jueves, 31 de mayo de 2012

Portada

Queridos lectores: Acaba de salir el número 4 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.
Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia.
Lo primero dar la bienvenida a mis nuevos seguidores:
Trigodedios.
Ana.
Leonardo.
Planeta Tecnología. ¡Por cierto!, ¿cuántos sois? ¡Qué misterio!
Y lo segundo dar las gracias a David Eliecer por participar con una consulta en mi mercadillo de catetas.
María Jesús.
Seguidores de Honor:
Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.

La Vitrina

Se encendieron las luces y se alzó el telón hace 49 años; mucho tiempo para algunas cosas, pero muy poco para otras. En el escenario apareció una atriz nueva: Rosa María García Cano. Sin engorrosos ensayos empezó a interpretar magistralmente su papel de hija, de hermana, de compañera de juegos, de colegio, de trabajo, de amiga, de novia y de esposa. El de ciudadana, lo bordó de tolerancia, de respeto y de educación. El del teatro de tanto amor que empezó siendo una pasión y acabó convertido en su profesión. Durante varios años dirigió el grupo de teatro “Lazarillo de Tormes”, de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España). Había caído en desgracia y ella lo resucitó, y adaptó obras clásicas, y escribió obras modernas, y con su elenco de actores recorrió pueblos y ciudades recogiendo aplausos, enhorabuenas y felicitaciones. En 1998 pasó a dirigir la Feria de Teatro de Castilla y León que cada año, a finales de agosto, tiene lugar en Ciudad Rodrigo (Salamanca), con tal acierto que hoy es un acontecimiento a nivel internacional, pero el pasado año, al clausurar la edición 2011, una maldita enfermedad surgió de entre cajas, la pilló de sorpresa, aturdida por los parabienes que en su humildad no creía merecer, y pese a sus prisas, sacrificios y esfuerzos por defenderse de ella y seguir actuando, ayer, cuando paradójicamente el mes de mayo se decidía por fin a llenar de vida las calles, las plazas, los parques, se apagaron las luces, cayó el telón y se fue para siempre, y ante tan triste final de la función, los espectadores, en lugar de unir sus manos para aplaudir, las unieron para hacer lo único que las personas podemos hacer ante lo imposible, ante lo que no entendemos, ante lo que no aceptamos por no encontrarle ningún provecho: rezar.
Por esto, querida Rosa, hoy he aparcado todo cuanto tenía dispuesto para mi sencilla vitrina y la he vestido de luto para darte las gracias por conocerte, por tu ejemplo, por todo cuanto hiciste por ese “vicio” que compartimos: el teatro, y a modo de homenaje, no tengo otra cosa más importante, cuelgo en su escaparate aquella carta que con motivo de uno de tus estrenos te dediqué en mis comentarios en la radio. Estoy segura de que a la luz de las estrellas del cielo de Sequeros, ese hermoso pueblo de la Sierra salmantina donde descansarán tus restos para siempre, te gustará volver a leerla.
8 de mayo de 2002


El teatro, querida Rosa María, es todo menos teatro, es la voz del pueblo que se alza sobre un escenario para pregonar sus miserias, para quejarse de todos sus males, para desperezar conciencias y perseguir injusticias a golpe de gesto, verso, palabra y canción, es la lágrima que ríe, la carcajada que llora, el ingenio que se crece y el mágico círculo donde se abrazan los sueños que quieren ser realidades y las realidades que necesitan hacerse sueños. El teatro, aunque lo llamen teatro, es todo menos teatro, es el sentimiento que no se esconde de nadie, la verdad que se desnuda ante todos, la razón que se impone a la incoherencia para denunciar vergüenzas, reclamar respetos y exigir justicias. Por esto anduvo siempre en crisis, con vara blanda o vara dura perseguido, y aunque sus enemigos se llamen amigos, enemigos fueron y son, y han sido siempre los mismos.
Por razones de trabajo estuve doce años fuera de Salamanca. Cada vez que venía de visita un teatro se había convertido en bingo, en restaurante, en un edificio de pisos. Cuando regresé definitivamente sólo quedaban dos en pie, uno luchando desesperadamente por sobrevivir, el otro condenado a muerte, a la espera de ser ejecutado. Y si esto ocurría en la ciudad de la cultura, del arte y del saber, imagínate los que vi cerrarse para lo mismo en las ciudades del sol y del turismo.
Pero no es que el teatro dejara de ser rentable como dicen, es que necesitaban hundirlo para fomentar otros negocios. Cuando la libertad y la cultura pueden caminar juntas corren peligro muchos y viejos vicios. Se multiplicaron las cadenas de televisión y empezaron a emitir las veinticuatro horas del día, pero todos los programas de teatro desaparecieron como por arte de magia, los espectadores deben distraerse, opinar y hasta conseguir el coche de sus sueños con una llamada desde casa, pero es imprescindible que olviden lo que saben y no aprendan lo que ignoran. Los ayuntamientos, organizan deportes para los jóvenes, concursos y demás festejos, pero siempre cuidando que piensen poco, que sus ideales se estrellen contra la masa, el ruido y la vulgaridad. Y el resultado no se ha hecho esperar: hay pocos teatros, las representaciones son mínimas y los precios un lujo para muchos bolsillos, y lo que es peor, mil veces peor, la mayoría de nuestros jóvenes no han pisado un teatro.
No sé si lo que siento es pena, rabia o vergüenza, quizá una mezcla de todo, pero estoy segura de que aunque estos falsos defensores de la cultura consigan acabar con el teatro de profesionales, gracias a los grupos de aficionados, jamás acabarán con el teatro. Por esto te escribo hoy, mi querida Rosa, para felicitarte, porque con tu buen hacer has sabido ponerle música al triste afán de sobrevivir al hambre, a la injusticia y a las miserias, y el pasado jueves día 2, con el éxito de siempre, estrenaste, por fin, tu impecable adaptación de nuestro “Lazarillo de Tormes”, que por cierto, querida, a ver si tenemos suerte y ahora que la historia tiene campanillas conseguimos que el sordo de turno se entere de que aunque han pasado los siglos, Tormes, sólo tenemos uno: el de Salamanca, pero lazarillos seguimos teniendo muchos y en muchas partes, para felicitar a tus actores, (Alberto, Charo, Julián, Rosa, Teo, Elvira, Goyita, Teresa...) hombres y mujeres que después de doce horas de trabajo acuden a los ensayos con ilusión, que sin tener muchos el hábito de leer, consiguen memorizar largos textos, textos difíciles, amigos todos, que con vuestro esfuerzo habéis conseguido en pocos años recuperar, para la cultura de esta ciudad, el descabalado grupo de teatro de la ONCE “Lazarillo de Tormes”, y para felicitar, cómo no, a todos los que como tú siguen luchando con el dinero, el tiempo, y a veces el desaliento de sus actores, para demostrarles, con sus espléndidos trabajos, a todos los falsos defensores de la cultura que quieran o no quieran y les guste o no les guste en lo que a la sociedad le duela algo y el hombre tenga que quejarse, en lo que los sueños no puedan ser realidades y las realidades tengan que ser sueños, en lo que el teatro no tenga razones para ser sólo teatro, habrá alguien dispuesto a subirse en un escenario para hacer eso que tanto asusta a unos cuantos, porque aunque lo llamen teatro, los muy bribones lo saben, es todo menos teatro.
Descansa en paz. Para nosotros, no has muerto: vivirás siempre en nuestro recuerdo.

Mesa camilla

La mayoría de los españoles se sorprende ante esta crisis con la que nos acostamos cada noche y nos levantamos cada mañana; la minoría, de la que formo parte, se sorprende de que haya tardado tanto en llegar. No es que sean, o seamos, los listos de la casa, ¡ni mucho menos!, es que, como dirían en el resto de España, no hacía falta venir a Salamanca para saber que el camino que habíamos tomado era el más recto para llegar a ella.
Con la entrada en la Comunidad Europea España cambió como de la noche al día, gracias, claro, a las subvenciones, pero nuestros gobernantes, los de un lado y los de otro, más preocupados del sillón que del pueblo, ni se molestaron en explicarnos que las subvenciones se acabarían, que si nos ayudaban a instalarnos en el progreso, nosotros tendríamos que ayudar a que se instalaran otros países, que como todo tenía un precio y antes o después nos pasarían la factura, y en lugar de usar el dinero en construir una España moderna, con servicios de calidad, con trabajo estable, con ciudadanos bien formados, se dedicaron a malgastarlo para recoger votos que les permitieran ganar o no perder elecciones. Los que me rodean recordarán una frase que yo repetía con frecuencia y la mar de indignada: “¡Cuándo se acabará el dinero!” Y lo deseaba de verdad, con toda el alma. No era mala intención por mi parte, es que sentía vergüenza ajena, vergüenza de ver como se tiraba el dinero en obras en centros oficiales que no se acababan nunca, y si acababan, volvían a empezar para deshacer lo hecho y dejarlo como estaba, de ver abrir calles nada más cerrarse para meter unos cables, de ver un montón de obreros, con capataz al frente, semanas y semanas arreglando una cloaca que el día anterior no estaba rota, y se iban y estaba rota, y volvían a arreglarla, y se marchaban para volver porque la cloaca siempre estaba rota, de ver rebajar bordillos para nada más terminar las obras empezar a quitar las aceras y convertir las calles en peatonales, de crear centros oficiales que quintuplicaban los gastos a la vez que se externalizaban servicios y se reducía el número de funcionarios, en crear servicios que nunca funcionaban pero servían para nombrar jefes, jefazos y jefecillos, de ver como subvencionaban bancos, grandes empresas, instituciones con alto poder económico que siguiendo su ejemplo prejubilaban empleados con 50 y pocos años para seguir cobrando el sueldo sin trabajar hasta la edad de jubilación, con indemnizaciones millonarias la mayoría, captar clientes con engaños, trampas o timos por no llamarlos robos y organizar actividades hasta de lo más absurdo para que los aburridos mataran el tiempo antes de que el tiempo los matara a ellos, en inauguraciones de primeras piedras, en apertura de jornadas de cualquier cosa, en clausuras de todo lo habido y por haber, en cursos para justificar el dinero, no para formar, y en fiestas, sobre todo en fiestas, que es lo mejor para embobar a los ciudadanos, para entretenerlos, que para pensar estaban ellos, y los españoles, que ante la abundancia somos tan ingenuos como pícaros ante la escasez, nos creímos ricos, y como a los bancos les pedías para la comunión de la niña y de paso te daban ya para la boda, ¡a pedir ´préstamos y a vivir, que ya era hora de poder tirar la casa por la ventana!, y en la casa donde había un coche para toda la familia llegó uno para cada uno de los miembros, y nada de un coche de segunda mano, nuevo y de alta gama, y nada de reparar el piso, lo mejor venderlo y comprar uno nuevo, y todo se vendía, desde un terreno rústico hasta una casa en ruinas, pero con una condición: que fuera caro, que comprar barato estaba mal visto, y lo mismo daba para hipotecarse ser jubilado que no haber empezado a trabajar, lo importante para los jóvenes era comprar un piso para disfrutar del primer amor, y para los mayores, cambiarlo, que los constructores eran maravillosos, tan maravillosos que hasta podíamos pagarle parte del precio sin que figurara en la escritura, y si teníamos piso, un chalé, que era lo mejor para invitar a nuestros amigos los fines de semana, y si teníamos chalé, una casa en el pueblo, que por fin habíamos descubierto que el campo es muy saludable, y no nos bastaban unas vacaciones al año, necesitábamos aprovechar los puentes para salir, y nada de que nuestros hijos aprendieran un oficio, tenían que hacer carrera, y nada de empezar a trabajar de ordenanza, tenían que empezar siendo jefes, que para que te explotaran, mejor el paro, hasta que un día sonó la campana de la realidad y nos dijo que todo había sido un sueño, que no éramos tan ricos como creíamos, que estábamos entrampados hasta los ojos, y el que no lo creyera, que mirara a su alrededor para ver lo siguiente: pisos embargados por el banco que los hipotecó, segundas o terceras viviendas que se venden para evitar gastos, campos que hartos de sembrar girasoles para cobrar subvención se niegan a producir alimentos, y en lugar de exportar, tenemos que importarlos, y los hijos no saben qué hacer con sus carreras, y los padres no encuentran un triste fontanero que les arregle un grifo, y los abuelos descubren que los quieren por su pensión, pero la culpa no es de los gobiernos anteriores, ni de los técnicos, asesores y expertos, la culpa era solo de Zapatero, por no descubrir el pastel a tiempo, como si el pastel no llevara tiempo oliendo a montuno, pero como buenos españoles, seguimos gastando, la cosa tenía remedio, bastaba con esperar a que llegara don Quijote y a punta de lanza empezara a deshacer entuertos y poner orden, y los constructores devolverían el dinero que no declararon, y los políticos lo que mangaron, y los banqueros lo que prestaron sin garantía, ¡vaya si lo devolverían, como tres y dos son cinco!, pero llegó don Quijote, en esta ocasión desde Galicia, cambió la lanza por el papel y la pluma y sin encomendarse a ningún santo firmó recortes de desempleo, de sanidad, de educación, de salarios, que recaudar la calderilla tiene dos ventajas: seguir contentando a los ricos, y acostumbrar a los pobres a serlo, y ahora, los españoles, además de sorprendidos, están indignados, mientras esa minoría de la que formo parte se pregunta qué hay detrás de esta crisis con la que nos levantamos cada mañana y nos acostamos cada noche, pues, tan imposible es que todos acertaran, como que todos se hayan equivocado.

Cajón de Sastre

Hace un día espléndido para recorrer los monumentos de Salamanca (España). ¿Queréis acompañarme? ¡Pues hale!, tomamos un café en la plaza, cogemos la Rúa, y en un santiamén estamos ante uno de los más representativos: la Casa de las Conchas. Te cuento:

Casa de las Conchas

La Casa de las Conchas de Salamanca es un edificio de estilo
gótico y elementos platerescos. Su construcción se inicia en 1493. En el
interior destacan el patio con arcos mixtilíneos, la escalera y el artesonado.


Estilo y cronología

El estilo gótico tardío se combina con los nuevos
aires del plateresco renacentista. Comienza a construirse hacia 1493 y su
edificación concluyó en 1517. Hacia 1701 la casa se repara y amplía, apareciendo
la fachada que da hacia la Rúa. Fue después cárcel del estudio, es decir, cárcel
de la Universidad. En 1929 se declara Monumento Nacional. En 1967 es cedida al
Ayuntamiento de Salamanca, mediante un contrato de arrendamiento por un valor
simbólico de una peseta anual durante noventa y nueve años. En 1970 el
Ministerio de Cultura se subroga al acuerdo y sigue con el arrendamiento. Desde
1993 y tras una larga restauración, alberga en su interior una Biblioteca
Pública del Estado. En 1997 su propietario, el Conde de Santa Coloma, la entrega
a la Junta de Andalucía como pago de impuestos. En 2005 la Junta de Andalucía la
permuta por otro edificio con el Estado, su actual propietario.

Datos históricos

Palacio urbano representativo de la nueva nobleza
cortesana del siglo XVI.
El edificio se construye por encargo de don Rodrigo Maldonado de Talavera,
caballero de la Orden de Santiago, catedrático de Derecho en la Universidad, de
la que fue rector, y miembro del Consejo Real de Castilla. Bajo su patronazgo,
se construyó también la capilla de Talavera en el claustro de la Catedral Vieja.
Su hijo don Rodrigo Arias Maldonado casado con la hija del Conde de Benavente,
doña María de Pimentel y fueron padres de Pedro Maldonado Pimentel, caudillo
comunero.
Conchas de Santiago decoran la fachada del edificio y las flores de lis de los
Maldonado en el escudo. A lo largo de la historia ha sufrido importantes
modificaciones y restauraciones. Actualmente es una biblioteca para disfrute de
todos los ciudadanos.
Momento de grandes cambios políticos y sociales, con los Reyes Católicos se
produce la consolidación definitiva de la monarquía finalizando con ello las
luchas por el poder. Se desarrolla una nobleza cortesana que a cambio de su
sumisión se incorpora al aparato del estado y recibe importantes privilegios
sociales y económicos. Sus contactos con Italia hacen que reciban las
influencias renacentistas que se traducen en un gusto por el arte y la estética.
El fin de las luchas nobiliarias y la derrota definitiva de los musulmanes abren
un periodo de paz, las ciudades se convierten en un lugar seguro y la nobleza
abandona sus castillos rurales y retorna de nuevo al ámbito urbano. Se produce
un resurgir de la ciudad, la construcción de edificios civiles se multiplica
destacando entre ellos el palacio urbano. El palacio urbano se convierte en
símbolo del poder de la nobleza. En el se pueden observar reminiscencias del
antiguo castillo medieval: altas torres, que se levantan orgullosas sobre el
resto de los edificios de la ciudad, y una crestería que evocaría las almenas.
Los muros exteriores e interiores se llenan de blasones y símbolos del señor del
palacio, orgulloso de su condición se lo muestra al resto de los ciudadanos.
Salamanca no se quedará al margen de este "renacer" que se refleja en un
despertar intelectual y una expansión arquitectónica, una de cuyas muestras es
la Casa de las Conchas.

Elementos arquitectónicos

Blasón de los Maldonado enmarcado por molduras de líneas curvas y rectas. Es un
edificio original que aúna elementos góticos, renacentistas y mudéjares.
Lo más destacable sin duda es su fachada decorada con más de 300 conchas y
múltiples blasones y escudos. La valoración decorativa del muro es una de las
características del Renacimiento, las fachadas de los palacios urbanos se cubren
de elementos ornamentales como puntas de diamante o picos. La originalidad de la
Casa de las Conchas no está solo en el motivo elegido, sino también en la
disposición de las mismas que se hace a tresbolillo siguiendo la tradición
mudéjar de decoración en rombo. Hacia 1701 el edificio se amplía hacia la Rúa.
En la fachada principal destacan la puerta dintelada con dos órdenes
decorativos. En la parte superior hay un blasón de los Maldonado enmarcado por
molduras de líneas curvas y rectas, en la parte inferior del dintel se
representan delfines, símbolo renacentista del amor, unidos a motivos vegetales.
También son importantes las cuatro grandes ventanas de estilo gótico y de
excepcional belleza y variación, no hay ninguna igual entre sí esta asimetría es
algo característico del gótico. Por último hay que hacer referencia a la torre
señorial, que se erguía majestuosa sobre el resto de la ciudad afianzando de
este modo el mensaje de poder que el noble quería mandar al resto de la ciudad.
Precisamente por ello, la torre fue desmochada (como otras de la ciudad),
perdiendo dos tercios de su altura, por orden de Carlos I y como castigo a los
Maldonado entre cuyos componentes se encontraban los caudillos comuneros
Francisco ejecutado tras la batalla de Villalar y Pedro Maldonado, ejecutado en
1522.
Patio interior. Al pasar a su interior el visitante se quedará fascinado por la
originalidad y belleza de su patio que presenta de nuevo una simbiosis de
elementos medievales, mudéjares y renacentistas. En la planta baja destacan los
arcos mixtilíneos tan propios de Salamanca. En la parte superior los arcos, en
parte mixtilíneos, se apoyan sobre columnas de mármol blanco de Carrara que
culminan en capiteles laureados. Los antepechos de los balcones aparecen
decorados con motivos de panales y cestería de clara influencia mudéjar.
Finalmente, el tejado está rematado por una crestería formada por flores de lis
acompañadas de gárgolas. Tanto en la planta superior como inferior se repiten
los blasones de ambas familias. En el centro un pozo que, en su tiempo,
garantizaba el suministro de agua potable.
Por último hay que hacer mención a la escalera de tres tramos que posibilita el
ascenso a la planta superior. La escalera no se encuentra frente al zaguán, sino
que sigue la tradición mediterránea (romana y musulmana) de preservar la
intimidad del hogar a los curiosos. El primer tramo se abre con la figura de un
perro que soporta el escudo de los Pimentel, el perro guarda y preserva la
intimidad del hogar. El segundo tramo se abre con un león que sostiene el escudo
de los Maldonado, el tercero se abre con la unión de los blasones de los
Pimentel y los Maldonado.

Otros elementos artísticos

Los elementos más destacados son las rejas de
las ventanas y el artesonado del patio.
Las rejas, que han sido calificadas con una de las mejores muestras de la forja
gótica española, fueron trabajadas en frío por maestros salmantinos. Su función
no solo es ornamental sino también tratan de proteger la intimidad y la
seguridad de los habitantes de la casa.
El artesonado de la segunda planta del patio está formada por motivos
hexagonales que rodean un cuadrado. Todos estos motivos aparecen ricamente
policromados en colores blancos, azules y dorados. El interior de los hexágonos
aparece decorado con motivos vegetales mientras el interior de los cuadrados
aparece decorado con cuadrifolios.

Curiosidades y leyendas

Tal vez uno de los puntos que genera más
controversia es el porqué de la elección de las conchas como elemento
ornamental. Algunos autores lo ven como una muestra de orgullo de los Maldonado
por pertenecer a la orden de Santiago, aunque como aparece la cruz de Santiago
en otros lugares de la fachada, quizás sería demasiado reiterativo tantos
elementos haciendo referencia a la Orden. Otros autores señalan que la
repetición de las conchas, símbolo nobiliario de los Pimentel, fue una muestra
del amor que sentía Don Rodrigo Arias, hijo de Rodrigo Maldonado, por su esposa
Doña Juana. Sí que es muy probable que fueran un añadido posterior, hecho
durante la reforma decorativa que llevó a cabo Rodrigo Arias en el siglo XVI, ya
que no se encuentran talladas en los sillares, sino que se adosan al muro
mediante ganchos de hierro.
Posteriormente, los sótanos de la casa se convirtieron en un lugar donde los
estudiantes de la Universidad pagaban las penas impuestas por el
Maestre-Escuela.
Sobre el dintel de la puerta aparece el escudo de los Maldonado coronado por un
cetro. Según la leyenda las lises fueron conseguidas por Aldana, un antepasado
de los Maldonado, tras vencer en duelo al Duque de Normandía. El Rey de Francia,
para evitar la muerte de su hijo le ofreció a cambio de su vida poder llevar en
su escudo la flor de lis propia de la familia de los Borbones, y le dijo en
francés "cette fleur de plat est maldonnée", algo así como que "Esta flor es mal
donada...." Y el tal Aldana, que no conocía nada de francés entendió que le
otorgaba el nombre de "Maldonado" y a partir de ese momento cambió su apellido
por el de Maldonado.
También hay una leyenda en la que se cuenta que bajo una de las conchas de su
fachada se encuentra una onza de oro, lo que no tendría nada de raro, puesto que
era costumbre en la construcción poner alguna moneda de oro en los cimientos,
para atraer la buena suerte sobre el edificio; pudo poner bajo una concha.
Otra leyenda, mucho más extendida entre la población de la ciudad, es que la
familia propietaria del edificio escondió sus joyas bajo una de estas conchas
que adornan la fachada dejando documentado la cantidad escondida pero no la
concha donde se ubicó, y quien quiera aventurarse a buscar ese tesoro debe
aportar con anterioridad la cantidad estipulada como fianza. Si encuentra el
tesoro se lleva este y recupera su aportación, de lo contrario perderá el dinero
dejado en prenda.
¿Te animas a probar suerte?

El Álbum de la Lengua

Pedir los sacramentos por señas
Son las ocho de la mañana. Es miércoles y empieza la jornada laboral. Emilia entra en el despacho después de disfrutar del largo puente del 1 de Mayo. En la repisa de la ventana su planta favorita tiene las hojas lacias y el amarillo de la agonía va imponiéndose al verde de la vitalidad. Coge una jarra para ir a buscar agua, o la riega ya, o ya se muere, y mientras alcanza la puerta dice: “Como diría mi madre, está pidiendo los sacramentos por señas”.
La expresión flota en el aire, como si nadie la hubiera oído, como si a nadie le importara, como cuando la madre de Emilia, abulense de nacimiento y madrileña de adopción, la utilizaba ante una prenda tan usada que ya no podía recomponerse, ante un mueble que le sobraban años, ante cualquier objeto inservible de tanto servir o ante una persona tan acabada que ya no tenía fuerzas ni para pedir que llamaran al sacerdote para que le diera la Extremaunción y pudiera morir en paz, pero en esta ocasión yo la cogí al vuelo con el firme propósito de pegarla en este álbum para que todos la conozcan, la aprendan y la utilicen, me parece tan gráfica y tan hermosa que debe hacerse famosa.

La Butaca

Hace algunos años tuve un problema importante de salud del que estoy felizmente recuperada. No obstante, cada año, paso una revisión en la residencia de la Seguridad Social de Cáceres San Pedro de Alcántara, donde fui operada por el doctor Galán, del departamento de Ginecología. Hace unos días recibí una llamada del centro sanitario: el doctor quería hablar conmigo. Gran susto. Me encontraba perfectamente, no había razón para temer ningún contratiempo, pero en este tipo de cosas es inevitable que automáticamente salten todas las alarmas y nos veamos en la peor de las situaciones. Pero el susto se convirtió en sorpresa. El doctor... estaba a punto de jubilarse y personalmente, como al resto de sus pacientes, quería citarme para presentarme al doctor que iba a sustituirle, el que en adelante se ocuparía de mis revisiones.
Desde Valdehúncar (Cáceres) informó para 30 días Helita.

Carta a...

Queridos indignados:
Hoy, cuando acaba de cumplirse el primer año de la creación del movimiento, hilvano estas líneas para manifestaros que contéis con mi apoyo más absoluto: también, como vosotros, estoy indignada con nuestros gobernantes, no porque esté en contra de ellos, si no porque son ellos los que están en contra mía, indignada, porque no les voto cada cuatro años para hacerles un regalo que puedan disfrutar a su antojo, les voto para imponerles la obligación de velar por mis derechos, gestionar bien mi dinero y trabajar responsablemente por mis necesidades, indignada, porque no les pago un sueldo para que se conviertan en mis padrastros, en mis amos, en mis verdugos, se lo pago para que sean mis empleados y estén a mi servicio para evitarme problemas, sacrificios y preocupaciones con la misma generosidad que yo les concedo tantos privilegios, indignada porque estoy harta de sus mentiras, de sus promesas, de sus abusos, de sus incoherencias, de sus arrogancias, de sus recortes, de sus despilfarros, de sus amenazas, de sus insultos, de sus acusaciones, de su falta de respeto, , de sus patadas a la democracia, de sus mordazas a la libertad de expresión, de sus chanchullos con banqueros, constructores, grandes empresarios y demás camarilla, por sus esfuerzos por dividir a los ciudadanos, por enfrentarlos, por manipular su pensamiento, su opinión, sus ideas,, y ante estos desatinos que solo sus beneficiados y las mentes trasnochadas pueden bendecir no puedo permanecer callada.