miércoles, 31 de agosto de 2022

PORTADA

 

     Queridos lectores: Acaba de salir el número 103 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

 

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus noticias con dos sencillas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y reales. Y segunda: que las envíes a mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Cuento contigo.

 

    CONTENIDO

 

    LA VITRINA: Hoy nos visita Ilsa Kurcsal y nos trae un libro cuyo título sorprende: Telefónica. Vale la pena dedicarle las horas libres de septiembre. 

    MESA CAMILLA: Premio y castigo (última columna de opinión de agosto publicada en rtvaldia.com).

    CAJÓN DE SASTRE: Historia de las trece Rosas.

    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Dígannos y mantennos, con doble ene.

    LA BUTACA:

    CARTA a… Salman Rushdie (escritor).

    COSAS DE GARIPIL: La guerra de los juguetes (XII capítulo de Bella Luna).

 

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

 

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

 

    María Jesús Sánchez Oliva.

 

    Seguidores de Honor:

    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.

    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.

    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.

    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

    Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

 

 

 

 

LA VITRINA

Queridos lectores: Soy el libro elegido para invitaros a leer en este número de 30 días, y aquí me tenéis, dispuesto a presentarme.

 

Mi nombre: Telefónica. Tranquilos. No soy la Compañía Telefónica Nacional de España, soy una novela ambientada en el madrileño edificio de la compañía.

 

Mi autora: Barea-Kulcsar, Ilsa.

 

Reseña: "¿Es cierto que cuando oyes silbar las bombas ya no te pueden dar?" se preguntan temerosos los corresponsales extranjeros mientras cruzan la Gran Vía madrileña. Han venido a España para cubrir la Guerra Civil y cada día envían sus crónicas desde la central de la Telefónica, sede de la oficina de censura para la prensa extranjera. Es el edificio más alto de la capital, el primer rascacielos del país, y los aviadores alemanes tratan a diario de bombardearlo para aislar las comunicaciones de la República. Allí llega un buen día la voluntaria alemana Anita Adam, pequeña, rolliza, independiente y muy decidida. La han asignado a la oficina de censura ya que habla varios idiomas. Su modo de ser autónoma choca de pleno con el machismo de los españoles y con el rol subordinado de las españolas, siempre esposas o amantes. Allí, en el enorme edificio que tiembla bajo las bombas de los junkers y los obuses del quince y medio, refugio inexpugnable y prisión asfixiante al mismo tiempo, permanecerá inalterable la pequeña Anita, trabajando a la débil luz de las lamparillas de su escritorio. Y todo cuanto por sus trece pisos desfila engancha sin hacer pasar los malos momentos que la mayoría de los libros que tratan el más negro capítulo de la historia de España nos hacen pasar.

 

Firmado: Telefónica.

 

Posdata: Ilsa Barea-Kulcsar escribió una vibrante novela basada en sus propias experiencias de guerra, en el Madrid sitiado en el que todos desconfían de todos y en el que ella encontró el amor de Arturo Barea. El texto, que ha permanecido inédito durante ochenta años, lo concluyó el día antes de que, cautiva y desarmada, la Segunda República sucumbiera.  

 

MESA CAMILLA

Premio y castigo

 

En el mismo escenario, justo antes de empezar la conferencia que se disponía a dar aquella tarde, un hombre atacó a Salman Rushdie y lo apuñaló en el cuello. Inmediatamente fue atendido por los asistentes y organizadores del evento y fue llevado en helicóptero hasta el hospital más cercano, donde se recupera de las heridas que no le segaron la vida, pero sí le dejarán secuelas importantes. Horas después, la policía de Nueva York, emitía un comunicado en el que se afirmaba que el sospechoso ya se encontraba bajo custodia.

 

Otro ataque para sumar a la lista

 

Esta no es la primera vez que Rushdie, escritor británico de origen indio, tiene un encuentro cercano con la muerte. En el pasado sus textos, por los cuales ha recibido algunos de los premios más importantes, le han acarreado amenazas de muerte. La vida del escritor de 75 años no ha sido una vida tranquila precisamente.  Este ataque se suma a otros intentos de asesinato en el pasado y a la aparición de su nombre en la lista negra de Al-Qaeda.

 

Algunos datos biográficos y literarios

 

Salman Rushdie nació en Bombay en 1947 y es el hijo de un exitoso empresario musulmán en el país asiático. A pesar de crecer en este país, se mudó a Inglaterra para continuar sus estudios en Rugby School, una escuela con el mismo nombre del pueblo al que llegó. Sus años universitarios los pasó en King’s College, Cambridge, donde se graduó de historia y antes de decidir quedarse en el Reino Unido, pasó un tiempo en Pakistán con su familia. Su carrera literaria comenzó en 1975 con su novela “Grimus”, una obra que no obtuvo mucha acogida. 6 años más tarde su nombre se haría famoso con “Hijos de la medianoche”. Con esta novela ganó el Premio Booker y comenzó a afianzar su estilo de realismo mágico mezclado con ficción histórica, que también se ve reflejado en su siguiente obra de 1983, “Shame”. En 1987 tomó un rumbo distinto al escribir no ficción sobre Nicaragua en “La sonrisa del jaguar”.

 

Salman Rushdie y Los versos satánicos

 

Hasta ese momento la vida de Salman Rushdie no había estado en tanto peligro, como lo estaría después de 1988. Durante ese año publicó su libro más controvertido: “Los versos satánicos”. Uno de los personajes de su cuarta novela presenta características asociadas a las del profeta islámico Muhammad, lo que no solo causó la ira y descontento de la comunidad religiosa, también desató una serie de atentados y ataques contra el autor cuyas palabras consideraron blasfemas e irrespetuosas contra su religión. Desde su publicación ha estado prohibido en Irán y en India recibió el mismo trato al ser tomado como discurso de odio. El escritor respondió a las acusaciones mediante una columna en la que se refería al profeta como “uno de los genios más grandes de la historia” y argumentó que su novela no era anti-religiosa debido a que la doctrina islámica sostiene que es humano y bajo ninguna circunstancia perfecto. “Es un intento de escribir sobre la migración, sus tensiones y transformaciones”, escribió en su columna. Las palabras escritas por Rushdie tuvieron tanto impacto que en 1989 el líder iraní Ayatollah Ruhollah Khomeini emitió una fetua, o pronunciamiento legal, en el que ordenaba la muerte de Salman Rushdie. Así comenzó su vida con un objetivo de tiro en su espalda y una recompensa por su cabeza, que lo obligó a vivir con protección de la policía durante varios años. La controversia por su libro se extendió hasta el punto de que Irán rompió relaciones diplomáticas con el Reino Unido a causa de esto. En una entrevista afirmó que: “Francamente, desearía haber escrito un libro más crítico” y “Estoy muy triste de que haya sucedido. No es cierto que este libro sea una blasfemia contra el Islam. Dudo mucho que Khomeini o cualquier otra persona en Irán haya leído el libro”.

 

Premio y castigo

 

El primero en intentar cumplir la misión fue Mustafa Mahmoud Mazeh, en 1989. Sin embargo, la bomba con la que planeaba asesinar a Rushdie explotó antes de tiempo y el autor del crimen murió en el proceso. A Mazeh se le considera “El primer mártir en morir en una misión para matar a Salman Rushdie“. Tanto el pronunciamiento de la autoridad islámica, como la publicación del libro causaron protestas a lo largo y ancho del mundo en la comunidad musulmana. Se realizaron quemas de libros y atacaron librerías en diferentes países. A pesar del peligro en el que se encontraba Rushdie, hacía apariciones publicas en concierto de la banda U2. Una solución parcial llegó en 1998 cuando se reanudaron las relaciones diplomáticas entre ambos países con la precondición del líder del país asiático, Mohammad Khatami, quien afirmó que “ni apoyarían ni obstaculizarían las operaciones de asesinato a Rushdie”. El tema de la recompensa por su asesinato no murió ahí. durante años diferentes líderes religiosos aseguran que la fetua sigue vigente. El pasado viernes día 12 quedó claro que matar a Salman Rushdie tiene premio, y escribir Los versos satánicos, castigo. Y no parece que la mayoría de escritores se hayan quejado mucho…

 

María Jesús

 

29-VIII-2022

 

CAJÓN DE SASTRE

Las trece Rosas

 

Las Trece Rosas es el nombre colectivo dado a un grupo de trece jóvenes, la mitad de ellas miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), fusiladas por la

dictadura de Francisco Franco en Madrid el 5 de agosto de 1939, cuatro meses después de finalizar la Guerra Civil Española. El 3 de agosto de 1939, la sentencia del fiscal del Consejo Permanente de Guerra encontró a las Trece Rosas como «responsables de un delito de adhesión a la rebelión». Las edades de las víctimas estaban entre los dieciocho y los veintinueve años. Las Trece Rosas fueron Carmen Barrero Aguado,

Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez,

Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente. En realidad, las mujeres fusiladas fueron catorce, porque a las anteriores debe sumarse Antonia Torre Yela, fusilada el 19 de febrero de 1940. Entre ese primer grupo de ejecutados también fueron fusilados cincuenta hombres, donde se encontraba un joven de catorce años.

 

Detención y consejo de guerra

Tras la ocupación de Madrid por el ejército franquista y el fin de la guerra, las

Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse clandestinamente bajo la dirección de José Pena Brea, de veintiún años. Los dirigentes del

PCE y las JSU habían abandonado España, dejando la organización en manos de militantes poco significativos, los cuales esperaban pasar más desapercibidos.

José Pena, secretario general del comité provincial de las JSU, fue detenido por una delación y obligado a dar, mediante torturas, todos los nombres que

sabía y firmar una declaración preparada. Roberto Conesa, policía infiltrado en la organización, colaboró también en la caída de la organización. Conesa fue posteriormente comisario de la Brigada Político-Social franquista y ocupó un cargo importante en la policía durante los primeros años de la democracia. La práctica totalidad de la organización clandestina cayó de este modo, sin apenas posibilidad de reorganización. La mayor parte de los detenidos aún no había tenido tiempo de integrarse en la organización clandestina o apenas acababan de hacerlo. A la captura de los militantes ayudó el que los ficheros de militantes del PCE y las JSU no habían podido ser destruidos, debido al golpe de Estado del coronel Casado,

y fueron requisados por los militares franquistas al ocupar Madrid. Entre los detenidos se hallaban las Trece Rosas, que fueron detenidas y conducidas primero a instalaciones policiales, donde fueron torturadas, y después a la cárcel de mujeres de Ventas,

construida para cuatrocientos cincuenta personas en la que se hacinaban unas cuatro mil. El 27 de julio de 1939 tuvo lugar un atentado contra el coche donde viajaba el comandante Isaac Gabaldón Izurzún, acompañado de su hija Pilar de dieciséis

años de edad y el conductor José Luis Díez Madrigal de veintitrés años, cuando circulaban por la carretera de Extremadura cerca de Talavera de la Reina.

El comandante Gabaldón, que murió en el atentado, era un antiguo miembro de la «

quinta columna» de Madrid y en aquel momento desempeñaba un cargo importante en el aparato represivo franquista, pues estaba encargado del «

archivo de la masonería y el comunismo» que suministraba documentación a los fiscales militares en los consejos de guerra contra los partidarios de la

República, de ahí que el régimen interpretara su muerte como «un desafío de un adversario al que creía totalmente aniquilado, y decidió castigar a los verdaderos

o supuestos responsables de un modo ejemplar». Aunque todo parecía indicar que había sido obra de algún grupo de antiguos soldados de la República, o de

huidos —no era la primera vez que se producía un atentado contra un vehículo en marcha en los alrededores de Madrid—, el régimen lo atribuyó a una supuesta

red comunista de grandes dimensiones. Los cuerpos sin vida de la hija de dieciséis años y del conductor fueron localizados tres días después. Un primer consejo de guerra sumarísimo se celebró el 4 de agosto en Madrid, donde fueron condenados a muerte sesenta y cinco de los sesenta y siete acusados, todos ellos miembros de las JSU,

siendo fusilados al día siguiente sesenta y tres. El 7 de agosto fueron fusilados un número indeterminado de hombres condenados en otro juicio, y pocos

días más tarde fueron condenadas veinticuatro personas más —fueron fusiladas veintiuna, salvándose tres jóvenes «porque el régimen había empezado a temer

que el caso pudiera crear un eco desfavorable para la nueva España en el extranjero»—. Entre los cincuenta y seis ejecutados en Madrid el 5 de agosto de

1939, se encontraban trece mujeres jóvenes, que serían conocidas como las Trece Rosas

así como cuarenta y tres hombres (43 claveles), entre los que se encontraba un niño de catorce años. La represión en Madrid fue llevada a cabo bajo el mando de

Eugenio Espinosa de los Monteros que, como comandante del I Cuerpo de Ejército franquista y primer gobernador militar, organizó la represión y los fusilamientos en Madrid. Nueve de las jóvenes fusiladas eran en el momento de su muerte

menores, ya que la mayoría de edad estaba establecida en 23 años en 1889, 21 años en 1943, 18 años en 1978. Los fusilamientos saltaron más tarde a la prensa internacional cuando se conoció que entre los primeros sesenta y tres ejecutados se encontraban trece

mujeres jóvenes. Una hija de madame Curie promovió una campaña de protesta en

París por las Trece Rosas que tuvo un gran impacto en Francia, a pesar de lo cual el régimen franquista no detuvo su espiral represiva —se estima que la mayoría de las trescientas sesenta y cuatro personas que fueron detenidas por el atentado contra el comandante Gabaldón fueron fusiladas—.

 

Resumen biográfico de las Trece Rosas:  

Carmen Barrero Aguado,

20 años,

modista.

Trabajaba desde los doce años, tras la muerte de su padre, para ayudar a mantener a su familia, que contaba con 8 hermanos más, cuatro menores que ella.

Militante del PCE, tras la guerra, fue la responsable femenina del partido en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.  

Martina Barroso García,

24 años,

modista.

Al acabar la guerra empezó a participar en la organización de las JSU de Chamartín. Iba al abandonado frente de la Ciudad Universitaria a buscar armas

y municiones (lo que estaba prohibido). Se conservan algunas de las cartas originales que escribió a su novio y a su familia desde la prisión.  

Blanca Brisac Vázquez,

29 años,

pianista.

La mayor de las trece. Tenía un hijo. No tenía ninguna militancia política. Era católica y votante de derechas. Fue detenida por relacionarse con un músico

perteneciente al Partido Comunista. Escribió una carta a su hijo la madrugada del 5 de agosto de 1939, que le fue entregada por su familia (todos de derechas)

dieciséis años después. La carta aún se conserva.  

Pilar Bueno Ibáñez,

27 años,

modista.

Al iniciarse la guerra se afilió al PCE y trabajó como voluntaria en las casas-cuna (donde se recogía a huérfanos y a hijos de milicianos que iban al frente).

Fue nombrada secretaria de organización del radio Norte. Al acabar la guerra se de la reorganización del PCE en ocho sectores de Madrid. Fue detenida el

16 de mayo de 1939.

Julia Conesa Conesa,

20 años,

modista.

Nacida en Oviedo, el 25 de mayo de 1919. Vivía en Madrid con su madre y sus dos hermanas. Se afilió a las JSU por las instalaciones deportivas que presentaban

a finales de 1937, donde se ocupó de la monitorización de estas. Pronto se empleó como cobradora de tranvías, ya que su familia necesitaba dinero para

subsistir, y dejó el contacto con las JSU. Fue detenida en mayo de 1939, siendo denunciada por un compañero de su novio. La detuvieron cosiendo en su casa.

Al alba del 5 de agosto de 1939, horas antes de ser fusilada, escribió: «Que mi nombre no se borre en la historia», en una carta de despedida dirigida

a su madre, que aún conserva su familia.  

Adelina García Casillas,

19 años,

activista.

Militante de las JSU. Hija de un guardia civil. Le mandaron una carta a su casa afirmando que solo querían hacerle un interrogatorio ordinario. Se presentó

de manera voluntaria, pero no regresó a su casa. Ingresó en prisión el 18 de mayo de 1939.  

Elena Gil Olaya,

20 años,

activista.

Ingresó en las JSU en 1937. Al acabar la guerra comenzó a trabajar en el grupo de Chamartín.  

Virtudes González García,

18 años,

modista.

Amiga de María del Carmen Cuesta (15 años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas). En 1936 se afilió a las JSU, donde conoció a Vicente Ollero, que terminó siendo su novio. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 denunciada por un compañero suyo bajo tortura.  

Ana López Gallego,

21 años,

modista.

Nacida en La Carolina, Jaén. Militante de las JSU. Fue secretaria del radio de Chamartín durante la Guerra. Su novio, que también era comunista, le propuso

irse a Francia, pero ella decidió quedarse con sus tres hermanos menores en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo, pero no fue llevada a la cárcel de Ventas

hasta el 6 de junio. Se cuenta que no murió en la primera descarga y que preguntó: «¿Es que a mí no me matan?».  

Joaquina López Laffite,

23 años,

secretaria.

En septiembre de 1936 se afilió a las JSU. Se le encomendó la secretaría femenina del Comité Provincial clandestino. Fue denunciada por Severino Rodríguez

(número dos en las JSU). La detuvieron el 18 de abril de 1939 en su casa, junto a sus hermanos. La llevaron a un chalet. La acusaron de ser comunista,

pero ignoraban el cargo que ostentaba. Joaquina reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. No fue conducida a Ventas hasta el 3 de junio,

a pesar de ser de las primeras detenidas.  

Dionisia Manzanero Salas,

20 años,

modista.

Se afilió al Partido Comunista en abril de 1938 después de que un obús matara a su hermana y a unos chicos que jugaban en un descampado. Al acabar la guerra

fue el enlace entre los dirigentes comunistas en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.  

Victoria Muñoz García,

18 años,

activista.

Se afilió con 15 años a las JSU. Pertenecía al grupo de Chamartín. Era la hermana de Gregorio Muñoz, responsable militar del grupo del sector de Chamartín

de la Rosa. Llegó a Ventas el 6 de junio de 1939.  

Luisa Rodríguez de la Fuente,

18 años,

sastre.

Entró en las JSU en 1937 sin ocupar ningún cargo. Le propusieron crear un grupo, pero no había convencido aún a nadie más que a su primo cuando la detuvieron.

Reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. En abril la trasladaron a Ventas, siendo la primera de las Trece Rosas en entrar en la prisión.

 

Fuente consultada: Wikipedia.

 

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

 

Dígannos y mantennos

 

Cuando se añade el pronombre nos a una forma verbal terminada en -n, lo adecuado es mantener las dos enes: mantennos, ponnos, dígannos, escríbannos, invítennos…

 

Uso inadecuado

 

    Díganos ustedes, estimados lectores, ¿para qué sirve eso?

    Escríbanos ustedes contando los detalles de su caso.

 

Uso adecuado

 

            Dígannos ustedes, estimados lectores, ¿para qué sirve eso?

    Escríbannos ustedes contando los detalles de su caso.

     

Como explica la Gramática, «cuando una forma imperativa termina en -n, esta consonante no se superpone a la inicial del pronombre nos», es decir, se mantienen las dos enes, por lo que lo adecuado es escribir ponnos o mantennos, y no ponos ni mantenos.

 

Lo mismo sucede cuando este pronombre se une a la forma del plural ustedes del presente de subjuntivo: dígannos, manténgannos, póngannos… Esta duplicación permite, además, distinguir entre las formas del plural y las del singular: díganos, manténganos, pónganos (usted)…

 

RECOMENDACIÓN DE LA FUNDÉU

 

LA BUTACA

Gran éxito

 

Después de varias ediciones con las restricciones exigidas por el coronavirus este año la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo (Salamanca) se ha podido celebrar sin mascarillas, sin límites de aforos y lo más esperado por los niños sobre todo: con espectáculos en la calle.

 

Los datos confirman el gran éxito: treinta mil espectadores y sesenta representaciones.

 

 La Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo es ya el evento cultural más importante de Castilla y León.

 

Felicidades a Manuel González, su director, y a todos los colaboradores. El trabajo de tantos meses ha sido recompensado con creces. Gracias por todo y ánimo para empezar a preparar la muestra de 2023. Los amantes del teatro la esperamos con ilusión.

 

Desde Salamanca informó para 30 días Eliezer.

 

CARTA A...

Salman Rushdie:

 

Por segunda vez ha conseguido esquivar a la muerte. El motivo que lleva años impidiéndole vivir libre y le obligará a seguir viviendo con tan grave amenaza a cuestas no es otro que haber escrito Los versos satánicos. No sabemos, ni lo sabremos nunca, si el asesino actuó por defensa de su religión o por conseguir la recompensa económica que se ofreció por su cabeza. Ninguna de las dos posibilidades puede entenderse y mucho menos justificarse. Ni el Dios de los musulmanes, ni el Dios de los judíos, ni el Dios de los católicos, pueden querer ser defendidos a cuchilladas porque dejarían de ser dioses, y matar por dinero se puede matar, es evidente, pero eso equivale a perder la libertad, la dignidad, el respeto de la sociedad en general y de los creyentes de cualquier religión en particular. El móvil de estos asesinatos tiene más de fanatismo movido por la manipulación y a estas alturas cuesta creer que todavía queden seres que llevados por la ignorancia caigan en esta trampa. ¿Cuándo se darán cuenta de que los que les prometen ganar el paraíso con tan execrables actos no tienen ninguna prisa por quitarles la vez? Matar es un delito, y hacerlo en nombre de un dios, no tiene nombre, todos perdonan, toleran, comprenden, y los verdaderos creyentes de cualquier religión están obligados a seguir su ejemplo. No he leído Los versos satánicos, tampoco sé si los leeré, pero sí sé que ninguno de los dioses mandaría matarlo por escribirlos.

 

Gracias al Dios que ha conseguido salvarle la vida por segunda vez y ojalá consiga que sus fieles entiendan que odiar a los hombres en lugar de amarlos es ofenderlo a Él mismo.

 

COSAS DE GARIPIL

¡Hola! Ponte un café helado, coge el abanico y siéntate a leer conmigo el siguiente capítulo de Bella Luna, es lo mejor para olvidarte del calor.

 

           XII LA GUERRA DE LOS JUGUETES

     Bella Luna tuvo que volver a jugar ella sola. Lo hacía en el patio y jugaba al escondite. Se situaba en el centro y se tapaba los ojos con las manos para contar hasta diez. Luego corría entre las columnas y cuando le parecía más oportuno se paraba delante de una, giraba la cabeza hacia un lado y gritaba: “¡Alza la maya por ti, Calixto, que te he visto!” Con el paso de los días empezó a cansarse de sorprender a un Calixto inexistente y dejó el patio para echar  carreras por los pasillos de la casa. Además de difícil, era un juego peligroso, en la madera encerada se resbalaba y cada dos por tres caía al suelo como una rana, pero era muy divertido ver marcadas las huellas de sus zapatos. Tarri no tardó en sorprenderla y puso el grito en el cielo.

     —¡Ahora mismo tengo que ponerme a pulir todos los pasillos! ¡Dios mío, qué moratón te has hecho en la pierna! Cómo va a enfadarse tu padre cuando venga el jueves y te vea. Pensará que te he abandonado y a ver cómo le demuestro que no es verdad.

     Aquel día empezó a cortarle todos los vuelos.

     —De hoy en adelante te tendré sentadita en el sillón y bien arropada con las faldas de la mesa camilla. Será mejor tu bien que el mío. Tendré sumo cuidado de mantener vivas las brasas en el brasero para que no te resfríes. ¿Te duele el moratón? Te lo curaré con cataplasmas de malvas cocidas y si tarda en sanar hay que llamar al médico porque un cardenal así puede llegar a papa si no se mata antes y entonces estamos perdidos.

     Bella Luna se aburría tanto que empezó a bostezar y le entró un sueño tan horrible que estuvo dormida tres meses. Tarri la metió en la cama y durante aquel tiempo evitó que durante el día alteraran sus sueños los ruidos de la calle. La despertaba con mimo para comer pero nunca llegaba al postre porque cerraba los ojos y ya estaba como un tronco. Una mañana ocurrió algo espantoso. Tarri entró en la habitación de Bella Luna y la encontró tomada por un batallón de muñecas. Las había de todas las clases y ninguna estaba de adorno. Encima de la cama, las bailarinas, con trajes de volantes, tocaban las castañuelas y bailaban al son de sus repiques; las muñecas de trapo se columpiaban de la lámpara del techo y se reían como locas; las muñecas de cartón se vestían con ropas de Bella Luna que sacaban del armario y colgaban las suyas de las perchas que iban quedando libres, y en el gran espejo de la  cómoda se  miraban para peinarse las muñecas de porcelana mientras sonreían coquetonas al verse los tirabuzones. Tarri cogió un plumero y sin dudarlo las sacudió.

     —¡Fuera de aquí, bribonas, que turbáis los sueños de mi hija! ¡Os mataré por incordiar!

     Con los gritos se despertó Bella Luna y sólo entonces escaparon las muñecas pero algunas huyeron heridas por el plumero.

     La visita de los juguetes se repitió la noche siguiente pero en aquella ocasión llegaron los balones. Tarri los sorprendió rebotando de mueble en mueble, de pared en pared, del suelo al techo y del techo al suelo. Al oírla gritar se lanzaron con más entusiasmo a jugar y el rojo hizo añicos los jarrones de porcelana de la cómoda, el amarillo, el espejo del armario y el verde la lámpara de la mesilla de noche. Tarri salió bufando y regresó con un cuchillo de cocina.

     —¡Os mato, antes de que despertéis a mi hija, os mato “vivos!”

     Cuando Bella Luna abrió los ojos, los balones empezaron a salir por la ventana, pero uno en tonos azules iba perdiendo el aire de una cuchillada.

     Otra noche llegaron los globos. Unos tenían forma de pera, otros, de corazón, muchos, de vela. Todos inflados danzaron toda la noche alrededor de la cama de Bella Luna que les sonreía feliz. Como tenían la virtud de no hacer ruido, no tenían miedo de ser sorprendidos. De madrugada entró Tarri con una vara de hierro terminada en tres puntas muy afiladas. “¡Auxilio, que nos pinchan!”, gritó el más grande de los globos, el único que tenía forma de melón. En un intento de salvarse, algunos se desinflaron y se escondieron debajo de los muebles, pero Tarri los cogió uno a uno y los tiró al pozo para que no volvieran ni con aire ni sin él; otros, sin desinflarse, se elevaron cuanto pudieron, pero Tarri alargó el brazo y ¡pum!, ¡pum!, ¡pun!, pum!... todos fueron cayendo desinflados, rotos, encogidos de dolor por no poder evitar que la explosión despertara a Bella Luna llorando del susto. 

     Llegaron otros juguetes en noches sucesivas y corrieron la misma desgracia.  Los últimos en visitar a Bella Luna fueron los caballos de cartón. Trotaban y relinchaban como si estuvieran en el campo. Ni corta ni perezosa, Tarri se lió a palos con ellos. El escándalo despertó a Bella Luna en lo mejor de sus sueños, y al abrir los ojos, los animales se fueron. El último de la recua era un caballito blanco con motas marrones que cojeaba de una pata. Tarri se fue hacia él sin soltar el palo, dispuesta a partirle la otra pata, pero Bella Luna saltó de la cama, se interpuso entre los dos, y recibiendo el golpe, le salvó la vida, pues la intención de su madre era matarlo en cuanto cayera al suelo. Menos mal que Tarri no tuvo tiempo de reprenderla. Tras aquellas visitas toda su urgencia se centraba en limpiar el cuarto de arriba abajo para que su hija siguiera durmiendo y ella pudiera respirar a gusto.

     Ñoto pasaba el día trabajando a destajo y no se enteraba de cuanto pasaba en el pueblo. Los niños Llevaban varias semanas en pie de guerra: se        habían quedado sin un triste juguete. Todos fueron desapareciendo misteriosamente por las noches y no volvió ni uno con la luz del día. La Noche de los Reyes Magos dejaron todos sus botas muy limpias en las ventanas y aquella fue la madrugada de las lágrimas. En las botas solamente hallaron golosinas y los padres juraban por todos los santos del cielo que habían enviado las cartas a Oriente por correo y certificadas. Se reunieron todos los niños y tomaron una decisión: se turnarían y  montarían guardia por las noches para pillar al ladrón que robaba sus juguetes, lo pillarían con las manos en la masa y no lo soltarían hasta que no los devolviera. Tarri ya no se preocupaba por los dulces sueños de Bella Luna si no por el moratón de la pierna que ya apenas la movía. Ñoto tuvo que ir a buscar al médico.

     —A mi hija se le ha cambiado la pierna por una pata de palo. ¿Puede ir a visitarla? Quiero que su ciencia se la cambie por la que tenía de carne y hueso.

     El médico visitó a Bella Luna varias veces.

     —¡Es una barbaridad tenerle a la niña la pierna vendada con este ungüento durante tanto tiempo! ¿Dónde demonios tienen los ojos para no ver que un moratón sana en dos días y al aire libre porque al no ser herida no existe riesgo de infección? No ha faltado ni el canto de un duro para quedarse coja para toda su vida. Tiene la pierna casi paralizada. Ahora tendrá que hacer ejercicios de movilidad para rehabilitarla y como poco en cinco semanas conseguiré que corra por el patio como un gamo.

     Ñoto tuvo que vender las nuevas mimbreras para saldar la cuenta del médico. A nadie le dolía tanto como a él desprenderse en aquel momento de los árboles que eran el fruto de la perla blanca, pero era mil veces más doloroso ver a Bella Luna con una pata de palo morado. Tampoco a Tarri le importó demasiado que mermaran las cosechas de mimbres.

     —Ese médico es tan sabio que ha hecho un milagro con Bella Luna y el trabajo de esas manos debe ser pagado con oro del de más quilates.

     Bella Luna se cansaba en seguida de danzar por el patio como había aconsejado el médico.

     —Quiero dormir que dormida juego mucho y lo paso genial.

     Su madre la desanimaba temerosa de una recaída.

     —Eso no es jugar sino soñar y los sueños son mentiras que cuentan las estrellas para engañar a los niños.

 

    María Jesús Sánchez Oliva.

 

     Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.

     “Garipil” (1995).

     Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.

     “Letanías” (1999).

     Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.

     “El rosario de los cuentos” (2003).

     Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.

     “Cartas de la Radio” (2007).

     Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.

     “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).

     Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

      “Los días perdidos” (2018).

      Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.

 

     Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

 

garipil94@oliva04.e.telefonica.net

 

     Estaré encantado de responderte.

 

     Gracias por tu visita y hasta el próximo número.

 

     Garipil.

 

 

 

 

 

miércoles, 3 de agosto de 2022

PORTADA

 

     Queridos lectores: Acaba de salir el número 102 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

 

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus noticias con dos sencillas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y reales. Y segunda: que las envíes a mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Cuento contigo.

 

    CONTENIDO

 

    LA VITRINA: ¿A quién le apetece leerme este mes? Me llamo Quercus y me firma Rafael Cabanillas Saldañas. 

    MESA CAMILLA: Ni España ni Marruecos han podido ocultar la tragedia.

    CAJÓN DE SASTRE: Nuestra eñe.

    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Los miles de personas, no las miles de personas.

    LA BUTACA: Datos descorazonadores.

    CARTA a… Miguel Ángel Blanco.

    COSAS DE GARIPIL: Una jaula de oro (11 capítulo de Bella Luna).

 

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

 

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

 

    María Jesús Sánchez Oliva.

 

    Seguidores de Honor:

    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.

    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.

    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.

    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

    Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

 

 

 

LA VITRINA

Queridos lectores: Hay autores que titulan muy bien, hay otros que lo hacen regular y no faltan los que lo hacen muy mal. Esto es un problema para los lectores que eligen los libros por los títulos, porque detrás de un título poco atractivo puede haber una gran obra, y detrás de un título muy hermoso puede haber un libro de poco interés. De cualquier forma los buenos lectores saben que esto tiene más de costumbre que de eficacia y antes de elegir un libro entre otros tienen en cuenta otros datos más seguros: los gustos de la persona que se lo recomienda por ejemplo, o comprobar otros libros del autor, y no es fácil equivocarse. Digo todo esto porque he sido el libro elegido entre otros muchos para invitaros a leer este mes, y salvo que sepáis el origen de mi nombre, seguro estoy de que me dejaréis en la estantería sin más. Para evitarlo os pido paciencia hasta que tengáis todos los datos para juzgarme.

 

Nombre de pila: Quercus.

 

Autor: Rafael Cabanillas saldañas.

 

Reseña: El joven Abel huye del horror de la Guerra Civil para refugiarse en una cueva. En ella pasará unos años poniendo a prueba su resistencia para sobrevivir a la soledad y a las desdichas. Para conseguirlo, debe hermanarse con el bosque y con los animales que lo pueblan hasta convertirse en uno de ellos. Cuando al fin desciende del monte al pueblo, inicia una nueva vida. Complicada, pues el abandono, el hambre y la injusticia son los enemigos de estas tierras. Una especie de Comala, aislada de la civilización, cuya identidad se va conformando con las historias y sucesos de los aldeanos. Convirtiendo sus relatos en una novela coral de múltiples voces, con las que sentirás los olores del monte, el sabor astringente del miedo y el arañazo de la desesperación de sus gentes en tu propia boca y en tu piel. ¿Conseguirá Abel, destinatario de una especie de fatum desde que llegó a esa cueva, revertir el abandono y la miseria de esa tierra?

 

Para eso hay que leer el libro.

 

Firmado: Quercus.

 

Posdata: Quercus, del latín Quercus, era el término utilizado para nombrar al roble, a la encina y al alcornoque. Digamos pues que Quercus significa encina y mucho tiene que ver con mi título. Por último os cuento una curiosidad que acabo de descubrir: En la provincia de Salamanca hay un instituto de enseñanza que no tiene nombre de escritor, ni de santo ni de princesas, infantas o reinas, se llama, simplemente, Quercus, es decir, Encina. Si alguien sabe decirme en qué municipio se encuentra ubicado intercederé para que sea nombrado seguidor de honor de este bloc.   

 

 

MESA CAMILLA

Ni España ni Marruecos han podido ocultar la tragedia

 

No sabemos si los muertos han sido 23, 27, 37 o más de 40, solo sabemos que con cada migrante que muere por intentar salir del hambre y de la incultura, por huir de las guerras y otras miserias, vuelven a morir todos los muertos en el intento, y los mares están llenos de tumbas de agua, tumbas sin nombres, tumbas sin fecha… tumbas de personas que se les negó el derecho que ni se les niega a los árboles: tener un palmo de tierra donde nacer, crecer y vivir en paz.

 

No sabemos sus nombres, ni los saben las autoridades marroquíes, ni los saben las autoridades españolas, solo sabemos que unos trabajadores cavaron con urgencia y sin permitir la entrada a nadie unas fosas en un descampado del cementerio Sidi Salem de Nador para enterrarlos como ya no se entierran ni a los perros: sin dar explicaciones a sus compañeros de viaje heridos, sin pensar en sus familias, sin tener en cuenta que jamás sabrán si están vivos o si están muertos, porque se les ha dado tierra sin practicar autopsias y sin identificar los cadáveres.

 

No sabemos sus edades, solo sabemos que eran jóvenes, algunos hasta es posible que menores de edad, porque solo los jóvenes tienen fuerzas, ganas e ilusión para vagar por peligrosos países hasta llegar a la civilización y arriesgarse a cruzar una frontera tan vigilada por la Guardia Civil española como por la Policía de Marruecos, y el asalto a la valla de Melilla el viernes 24 de junio fue una temeridad que han pagado con la vida, y ni España ni Marruecos se reconocen responsables de la tragedia: la culpa fue suya por querer trabajar, por querer comer, por querer vivir sin miedo.

 

Para el presidente Sánchez la culpa es de las mafias que a cambio de un dinero que dejará a sus familias en la más absoluta miseria o endeudadas les ofrecen el paraíso a sabiendas de que solo encontrarán el infierno, pero ¿por qué no se persigue a las mafias? Esto solo lo pueden hacer los gobiernos, no los engañados, manipulados y estafados. Y no se sabe de ninguno que lo haga. Para Mohamed VI lo prioritario era ocultar la tragedia y optó por lo que cabía esperar: hacer y callar, pero los vecinos de Nador fueron testigos del cruel enfrentamiento con la policía marroquí, de sus abusos de autoridad, de sus hábiles maniobras para dejarlos atrapados antes de saltar la valla, vieron en las calles del pueblo cuerpos destrozados, bañados en sangre, a pleno sol y sin que nadie se molestara en saber si estaban vivos o muertos, y las imágenes no tuvieron problema para cruzar la frontera y sacar de las sombras una de las peores tragedias acaecidas en la valla que separa España de Marruecos o Marruecos de España.

 

Es obvio que el Gobierno marroquí está más obligado a exigir que  se investiguen los hechos con rigor y se depuren responsabilidades que el español, pero como para el rey de Marruecos las personas son objetos de los que puede disponer a su “real” antojo, y el presidente de España no quiere más líos con él, ni se atreve a pedírselo, no vaya a ser que vuelva a enfadarse. Solo la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos) ha denunciado los vergonzosos hechos y ha exigido responsabilidades, pero de momento, desgraciadamente, solo ha conseguido que ni Marruecos ni España hayan podido ocultar la tragedia que, visto lo visto, era lo que ambos países pretendían.

 

María Jesús

 

4-VII-2022

 

Primera publicación de julio en salamancartvaldia. 

 

CAJÓN DE SASTRE

Nuestra eñe

 

  El español tiene una letra única para pronunciar el sonido peculiar de nuestra ñ, mientras que otras lenguas, para representar el mismo sonido requieren el concurso de dos letras.

 

La eñe es un salto cultural de una lengua romance que dejó atrás a las otras al expresar con una sola letra un sonido que en otras lenguas sigue expresándose con dos.

 

Para conocer cómo surgió esta icónica letra hay que retroceder a la Edad  Media.

 

 En latín, ni la letra ni el sonido correspondiente a la eñe existían. Pero a medida que el latín evolucionó y empezaron a surgir las lenguas  románicas, como el castellano, el francés o el italiano, apareció este  sonido nasal (el aire sale por la nariz) palatal (al pronunciarlo el  dorso de la lengua se apoya contra el paladar) que identificamos como "eñe". Al no existir en el alfabeto latino, los escribas tuvieron que inventar formas de reproducir ese sonido en los textos de las lenguas romance.

 

Así, desde el siglo IX, los copistas empezaron a transcribir el sonido

de la eñe de tres formas diferentes:

 

1. Como una doble n (nn): canna (caña), anno (año), donna (doña)

 

2. Como un gn: lignu (leño), agnus (cordero)

 

3. Como "ni" seguido de una vocal: Hispania (España), vinia (viña)

 

Los escribas que optaban por usar la doble ene (o ene geminada)

empezaron a abreviar esta forma, dejando una sola ene y poniendo una

 vírgula encima (el sombrerito tan característico de la ñ).

 

"Esto fue una solución para ahorrar pergamino y facilitar el duro

trabajo de los monjes escribanos. Es por eso que el uso de abreviaturas

era muy común en la época", José J. Gómez Asencio, catedrático de la

lengua española en la Universidad de Salamanca. Y es que los monjes eran prácticamente los únicos que sabían leer y

 escribir en la Edad Media, por lo que la mayor parte de la cultura

 antigua se transmitió a través de la labor de estos copistas.

 

En el siglo XIII, la reforma ortográfica del rey Alfonso X el Sabio, que buscaba establecer las primeras normas del

castellano, se decantó por la ñ como la opción preferente para reproducir ese sonido.

 

Durante el siglo XIV la eñe se extendió en su uso y Antonio de Nebrija

la incluyó en la gramática de 1492, la primera del castellano.

 

El español y el gallego optaron por la ñ (España) pero cada lengua

románica adoptó su propia solución gráfica para el sonido palatal nasal.

 

Así el italiano y el francés se quedaron con la gn(Espagne, Spagna)

 

El portugués con la nh (Espanha)

 

Y el catalán con la n seguida de y griega (Espanya)

 

Internet, enemigo de la ñ

 

El español es una de las lenguas más extendidas del mundo. Según las cifras del Instituto Cervantes, hay más de 500 millones de

hispanohablantes nativos en el mundo, lo que sitúa al español como la

segunda lengua materna más hablada del mundo, justo después del chino mandarín. A pesar de esto, la ñ encontró obstáculos en la era digital. En 1991, la entonces Comunidad Económica Europea propuso comercializar

teclados sin la letra ñ, una iniciativa rechazada por políticos e

intelectuales hispanohablantes, entre ellos Gabriel García Márquez.

 

¿Qué otras lenguas la utilizan?

 

Tanto la letra ñ como el sonido (o fonema) de la ñ no son exclusivas del español. En la Península Ibérica, el gallego  y el asturiano usan esta letra. En América Latina muchas lenguas indígenas como el mixteco, el zapoteco, el otomí, el quechua, el aymara, el mapuche y el guaraní también cuentan con la eñe.

 

Pero, ¿cómo llegaron a incorporar esa letra tan castiza a sus abecedarios?

 

"Muchas lenguas amerindias no tenían escritura en el siglo XVI, cuando los españoles llegaron al continente. Las lenguas que tenían ese sonido fuerte, palatal y nasal, tomaron la ñ del español", le dice a BBC Mundo Julio Calvo, profesor de la Universidad de Valencia, en España.

 

De hecho, los sistemas de escritura de las lenguas indígenas fueron implementados en la mayoría de los casos por lingüistas del reino de España.

 

La letra y el fonema de la eñe no son exclusivos del español.

 

"Hubo una directiva que, para facilitar a los indígenas el manejo tanto de su lengua como del español, señalaba que debían seguir el sistema del español", le cuenta Klaus Zimmermann, catedrático de lingüística románica de la Universidad de Bremen, en Alemania, a BBC Mundo.

 

"Por un lado se puede decir que (la eñe) fue un préstamo del español y por otro que fue una imposición, ya que la directiva no fue decretada por los mismos indígenas sino por lingüistas o indígenas obedeciendo a un raciocinio pedagógico propuesto por la cultura y política hispana", dice Zimmermann.

 

Otras culturas que también tuvieron contacto con el español cuentan con la ñ, como el papamiento de Curazao, el tagalo y el chabacano de Filipinas, el bubi de Guinea Ecuatorial o el chamorro de Guam.

 

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

los miles de personas, no las miles de personas

 

El sustantivo miles es masculino y, por lo tanto, lo adecuado es que el artículo que lo acompaña sea masculino para concordar con él: los miles de personas y no las miles de personas.

 

Uso inadecuado

 

    Los retrasos afectarían a las miles de personas que participan en el dispositivo.

    Isabel II ha saludado a las miles de personas que se agolpaban a las puertas del palacio.

 

Uso adecuado

 

    Los retrasos afectarían a los miles de personas que participan en el dispositivo.

    Isabel II ha saludado a los miles de personas que se agolpaban a las puertas del palacio.

 

Puesto que el sustantivo miles es masculino, al igual que otros numerales como centenar o millón, lo apropiado es que los determinantes que los acompañan tengan también género masculino, no femenino (los miles de personas, unos centenares de mujeres, esos millones de denuncias, y no las miles de personas, unas centenares de mujeres, esas millones de denuncias).

 

Se recuerda asimismo que en estructuras en las que el sustantivo determinado por alguno de estos numerales (mil, millón o centenar) es femenino y va acompañado de un adjetivo, tal como afirma la Real Academia en su Twitter, este podría concordar en masculino si modifica al numeral (los miles/millones/centenares de hectáreas arrasados) o en femenino si califica al sustantivo (los miles/millones/centenares de hectáreas arrasadas).

 

Recomendación de la FUNDÉU.