esa puerta te habrás

encontrado una multitud que te ha recibido con una gran ovación, el eco de

la misma con la que te hemos despedido esta tarde, el aplauso más merecido,

el aplauso por toda una vida de bondad en la que la balanza del bien y el

mal, en ti estaba arringada hacia el lado del bien.

Hoy te habrás encontrado con muchos, pero al frente de todos seguro habrá

estado alguien muy especial, una monja que hace varios siglos escribía con

pluma y con la que tienes tantas cosas en común, que creo que ya seréis

amigas para siempre.

Adiós Catalina, adiós Mamá Luna. Perdona mis faltas si las hubo, querida

maestra, pero esta carta está escrita en presente porque tú ya estarás

siempre con nosotros en el corazón.

Tantas lágrimas compartimos, pero nunca pensé que mis lágrimas iban a ser por ti.

Con todo mi cariño.

Tu inquisidor:

Fray Ignacio de la Cruz.

 

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

 

los cargos, con minúscula inicial

 

Los nombres de los cargos, como presidente, ministro, director, secretario general, fiscal general y términos similares, se escriben con minúscula inicial por tratarse de sustantivos comunes.

 

Es habitual que los medios de comunicación escriban el nombre de los cargos (como gobernante, jefe de Estado, etc.) con mayúscula inicial: «La ONU elige al portugués António Guterres como su nuevo Secretario General», «El Presidente se volvió a reunir con los representantes de los sindicatos», «Recuperado de su enfermedad, el Ministro de Industria reapareció públicamente», «Los dos candidatos podrían ser el próximo Jefe de Estado, según las encuestas» o «Dimite el Fiscal General del Estado».

 

Aunque el Diccionario panhispánico de dudas indicaba que se podía usar mayúscula inicial cuando se hacía referencia a una persona concreta que ejerce un cargo de este tipo, sin mención de su nombre propio, ahora las Academias de la Lengua recomiendan en la nueva edición de la Ortografía de la lengua española el uso de minúsculas en toda circunstancia, se trate o no de este tipo de alusión.

 

De este modo, en los ejemplos citados habría sido preferible escribir «La ONU elige al portugués António Guterres como su nuevo secretario general», «El presidente se volvió a reunir con los representantes de los sindicatos», «Recuperado de su enfermedad, el ministro de Industria reapareció públicamente», «Los dos candidatos podrían ser el próximo jefe de Estado, según las encuestas» y «Dimite el fiscal general del Estado».

 

Recomendación de la FUNDÉU.

 

 

LA BUTACA

Primer juez ciego en España

 

Invidente total de nacimiento, pudo presentarse a las oposiciones después de que el CGPJ aprobara en mayo de 2014 un acuerdo en el que abría a las personas ciegas la posibilidad de ejercer como jueces.

 

Héctor Melero Martí, de 26 años y natural de Cullera (Valencia), se ha convertido en la primera persona ciega en aprobar las oposiciones a juez o fiscal, ha informado este jueves el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

 

Melero, que se licenció en Derecho por la Universidad de Valladolid, es ciego total de nacimiento y pudo presentarse a las oposiciones después de que el CGPJ aprobara en mayo de 2014 un acuerdo en el que abría a las personas ciegas la posibilidad de ejercer como jueces.

 

Respondía de este modo a la consulta planteada por Gabriel Pérez Castellanos, también ciego total, sobre si podría acceder a la Carrera Judicial en caso de que llegara a superar el proceso selectivo correspondiente.

 

El acuerdo, adoptado por unanimidad por la Comisión Permanente del órgano de gobierno de los jueces, señalaba que, en caso de aprobar las oposiciones, debería procederse a realizar las adaptaciones oportunas en su puesto de trabajo.

 

El CGPJ dispone para ello de los mecanismos normativos necesarios que, de hecho, vienen aplicándose habitualmente para otros supuestos de discapacidad, permanente o temporal, por la Sección de Prevención de Riesgos Laborales.

 

Reserva de plazas

 

El CGPJ basó su decisión en un informe del vocal Juan Manuel Fernández, presidente del Foro Justicia y Discapacidad, en el que se recordaba que el artículo 49 de la Constitución obliga a los poderes públicos a realizar políticas de integración de los discapacitados y a ampararles en el ejercicio de sus derechos y que el artículo 301.8 de la LOPJ dispone que en las convocatorias para el ingreso en la carrera judicial se reservará un cupo no inferior al 5 % de las vacantes para ser cubiertas por personas con discapacidad en grado igual o superior al 33 %.

 

"Asimismo, una vez superados dichos procesos, se procederá a las adaptaciones y ajustes razonables para las necesidades de las personas con discapacidad de cualquier tipo en los puestos de trabajo y en el entorno laboral del centro o dependencia pública donde desarrollen su actividad", añade ese precepto.

 

El informe sostenía que son excepcionales los medios de prueba "que exijan la utilización del sentido de la vista de un modo insustituible" y agregaba que en la actualidad existen instrumentos tecnológicos que hacen fácilmente accesible cualquier documento a las personas invidentes.

 

Desde Madrid informó para 30 días Nati.

 

Noticia publicada en la prensa y demás medios de comunicación el 17 de septiembre de 2020.

 

CARTA A...

Miguel Delibes

 

Este año, las letras españolas, celebran los centenarios del fallecimiento y del nacimiento respectivamente de dos de nuestros más grandes escritores, pero el maldito coronavirus se cruzó por medio y les impide recordarlos con los actos de reconocimiento que ambos merecen. Está claro que a él, como a la mayoría de los políticos, le da alergia la cultura. Lo que no puede impedir es que para sus lectores, tanto el uno como el otro, aunque no lo recibieran, sean Premio Nobel de Literatura.

 

El 4 de octubre de 1920 fallecía en Madrid uno de nuestros más grandes escritores: Benito Pérez Galdós. Algunos estudiosos de su obra han llegado a afirmar que después de Cervantes era el mayor de los novelistas españoles. Aunque fue propuesto para el nobel, se murió sin recibirlo. Unos días después, como si el destino quisiera recompensar a las letras españolas de tan lamentable pérdida, nacía en Valladolid un niño cuyo nombre lo dice todo: Miguel Delibes, el que llegaría a ser el gran escritor castellano, el que a golpe de pluma, sabias reflexiones, brillantísimas frases y vastos conocimientos de los pueblos castellanos y de sus gentes, entre otras muchas joyas de la literatura española, describió como nadie el camino, fue tan amigo de las truchas como de las ratas, dio luz a los dos diarios de Lorenzo, el de su vida de cazador primero y el de su vida de emigrante después, comprendió al príncipe destronado, sacó de las sombras a la familia de su idolatrado hijo Sisí, protestó ante sus amos por los santos inocentes, hizo que Carmen, durante las cinco horas que tuvo que velar el cadáver de Mario, su marido, le dijera de muerto lo que no le había dicho de vivo, consiguió que en unas elecciones los jóvenes de la ciudad tuvieran que disputar el voto del campesino señor Cayo, retrocedió en el tiempo para que el mundo se enterara de las desventuras del hereje para impedir que nadie tuviera que volver a sufrirlas, y un triste 12 de marzo de 2010, porque la Muerte no se olvida de nadie por muy grande que sea, apareció en el libro de su vida la hoja roja y, antes de que le pusieran la mortaja que tan familiarmente le resultaba, rescató del fondo gris a su querida mujer de rojo y sin el nobel para el que también había sido propuesto, pero con la gratitud, el respeto y la admiración de millones y millones de lectores del mundo entero se fue a descansar con ella bajo la alargada sombra del más hermoso ciprés.

 

Personalmente no me atrevo a decir que en esta escala de talentos Pérez Galdós sea el escritor que va detrás de Cervantes. Las letras españolas están llenas de plumas tan brillantes que me resulta difícil asignarles un lugar. Tampoco sé qué lugar le adjudicarán a Delibes los estudiosos del tema, si es que algún día se atreven a adjudicarle alguno, lo que sí sé es que es Miguel Delibes. Y su nombre dice que para las letras españolas será siempre un escritor de los primeros.

 

María Jesús.

 

COSAS DE GARIPIL

¡Hola! Sigo con las anécdotas recogidas en el libro Humor a ciegas. Hoy le toca el turno a la octava.

 

     ¿A santo de qué tengo que besarlo?

 

     Aquel domingo de mayo, en compañía de tres amigas, subió Rosa a la ermita

donde se veneraba la patrona de aquella ciudad. La Virgen de la... era algo

intocable hasta para los más ateos de aquella tierra. Rosa, que no veía nada y

que había llegado allí por razones de trabajo, hizo propias sus costumbres,

quizás por eso logró integrarse en todos los círculos con absoluta naturalidad.

Eso tenía sus ventajas, pero también algún inconveniente: sus amistades solían

olvidar que era ciega y en más de una ocasión la metieron en una encrucijada.

     Aquella tarde entraron en la ermita. Era imposible clavar un alfiler en el

suelo. Se dividieron en dos grupos y la Virgen sabrá por qué Elisa y Rosa

acabaron sentadas en un banco de las primeras filas. Parecía que seguían la

misa sin perderse un amén. Pero los pensamientos de Rosa volaban por otros

cielos, ni siquiera reparó en la voz del oficiante, y eso que más que una

homilía les brindó todo un sermón.

     La bendición hizo caer a Rosa de las nubes y del brazo de su amiga intentó

alcanzar la calle. Elisa se detuvo en el pasillo central y ella la imitó. "Hace

bien en esperar a que salgan los demás", pensó Rosa para sí, pero corría el

reloj y aquellos pies no se movían. De repente apareció un hombre entrado en

años, poquita cosa, acosado por la gente y Elisa inclinó la cabeza. Rosa no le

dio importancia, era un gesto de lo más natural y además estaba soñando con el

cigarrillo que encendería en cuanto saliera de aquel laberinto.

     —Besa, besa —le dijo Elisa metiéndole prisa para no hacer cola.

     La dejó de un aire. ¿Por qué diablos tenía que besar ella a aquel hombre

que había llegado allí como salido de las llamas de las velas sin permiso y sin

misión? A buen seguro con el barullo no había entendido a Elisa y antes de

pecar de atrevida prefirió pecar de imbécil.

     El hombre se cansó de esperar el beso y alzó la cabeza como para que su

voz llegara al oído de Elisa, que era medio metro más alta que él.

     —¡Dios mío! ¿También es sorda?

     —¿Sorda? ¡De sorda nada, señor! ¿A santo de qué tengo que besarlo yo a usted?

—le espetó Rosa sacudida por un ramalazo de genio y olvidando que estaba en la

ermita.

     Se hizo un silencio de ésos que abren camino para que pase un ángel. Pasó

el ángel y Elisa echó a correr empujada por un ataque de risa, dejándola frente

a aquel hombre que debió soñar con meterse en la llama de las velas. Una mujer

vio la mano alzada en el aire inútilmente y tirando de su hijo se coló por la

derecha:

     —Vamos, mi amor, besa el anillo del señor obispo.

     Y ella, parapetada por la madre y el hijo, sintiendo que en su cara se

encendían mil bombillas rojas, muerta de ridículo, huyó de allí como alma que

lleva el diablo.

     Ya en la explanada encontró a sus amigas la mar de divertidas con su

Despiste, y como a lo hecho pecho, se sumó a ellas para vencer el soponcio.

 

     María Jesús Sánchez Oliva

   

     Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.

     “Garipil” (1995).

     Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.

     “Letanías” (1999).

     Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.

     “El rosario de los cuentos” (2003).

     Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.

     “Cartas de la Radio” (2007).

     Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.

     “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).

     Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

      “Los días perdidos” (2018).

      Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.

 

     Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

 

garipil94@oliva04.e.telefonica.net

 

     Estaré encantado de responderte.

 

     Gracias por tu visita y hasta el próximo número.