viernes, 10 de agosto de 2018

PORTADA

 Queridos lectores: Aunque de nuevo con unas fechas de retraso, acaba de salir el número 63 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia.

    NOTA IMPORTANTE

    Algunos lectores de este periódico, sobre todo los que trabajan con revisores de pantalla, se quejan de que no pueden poner comentarios. Esto puede deberse a varias cosas: problemas con Internet, cambios en la página de Blonger, falta de accesibilidad en algunas opciones… De todos modos, si quieres que tus comentarios aparezcan en cualquiera de las secciones, puedes enviarlos al correo electrónico del blog y aparecerán. Es el siguiente:

    mjsanchezoliva@gmail.com

    También la puedes localizar visitando el enlace Página de Perfil.  

    CONTENIDO

    LA VITRINA: “Pan de limón con semillas de amapola”, es el libro que se presenta este mes. Lo firma Cristina Campos.  
    MESA CAMILLA: Las drogas, un problema social.
    CAJÓN DE SASTRE: Más que una canción es un himno, “Libre”, de Nino Bravo. Su historia.
    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Grosso modo, no a grosso modo. Sobra la a.
    LA BUTACA: Blacky ya tiene techo.
    CARTA a… José María Aznar, expresidente español.
    COSAS DE GARIPIL: “Flecos sueltos”, de María Jesús Sánchez Oliva.

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

    María Jesús. 

    Seguidores de Honor:
    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.
    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.
    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.
    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

LA VITRINA

¡Hola! Todos los libros queremos ser vendidos, pero no todos los lectores pueden comprarnos. Pero esto no sirve de excusa para dejar de leernos. Existen bibliotecas públicas donde puedes ir a leer o solicitar libros en calidad de préstamo. Para que te acerques a la de tu barrio o a cualquiera de tu ciudad a buscarme te dejo mis datos:

     Me llamo “Pan de limón con semillas de amapola”. Me bautizó Cristina Campos, que es quien me dio la vida. Y te resumo lo que puedo contarte: 

    Es la historia de dos hermanas: Ana y Marina. Está ambientada en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina crecen juntas y reciben las mismas atenciones por parte de sus padres, pero son muy distintas la una de la otra, sin que esto signifique que se lleven mal. Ya adultas cada cual emprende su camino. Ana apenas ha salido de la isla. Se casa, tiene una hija, vive en la lujosa casa que fue de sus padres, con servicio doméstico, rodeada de amigas bien acomodadas y como ellas sin más actividades que las de ir al club de moda, frecuentar el salón de belleza, las mejores tiendas de ropa, lucir el último modelo de coche y sentirse la mejor de las madres por llevar a su hija al más caro de los colegios. Nunca se pregunta de dónde procede el dinero que gana su marido, le basta con saber que le permite llevar una vida de regalo. Unos años después su marido deja de llevar dinero a casa, tiene extraños comportamientos, y el amor empieza a desvanecerse. Marina es soltera, médico de profesión, nunca simpatizó con su cuñado, y ávida de salir de la isla, se fue al tercer mundo, a trabajar como cooperante de Médicos sin Fronteras. Pronto conoció al médico que sería su pareja y juntos se entregaron a su labor humanitaria. Quince años llevan sin verse cuando Marina, avisada por su hermana, tiene que regresar a Mallorca, para vender un molino y una panadería que han heredado de una desconocida. Marina llega a Mallorca con la idea de hacer los trámites legales y regresar al tercer mundo lo antes posible, ni quiso la parte de la casa de sus padres, ni tenía intención de coger la del molino, pero empezaron a descubrirse los líos de su cuñado, una enfermedad cambió a su hermana, se encariñó con su sobrina y decidió quedarse con un propósito: saber quién era la desconocida que les había dejado aquella herencia tan singular y por qué. Esto se descubre al final, cuando encuentra la receta del pan de limón con semillas de amapolas, que era la especialidad de la panadería y que nadie había logrado hacerlo igual.

Te espero en tu biblioteca para acompañarte en estos días de calor.

MESA CAMILLA

Las drogas, un problema social

    Una niña de once meses ha tenido que ser ingresada en el hospital de Guadalajara por una intoxicación de cocaína. Esto nos recuerda algo que parece olvidado: que el consumo de drogas sigue siendo un problema social muy grave.
    El consumo de drogas no ha disminuido, más bien ha aumentado, basta ver cómo la mayoría de tragedias que nos sobrecogen a diario tienen de fondo el consumo de drogas. Esta realidad nos revela dos datos a tener en cuenta: que ha dejado de ser un problema de jóvenes, que lo tienen también los mayores, y que los adictos ya no proceden de familias destructuradas, de bajo nivel cultural o en riesgo de pobreza; ahora también son los que vemos bien vestidos, tienen títulos universitarios y hasta ejercen profesiones de prestigio. Pero parece que este drama que sufren tantas familias y que de un modo u otro nos afecta a todos ha dejado de ser un problema social. ¿Dónde han ido a parar los mensajes que en otros tiempos se lanzaban en radio y televisión para advertir a los jóvenes de sus peligros y consecuencias? ¿Por qué no se controla con rigor el tipo de drogas que se consumen en las discotecas y otros establecimientos del ramo? ¿No será que aunque no esté legalizado su consumo interese hacer la vista gorda para proteger la venta?
    Cuando los jóvenes gozan de libertades, de derechos, de medios para todo son un peligro, y permitir que les aten las alas con el lazo de las drogas tiene sus ventajas, porque cuantos más se queden por el camino, menos son a exigir. Cuando el número de desempleados es alto, la precariedad en el empleo visible, los salarios bajos, los precios altos, las prestaciones sociales escasas y mal repartidas, y crecen las ventas de coches de lujo, se multiplican los viajes a países exóticos, se llenan los hoteles y los restaurantes los fines de semana y hasta se rechazan trabajos, es porque el dinero viene de algún lado, y venga de donde venga, trae siempre una solución: la de evitar protestas.

CAJÓN DE SASTRE

“Libre” Más que una canción es un himno. 

     La canción “Libre” de Nino Bravo está inspirada en la historia de Peter Fechter, un jovencito de poco más de 18 años, casi veinte, que fue el primer alemán que intentó saltar en 1962 el recién estrenado muro de Berlín. Llegó al muro acompañado de un amigo, Helmut Kubelik, que por suerte sí llegó a rebasarlo, pero Peter, una vez que “extendió sus alas” y se encaramó al mismo, recibió el alto de los soldados soviéticos, pero como dice la canción “marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó” y de esta manera, al no ser atendido el alto, dispararon sobre el joven que fue alcanzado por varios disparos y cayó del muro en lo que se denominaba “zona de nadie”. Allí quedó tendido a la vista de todos, ciudadanos, periodistas y militares, pidiendo auxilio mientras se desangraba a borbotones, sin poder moverse por la gravedad de las heridas, y sin nadie que se atreviera a recogerlo. Los occidentales tenían miedo de recibir disparos en aquella nueva situación y tan solo se atrevieron a lanzarle un botiquín, que de nada sirvió a un Peter Fechter casi moribundo y a cada minuto con menos vida. Los rusos a los que pertenecía la zona muerta aguardaron unos interminables 50 minutos de agonía del joven hasta que procedieron a recogerlo.

     El pueblo berlinés que presenciaba la escena gritaba a ambos bandos que remediaran la muerte de aquel jovencito, pero nadie hizo nada, incluso las fuerzas occidentales impidieron que ningún civil acudiera a ayudarlo. Al final, en el lugar del suceso solo quedaron flores que fueron lanzadas por los indignados berlineses.

     No sería el último en morir en el muro, aun vendrían 260 más. El último fallecido de esta larga lista fue Chris Gueffroy, en 1989, que curiosamente tenía también veinte años.

      Hoy en día hay un monumento en el lugar en el que cayó Peter y también hay una canción cuya letra viene bien releer desde esta nueva óptica. Nino Bravo la escribió tras la impresión que le provocaron las imágenes que se publicaron en la prensa. La canción que todos hemos canturreado alguna vez dice así:

Tiene casi veinte años y ya está 
cansado de soñar; 
pero tras la frontera está su hogar, 
su mundo y su ciudad. 
Piensa que la alambrada sólo 
es un trozo de metal 
algo que nunca puede detener 
sus ansias de volar.
Libre, 
como el sol cuando amanece yo soy libre, 
como el mar. 
Libre, 
como el ave que escapó de su prisión
y puede al fin volar. 
Libre, 
como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, 
camino sin cesar, 
detrás de la verdad, 
y sabré lo que es al fin la libertad.
Con su amor por bandera se marchó 
cantando una canción; 
marchaba tan feliz que no escuchó
la voz que le llamó
y tendido en el suelo se quedó,
sonriendo y sin hablar;
sobre su pecho, flores carmesí 
brotaban sin cesar.

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

GROSSO MODO, NO A GROSSO MODO

     La locución latina grosso modo nunca va precedida de la preposición a.

     Grosso modo es una locución latina que significa aproximadamente o a
grandes rasgos. A pesar de lo extendido de su uso, es siempre incorrecto
anteponer la preposición a, según se afirma en el Diccionario panhispánico
de dudas.

     Así, en una frase como “Estas consideraciones, a grosso modo, demuestran la
hipótesis apuntada” debió decirse “Estas consideraciones, grosso modo,
demuestran la hipótesis apuntada”.

     Recordemos, además, que lo adecuado es escribirla en cursiva o, si no se
dispone de este tipo de letra, entre comillas, tal y como señala la
Ortografía académica.

     Recomendación de la Fundación del Español Urgente

LA BUTACA

Blacky ya tiene techo

    Se trata de una prueba piloto en la que desde FAADA hemos colaborado, en el marco de la campaña #MillorsAmics, proporcionando atención veterinaria al animal.

    En 2016 desde FAADA puso en marcha el proyecto #MillorsAmics tras constatar que en Barcelona muchas personas sin hogar no podían acceder a centros de acogida residencial, centros de día, comedores sociales etc. por tener a su cargo un animal.

    Así que desde la Fundación empezamos a mantener reuniones tanto con las entidades privadas que trabajan en este sector, como con el Ayuntamiento de Barcelona para conseguir que el acceso con animales a dichos centros sea posible tal y como ya pasa en países como Canadá, Inglaterra y EEUU.

    En el marco del mismo proyecto además, desde FAADA también empezamos a trabajar para que se proporcione atención veterinaria a estos animales y para conseguir que se acepten donaciones de comida para perros y gatos en las recogidas de alimento. Otro objetivo muy importante de la iniciativa es la recopilación de datos de personas sin hogar y vulnerables que conviven con animales en Barcelona, ya que sin cifras exactas, esta realidad queda en una cuestión de percepción.

    En los últimos meses, con nuestro acompañamiento, algunos centros privados ya habían empezado a permitir en sus instalaciones el acceso a animales. Es este el caso de Cal Muns, que acogió en su centro a un usuario y a su gato, y de Assis centre d’Acollida que ya permite oficialmente el acceso con perros.

    Y ahora, también el primer centro de acogida residencial del Ayuntamiento de Barcelona ha abierto sus puertas a Blacky, un perrito de 12 años que lleva toda la vida acompañando a Omar. 

    Dentro del acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento, desde FAADA nos hemos encargado de que al animal se le proporcionaran todas las actuaciones veterinarias para garantizar que su estado  higiénico-sanitario fuera óptimo.

    Blacky es el punto de partida para que al fin en Barcelona una persona sin hogar no tenga que ser discriminada por el hecho de compartir su vida con un compañero canino.

    Gracias al trabajo conjunto de Servicios Sociales, Oficina de Protección de los Animales del Ayuntamiento de Barcelona (OPAB) perteneciente al Departamento de Bienestar Animal y FAADA, esta prueba piloto al fin ya está en marcha.

    Si todo procede como se espera, en los próximos meses otros centros de acogida públicos de Barcelona podrían ir adaptándose a esta realidad.

    Noticia extraída de la prensa.

    Desde Barcelona informó para 30 días Natalia.

CARTA A...

Señor Aznar:

     Gran noticia: tras años de ausencia vuelve usted a casa  y Pablo Casado lo recibe con los brazos abiertos. Está claro: la muerte política de Mariano Rajoy lo ha reconciliado con su partido. Ninguna sorpresa. Las relaciones entre ambos empezaron a deteriorarse cuando ganó las primeras elecciones. Tampoco nos sorprendió a muchos.
     Veinte años le costó al Partido Popular ganar unas elecciones y usted consiguió mantenerse en el poder durante dos legislaturas. Para las terceras, cuando más seguro creía tener el cargo, se le complicaron las cosas. 
    Ante la certeza de perderlas, nombró sucesor a Mariano Rajoy, y todo indicaba que con una intención: la de que pasada la mala racha volviera a cederle el sitio, nunca renunció a la posibilidad de volver a la Moncloa, siempre manifestó el deseo de quedarse en ella para los restos, y como político muy avispado, pensó que los ciudadanos se olvidan pronto de sus errores. Todo lo tenía calculado, no podía fallar,   Rajoy era el más dócil del equipo y sólo era cuestión de controlar sus movimientos hábilmente y esperar.
    Pero Rajoy le cogió el tranquillo al asunto y contra todo pronóstico sacó a Zapatero de la Moncloa, consiguió hacerse con la segunda legislatura, y hubiera ganado las terceras, más que por sus aciertos, por los desaciertos de los demás, si sus enemigos políticos no hubieran decidido acabar con él fuera como fuera.
    Su vuelta a la sede de Génova, su apoyo incondicional al nuevo presidente del partido, el caluroso recibimiento de éste y el aislamiento demostrado a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y sus afines, dejan claro que los autores de su muerte política estaban dentro de su partido.
     Pero ni usted ni su protegido piensen que la guerra interna del PP ha terminado, lo normal es que surjan nuevos enfrentamientos entre los dos bandos, porque los éxitos que se fraguan sobre las desgracias de los demás en cualquier actividad tienen los días contados, y en política, lo sabe usted por experiencia, no siempre es una excepción.

COSAS DE GARIPIL

¡Hola! Sigo con “Los días perdidos”, de mi autora. Hoy toca leer…

          FLECOS SUELTOS

      Aquel 11 de julio de 1990 parecía un día como los demás, pero para Pablo y Lucía era el más importante de su vida: a las seis de la tarde iban a ser padres.
     Comieron juntos en el restaurante de la esquina, para no descomponer nada en casa, se habían pasado la mañana retocando los cristales, pasando la aspiradora por todos los rincones y llenando de rosas recién cortadas los jarrones de la entrada para recibir a Jorge como ellos entendían que había que recibir a un hijo: en una casa limpia como los chorros del oro, con las comodidades de un palacio  y sin letras llamando a la puerta aunque para conseguirlo hubiera que esperar tanto tiempo como habían esperado ellos. Los hijos no venían al mundo con un pan debajo del brazo, como decían sus padres, los padres de sus amigos, los padres de la posguerra, aquellos padres que veían el pan de sus hijos en los puntos que Franco se sacó de la manga para fomentar la natalidad y se liaban a hacer niños sin hacer números y luego se encontraban con que aquel pan no les alcanzaba ni para lo imprescindible; los hijos venían con las manos vacías y había que recibirlos con el pan en la mesa y con unos padres en condiciones de poder garantizárselo hasta que fueran mayores y pudieran ganárselo por sí solos. Por eso precisamente habían tardado ellos quince años en tener un hijo. Claro que les hubiera gustado tenerlo antes, pero criar bien un hijo costaba dinero, mucho dinero, y ellos eran simples trabajadores. No podían ofrecerle un cheque en blanco para que fuera poniendo la cifra de sus necesidades y punto. Lo mejor pues era esperar a tener atados todos los flecos sueltos.
     El fleco más enredado fue el piso. Lo compraron cuando se casaron, en una zona nueva. De este fleco salió otro fleco: amueblarlo. Lo hicieron pieza a pieza, para ponerlo todo a juego. También tuvieron que hacer algunas reformas: acristalar la terraza, aislar la caldera de la calefacción, poner cristales dobles en las ventanas… Parecía que los flecos de la casa no iban a acabarse nunca. Antes de acabar con las cortinas, había que empezar con las lámparas. Cada pieza que amueblaban, cosas que necesitaban: un espejo para el taquillón de la entrada, figuras de porcelana para el mueble del salón, cuadros para vestir las paredes… Entre fleco y fleco ataron también el de un coche nuevo. Por fin llegó el sobre más deseado del banco: el de la última letra pagada. Solo una habitación quedaba vacía, la del niño, la de su hijo, la del rey de la casa. Pablo quiso pintarla de blanco, que igual valía para niña que para niño, pero Lucía se opuso, quería un color más vivo, más alegre, con más energía; Lucía quiso pintarla de amarillo, que también valía para los dos sexos, pero Pablo dijo que era el color de la mala suerte, de la enfermedad, de la muerte. Al final de la disputa decidieron que lo mejor era meter el dinero en una hucha y dejar ese fleco suelto hasta que supieran si sería rosa o si sería clavel. Al fin y al cabo el niño no iba a venir de la noche a la mañana, necesitaba nueve meses para formarse, cuarenta semanas que ellos podrían aprovechar para prepararle el cuarto a la última moda.
     Por fin ahorraron el dinero que, según los presupuestos solicitados, necesitarían para amueblar el cuarto de su hijo. Pablo tenía 42 años; Lucía, 39. Los dos gozaban de buena salud. Era el momento ideal para engendrar un hijo que traerían al mundo para ser feliz y para hacerlos felices. Suspendieron pues todos los anticonceptivos y redoblaron sus sesiones de amor calculando que el niño naciera en primavera, cuando el sol pintaba de oro los edificios, cuando los jardines se llenaban de flores, cuando los  pájaros cantaban en las ramas de los árboles.
     A finales de octubre Lucía se sentó ante el ordenador, creó una cuenta de correo electrónico y escribió:
Para: amapolas19@iris.sol
Asunto: INTUICIÓN.
     Nadie me lo ha dicho todavía, pero yo sé que ya existes. Estas cosas sólo pueden saberlas de antemano las madres. Ni siquiera los padres, por muy padres que se crean. Seguro que tú hasta sabes ya si eres niño o eres niña. De los 46 cromosomas que van a conformar tu material genético, uno del espermatozoide de papá y otro de mi óvulo han determinado tu sexo. El mío es un cromosoma X; el de papá puede ser X o puede ser Y. Si son los dos iguales eres una niña, si son diferentes, un niño. ¡Qué granuja! No has nacido y ya me estás intrigando. Pero me las pagarás. De momento tengo que conformarme con saber que eres un óvulo fertilizado que se dividirá en dos células primero, luego en cuatro, en ocho… y seguirás dividiéndote hasta que a través de las trompas de Falopio llegues a mi útero convertido en un grupo de 32 células que se llama mórula, y que tengo vómitos por las mañanas, y que como y sigo teniendo hambre, y que por las tardes me siento rara, pero muy feliz, tanto que te he creado una cuenta de correo electrónico en secreto para comunicarme contigo hasta que nazcas.
     Si eres niño te llamarás Jorge; si eres niña, Olga. Pero como de momento sólo puedo llamarte célula, he optado por hacerte la cuenta con el nombre de la calle y el número donde vas a vivir, en la cuarta planta, en un piso precioso, con todos los servicios a la puerta: consultorio médico, guardería, colegio, un parque lleno de toboganes y con unos padres sanos y capacitados que velarán por ti hasta que dejes de necesitarlos.
Asunto: CERTEZA (4-I-1990).
     Acabo de llegar de mi primera consulta prenatal. El médico ha confirmado mis sospechas: estoy embarazada de ti. De momento solo eres un embrión, pero dormiré, pasearé, comeré hasta lo que no me gusta para darte calcio, hierro, fósforo, proteínas y todas las vitaminas que me pidas para hacerte un bebé.
    Ya se lo hemos dicho a las abuelas. Si la una se ha alegrado, la otra ni te cuento. Las dos tienen más nietos pero dicen que los niños son los pilares de todas las familias, y como todos son ya mayores, quieren impedir que se les venga abajo la suya. Cuando nos casamos vieron con muy buenos ojos que disfrutáramos de la luna de miel antes de tener hijos. Nos envidiaban, incluso. Ellas tuvieron cinco cada una y empezaron a nacer a los nueve meses de la boda. “Qué torpes habéis sido”, les decía yo cuando surgía el tema, responsabilizándolas de la falta de formación y la sobra de incultura que a las mujeres de su generación las llevaba a llenarse de hijos que traían al mundo para darles más penas que alegrías. Y tanto la una como la otra se ponían de uñas conmigo. El milagro era de las píldoras anticonceptivas, no de nuestra inteligencia, y aunque ninguna habría renunciado a ninguno de sus hijos, las dos lamentaban haber nacido antes que el invento. Pero cuando celebramos las bodas de Algodón dijeron que tanta luna de miel empalagaba, que o escribíamos pronto a la cigüeña o cuando recibiera la carta, en lugar de un hijo, nos traería un nieto, y esto serían dos problemas pues nosotros seríamos viejos para criar a un hijo y nuestro hijo sería muy joven para cuidar de dos viejos. ¡Pobrecillas! Ellas se llenaron de hijos y tanto tuvieron que trabajar para sacarnos adelante, que ni tuvieron tiempo para cuidarnos en condiciones, ni consiguieron librarnos de las obligaciones laborales que hoy nos impiden cuidar de ellas. Nosotros, sin embargo, tuvimos siempre muy claro que era preferible tener un hijo bien atendido que muchos a medias, y si por fin podemos hacerlo es porque optamos por esperar a tenerte sin deudas. O sea, que digan lo que digan las abuelas de lo importante que es tener hermanos, lo mejor es saber que tú jamás tendrás que reprochar a tus padres lo que nosotros hemos tenido que reprochar a los nuestros.
Asunto: PRIMEROS LATIDOS (3-II-1990).
     Hoy han tocado análisis. Todo perfecto.
     La matrona me ha conectado a una máquina y por primera vez he oído los latidos de tu corazón. Eran tan firmes y fuertes que se me antojaron de niño, pero según la matrona esto no significa nada. De repente descubrí que aquel ¡pom, pom! Me hacía más feliz que el poner en tu cuarto un televisor, un despertador en forma de gallo que canta la hora indicada con un sonoro ¡quiquiriquí!, un teléfono en forma de oso y otros objetos que cuando empieces a utilizarlos seguramente tendremos que cambiarlos porque se habrán quedado antiguos. Por un instante lamenté no tener diez años menos para seguir teniendo hijos. Pero no te preocupes, fue un sentimiento fugaz, te quiero demasiado para privarte de los privilegios de ser hijo único.
 Asunto: FETO (27-II-1990).
     Has crecido y has engordado tanto tanto que de embrión has pasado a feto, es decir, a un esbozo de cara, de ojos, de boca… de persona. Algo que ver perfilado en una radiografía me ha parecido un milagro como le ha parecido a papá. Al salir de la consulta nos sentamos en una cafetería y mientras tomábamos un café la observamos con detalle. Los dos tuvimos la sensación de  que al engendrarte, más que hacer el amor, habíamos imitado a Dios.
     El sábado invitamos a cenar a nuestros amigos para enseñársela. ¡Vaya sorpresa que se han llevado! Decían que nos estábamos privando de la mayor satisfacción de un matrimonio: la de tener hijos, que estábamos locos por esperar a pagar el piso para tenerlos, que los niños no necesitaban tantas florituras al nacer, que les bastaba y les sobraba con una cuna llena de nanas blancas, sus biberones y unos padres capaces de volver a ser niños para jugar con ellos a ser hombres sin más juguetes que un chupete para dormirse y un sonajero para despertarse , y aunque lo decían con el corazón en la mano para disimular, del tono de sus palabras se desprendía la certeza de que no nos creían. Nos consta, incluso, que detrás,  a nuestras espaldas comentaban que no podíamos tener hijos por algún problema de salud y nos humillaba tanto que no queríamos decirlo. Por  eso organizamos la cena, para cerrarles la boca de una vez. Y si ante la simple radiografía se mordieron la lengua de envidia, ya verás cuando nazcas y sepan que dejamos de hacer horas extras en la fábrica porque podemos permitirnos el lujo de que tú seas para nosotros el primer trabajo y nosotros para ti el mejor juguete. 
Asunto: SANO (5-III-1990).
     Hoy me han dado los resultados de la amniocentesis, una prueba médica que se le hace a las mamás para saber si sus hijos vienen bien, sin enfermedades, sin malformaciones, sin motivos para ser rechazados por la sociedad que, a decir de la mayoría de las mamás que tienen que pasar por este trance, causa más problemas a sus hijos que la propia limitación. Aunque a nadie se lo he dicho, te confieso que he tenido mis miedos. En todos los libros que he leído para ser madre se dice que pasando de los treinta y cinco años se corren ciertos riesgos. Pero afortunadamente, ni tengo que preocuparme yo, ni tienes que preocuparte tú, eres un niño sano. Y como la Naturaleza te ha dado lo que le corresponde a ella, y tus padres jamás te negarán lo que les corresponde a ellos, serás bien recibido por la sociedad.
Asunto: NIÑO (17-IV-1990).
     Eres un niño. Te llamarás Jorge. Papá quería que te llamaras como él pero cuando le explicado las razones para oponerme las ha entendido. Por ser la cuarta de cinco hermanos nunca estrené nada. Jugué siempre con juguetes usados, hice la primera comunión con el vestido de mis hermanas, nunca llevé libros nuevos a clase, me los pasaban mis hermanos mayores, igual que el pijama y los zapatos. Tanto me quejaba de esto que cuando tenía nueve años me echaron los Reyes Magos un cuento nuevo. Se titulaba Jorge y Olga. Eran dos jóvenes que todos los domingos de un  verano se iban en moto al campo, al río, a la piscina, y en cada excursión les sucedía algo tan divertido que cuando llegó el otoño empezaron a contar los días que faltaban para que volviera el verano. Qué cara de felicidad pondría ante aquel libro sin tachaduras de lápices, sin esquinas dobladas, sin apuntes en los márgenes, que hasta mi madre lloró de emoción. Aquel olor a nuevo se me metió en el cerebro con tal fuerza que, todavía, cuando abro un frasco de perfume por primera vez, cuando estreno un jersey, cuando entro en una zapatería y el dependiente abre las cajas de los zapatos para que me pruebe, me huele a aquel cuento. Por eso, en cuanto supe que iba a ser madre, me dije: “Si es niño, se llamará Jorge, y si es niña, Olga”. Estoy segura de que cuando te tenga en mis brazos por primera vez me olerás a vida recién estrenada, a cosa exclusivamente mía, al cuento de Jorge y Olga.
Asunto: CUARTO LISTO (24-V-1990).
     Ya tienes el cuarto listo. Sobre un fondo verde nos han pintado cenefas de conejos de colores, unos jugando, otros durmiendo, otros enfadados. Te hemos puesto un moisés para las primeras semanas, la cuna para los primeros meses y una camita para los primeros años, un armario para la ropa, estanterías con los juguetes, el baño, el coche capota, la silla y un equipo de música para que no te alteres con las nanas de mamá que tiene un oído enfrente del otro para cantar. Papá se moría de envidia y es normal. Él nunca tuvo un cuarto para sí solo. De bebé durmió en la habitación de sus padres y en la cuna. Después compartiendo habitación con sus hermanos. Cuando se independizó con compañeros de piso y después nos casamos. Por eso está tan feliz, quiere que disfrutes de lo que él no tuvo, y si esto te da antes de nacer, no te cuento lo que se inventará que no tuvo para dártelo después. 
 Asunto: CESÁREA (25-vi-1990).
     El médico dice que estás tan bien ubicado que el parto será normal. Me hubiera gustado parirte pero he optado por una cesárea. La hemos programado para el próximo día 11, cuando aquel embrión de 2 o 4 milímetros será ya  un bebé de medio metro de largo y tres kilos y medio de peso. Tanto el médico como la matrona se han creído que trato de evitarme los dolores del parto, pero nada más lejos de la realidad, la verdadera razón de esta decisión es que el 11 de julio, por esa ley de las casualidades que gobierna el azar, papá y yo cumplimos años, y como su ciencia no puede garantizarme que tú puedas beneficiarte de esta ley, he decidido buscarle la trampa para que tú los cumplas con nosotros, y papá me ha aplaudido la idea. Ya imaginamos la escena del próximo año: los tres ante una gran tarta y apagando cada cual sus velas,  tú una, papá cuarenta y tres y yo cuarenta. ¿Cuarenta, te he dicho cuarenta? ¡Nada de eso! Veinticinco, cumpliré veinticinco. Estoy segura de que cuando nazcas me quitarás de un plumazo los quince años que esperé a tenerte.
    El camarero sirvió los cafés y pedimos la cuenta. Pablo se fue a buscar a las abuelas que no querían perderse el evento por nada del mundo. Lucía subió a casa,
a recoger su neceser y a escribirle el último mensaje a su hijo antes de nacer. No había terminado cuando sonó el teléfono. Estuvo a punto de apagar el ordenador y salir sin descolgarlo. Era Pablo, para decirle que ya estaba abajo, pero ante la insistencia lo hizo.
     —Buenas tardes. ¿Es el domicilio de Pablo Morales?
     —Sí… sí… Aquí vive, pero no está. ¿Quería algo?
     —Llamamos de la policía de tráfico. Necesitamos que un familiar vaya al depósito de cadáveres. Ha tenido un accidente y…
     Lucía colgó el teléfono sin responder.  Su hijo le daba patadas nervioso, impaciente. Con las manos sobre el vientre para que se calmara vio los mensajes que con tanta convicción le había escrito y antes de cerrar el ordenador para llamar a sus abuelas los borró y escribió:
Asunto: FLECOS SUELTOS (11-VII-1990).
     Querido Pablo: Papá y yo habíamos atado todos los flecos para que nacieras esta tarde y fueras el niño más feliz de la tierra, pero los flecos que nos configuran la vida son unos hilos tan finos, tan invisibles, tan frágiles, que alguno se nos quedó suelto y tengo que aplazar tu nacimiento hasta que con un dolor me avises de que eres tan grande tan grande que ya no cabes en mi cuerpo. Papá ha tenido que irse de viaje. Voy a despedirlo a la estación. Si me oyes llorar, no te preocupes, es de impaciencia por darte su primer beso.

     María Jesús Sánchez Oliva.
    
     Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.
     “Garipil” (1995).
     Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.
     “Letanías” (1999).
     Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.
     “El rosario de los cuentos” (2003).
     Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.
     “Cartas de la Radio” (2007).
     Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.
     “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).
     Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

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