jueves, 7 de diciembre de 2017

PORTADA

 Queridos lectores: Acaba de salir el número 56 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia.

     TARJETA DE NAVIDAD

     Por la escalera de los años avanza con manto de invierno el 2017, pero antes de que llegue al último peldaño y abra la puerta para marcharse, en tu nombre y en el mío, quiero darle las gracias por poder despedirlo, y pedirle para ti lo que deseo para mí: alegría para sus fiestas y salud, trabajo y paz para los doce meses de su sucesor.
    
     FELIZ NAVIDAD Y FELIZ 2018.

     María Jesús. 

     NOTA IMPORTANTE

     Algunos lectores de este periódico, sobre todo los que trabajan con revisores de pantalla, se quejan de que no pueden poner comentarios. Esto puede deberse a varias cosas: problemas con Internet, cambios en la página de Blonger, falta de accesibilidad en algunas opciones… De todos modos, si quieres que tus comentarios aparezcan en cualquiera de las secciones, puedes enviarlos al correo electrónico del blog y aparecerán. Es el siguiente:

    mjsanchezoliva@gmail.com

    También la puedes localizar visitando el enlace Página de Perfil.  

    CONTENIDO

    LA VITRINA: Balance de los libros que leí durante este año.   
    MESA CAMILLA: Si no cambian ellos, cambiemos nosotras “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”. 
    CAJÓN DE SASTRE: Historia de Papá Noel.
    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Origen de la expresión “Menos lobos......”
    LA BUTACA: Aplausos para un enfermero (noticia extraída de las redes sociales).
    CARTA a… La Constitución española en su 39 cumpleaños.
    COSAS DE GARIPIL: “El mensaje de las palabras cruzadas” (cuento).

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

    María Jesús. 

    Seguidores de Honor:
    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.
    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.
    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.
    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

LA VITRINA

Como cada fin de año toca hacer balance de los libros leídos.

      2017:

Título: “Noches blancas”. Autor: Fiódor Dostoyevski.
Título: “El árbol y las nueces”. Autora: Isabel San Sebastián.
Título: “Los besos en el pan”. Autora: Almudena Grandes. 
Título: “Falcó”. Autor: Arturo Pérez- Reverte. 
Título: “La judía de Toledo”. Autor: Lion Feitwanger.
Título: “Historia de un canalla” Autora: Julia Navarro. 
Título: “Guardianas nazis”. Autora: Mónica González Álvarez. 
Título: “Como explicarte el mundo, Cris. Autor: Andrés Aberasturi.
Título: “La fiesta del Chivo”. Autor: Mario Vargas Llosa. 
Título: “Palmeras en la nieve”. Autora: Luz Gabás. 
Título: “La hija de la criada”. Autora: Barbara Mutch. 
Título: “A flor de piel”. Autor: Javier Moro. 
Título: “El catavenenos”. Autor: Elbling, Peter. 
Título: “El baile de Natacha (una historia cultural rusa)”. Autor: Orlando Figes.
Título: “El silencio de los claustros”. Autora: Alicia Giménez Bartlett.
Título: “El chiquillo bandolero”. Autor: José Villalón Saborido. 
Título: “El mar de los hombres libres”. Autor: Andrés Vidal. 
Título: “El elefante de marfil”. Autora: Nerea Riesco. 
Título: “El hijo de la vid”. Autor: Clavijo, José Carlos. 
Título: “El regreso del catón”. Autora: Matilde Asensi.
Título: “Tiempo de cenizas”. Autor: Jorge Molist. 
Título: “Besos de arena”. Autora: Reyes Monforte. 
Título: “Olor de colonia”. Autora: Silvia alcántara. 
Título: “La Roldana”. Autora: Pilar de Arístegui.
Título: “El sueño de Joanna”. Autora: Barbara Wood.
Título: “Tan veloz como el deseo”. Autora: Laura Esquivel. 
Título: “La lección de August”. Autora: Palacio R. J.
Título: “Te daré la tierra”. Autor: Chufon Llorens.
Título: “Mar de fuego”. Autor: Chufon Llorens.
Título: “El niño 44”. Autor: Smith, Tom Rob.
Título: “Un día volveré”. Autor: Juan Marsé.
Título: “La calle de la judería”. Autor: Toti Martínez de Lezea.
Título: “Desde el silencio”. Autor: Miguel Ángel San Miguel Valduérteles.
Título: “El ruiseñor”. Autora: Hannah Cristin.

MESA CAMILLA

Si no cambian ellos, cambiemos nosotras

      Como cada 25 de noviembre se celebró ese día el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” y en España lo hicimos con la 45 mujer del año muerta a manos de su exmarido, un número más para la estadística oficial, otra muerte sin sentido, una víctima más de esta vergonzosa lacra que no parece tener solución.
      De poco o de nada sirven las manifestaciones que llenan las plazas ante un asesinato para gritar ¡basta ya!, de poco o de nada sirve que las mujeres denuncien o no denuncien a sus maridos, novios o parejas, de poco o de nada sirve que hagan leyes para castigar estos delitos; algunos, en su cobardía, optan por quitarse la vida para eludir la justicia y lo que es infinitamente más terrible: para vengarse de sus mujeres, matan a sus propios hijos o hijos de ellas, niños inocentes, seres indefensos, víctimas de los que tienen precisamente la obligación de protegerlos, de defenderlos, de velar por ellos y evitarles cualquier peligro por insignificante que sea. ¿Cabe mayor barbaridad? Sin palabras se queda cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad cuando los medios de comunicación nos despiertan con una noticia de estas, y entre las olas de indignación, de rabia y de incredulidad, surge la pregunta de siempre: ¿Qué hacer para librarnos de estos elementos?
      Dicen los expertos en la materia, porque los expertos en cualquier cosa siempre tienen algo que decir, que para eso son expertos y tienen que justificar lo que no puedan demostrar, que es cuestión de educación, que son las consecuencias del machismo de siglos, que hay que seguir luchando con denuncias, cursillos de civismo y ayudas económicas para erradicarlo de la sociedad, pero ¿cuántas mujeres y cuántos niños tienen que morir hasta que estas medidas surtan efecto? De seguir así, hasta que no quede una mujer para matar, y eso las mujeres no podemos consentirlo.
      Es importante, nadie lo duda, que los gobiernos trabajen para erradicar de la sociedad la creencia de que las mujeres son propiedad de los hombres y pueden disponer de ellas como quieran, cuando quieran y para lo que quieran, pero esta no es la única razón que los lleva a cometer estos crímenes, de hecho aumentan en países que llamamos civilizados como el nuestro. Bienvenidas sean pues las leyes que los gobiernos hagan al respecto, las invitaciones a denunciar y las manifestaciones de repulsa, pero esto, a las víctimas, no les devuelve la vida. Por esto bueno sería que las mujeres aprovecháramos estos días de… para empezar a plantearnos la conveniencia de huir de los hombres con ideas machistas como alma que lleva el diablo, porque estamos de acuerdo en que las mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres para decir sí o no cuando mejor nos venga, pero ante los que no lo entiendan y aunque solo sea para proteger a nuestros hijos, si no cambian ellos, cambiemos nosotras, y a ver que pasa…

CAJÓN DE SASTRE

Papá Noel 

     ¿Quién es este señor regordete, tripudo, con una blanca y larga barba y que se viste de rojo? 

     Por todo el mundo, Papá Noel es reconocido por distintos y variados nombres. Es también llamado de San Nicolás, Santa Claus, Padre hielo… nombres que varían mucho según el idioma de allí donde visite Papá Noel en la Nochebuena, noche de Navidad.
 
     Las historias acerca de Papá Noel también varían, así como las formas que tienen los niños, según el país, de vivir esta ansiada noche. 

     La figura del viejito barrigudo, de tez rosada, vestido con traje rojo y larga barba blanca, se ha convertido en el personaje principal de las fiestas de Navidad. Pero ¿quién es este señor a quien miles de niños de todo el mundo escriben una carta contando como se han portado y pidiendo un regalo para la noche de Navidad? 

     Una historia de Papá Noel
 
     Cuenta la historia que Nicolás nació en el siglo IV en Mira (actual Turquía). Nacido en la cuna de familia rica y acomodada, desde su niñez, Nicolás siempre se hizo popular por su bondad y por su generosidad con los pobres. Siempre se preocupó por los demás. Pero una terrible epidemia de una enfermedad incurable dejó sin vida a su familia, haciéndolo heredero de una gran fortuna. A los 19 años de edad Nicolás decidió entonces dedicarse al sacerdocio e invirtió su fortuna en hacer regalos a los niños pobres y huérfanos. Profesaba en un monasterio y fue nombrado posteriormente obispo en Mira (Turquía). 

     El aspecto de San Nicolás de Bari era muy distinto al que se le atribuye hoy. Tenía la complexión delgada y de gran estatura y se vestía como un sacerdote. El hecho de que lo representen siempre con una bolsa y tenga la fama de repartidor de regalos se debe a que San Nicolás supo en una ocasión que uno de sus vecinos se encontraba en bancarrota y que estaba desesperado por no tener la dote de su hija, comprometida para casarse en fecha próxima. Al conocer las dificultades de su vecino, San Nicolás dejó una bolsa con monedas de oro como un obsequio en la casa del mercader. La boda se celebró y desde entonces cobró fuerza la costumbre de intercambiar regalos en Navidad. 

     San Nicolás fue un santo muy popular que falleció el 6 de diciembre del año 345. En razón de que la fecha del santo se acercaba a la de la Navidad, se decidió que San Nicolás sería una figura excelente para repartir regalos y golosinas a los niños el día de Navidad. En el año 1087, los restos de San Nicolás fueron llevados a Bari (en Italia), donde se construyó una iglesia en su nombre. Se han construido muchísimos templos dedicados a este santo desde el siglo VI. Es el santo patrón de Rusia, de Grecia y de Turquía. También fue nombrado Patrono de los marineros porque, cuenta otra historia, que estando algunos de ellos en medio de una terrible tempestad en alta mar y viéndose perdidos, comenzaron a rezar y a pedir a Dios por intervención de San Nicolás. Las aguas se calmaron enseguida. En el siglo XII la tradición católica de San Nicolás creció por Europa, y hacia el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos, donde se suele dejar galletas o pasteles caseros y un vaso de leche a Santa Claus. Por cierto, el nombre Santa Claus se creó a raíz del nombre del santo en alemán, San Nikolaus. 

     Santa Claus
 
     Aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja y proceda en gran parte de San Nicolás, la imagen familiar de Santa Claus, con el trineo, los renos, y las bolsas con regalos es una invención estadounidense. Hasta que el escritor inglés Clement Moore lo imaginó en un trineo llevado por ocho renos, Papá Noel repartía sus regalos a pie o montado en un caballo. A los norteamericanos también se responsabilizan por la imagen de Papá Noel. En 1931 una marca de gaseosas encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Papá Noel para su campaña navideña. La imagen del Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras, se quedó en el imaginario popular y jamás ha sido cambiada, aunque San Nicolás haya vestido a Papá Noel de verde.
 
     Hoy día la historia se difiere bastante. Santa Claus vive en el polo norte donde mantiene un taller con duendes que le ayudan a fabricar los juguetes solicitados por los niños de todo el mundo. Además se mueve a través de un trineo llevado por al menos 9 renos: Rudolph, Donner, Blitcher, Cometa, Cupido, Brillante, Danzante, Centella y Zorro. Y que deja los regalos al pie del árbol de Navidad.

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

Menos lobos

     ¿Sabías por qué decimos MENOS LOBOS CAPERUCITA para recriminarle a alguien una exageración?

     La expresión se utiliza para afear la actitud de quien exagera de manera obvia y desmesurada, cayendo en el embuste.

     También se le aplica a quien se da importancia y se comporta con una dignidad que no posee. Lo que no deja de ser otro tipo de exageración.

     La locución tiene su origen en una historia, real o no, que ejemplifica lo anteriormente mencionado. En un inicio se dijo menos lobos tío Pinto, en alusión al protagonista de la anécdota, aunque actualmente la frase varió, seguramente debido a que Caperucita es un personaje más conocido que el tío Pinto.

     La historia cuenta como un guardia de cortijo sevillano, el tío Pinto, se jactaba en una taberna de haber visto y espantado él solito un centenar de lobos en una sola mañana de invierno. Comoquiera que los parroquianos acogieron la afirmación con escepticismo, e incluso con guasa, el tío Pinto rebajó la cifra a cincuenta. Como las risas seguían rebajó la cantidad a veinticinco, luego a diez… 

     Los incrédulos oyentes le decían: “ya serán menos lobos, tío Pinto”, hasta que al fin confesó que sólo había distinguido con claridad a uno, y además de lejos.

LA BUTACA

Aplausos para un enfermero

     El conmovedor gesto de un enfermero en Australia con una mujer terminal: quería ver el mar por última vez.

     Se me han saltado las lágrimas al conocer la noticia. Todavía hay personas humanas. ¡Menos mal!

      Una mujer australiana en cuidados paliativos debido a una enfermedad terminal se desplazaba en una ambulancia del servicio de Queensland (Australia) cuando ha visto cumplido su último deseo: ver el mar una vez más.

     La enferma terminal se dirigía a una unidad de cuidados paliativos en un hospital local y antes de llegar a su destino expresó cuanto le gustaría “estar tumbada en la playa” en vez de en esa ambulancia.

      El equipo a cargo de la ambulancia decidió cumplir su sueño y se desplazó a la playa de Hervey Bay. Fue entonces cuando uno de los enfermeros arrastró la camilla donde yacía la mujer para que esta pudiera contemplar el océano y disfrutar de la brisa.

      La imagen de ambos mirando al horizonte y la historia que la acompaña ha conmovido a miles de personas en las redes sociales después de que la oficial a cargo del Servicio de Ambulancias de Queensland, Helen Donaldson, compartiera el especial momento en la cuenta oficial del equipo sanitario en Facebook.

      “A veces no necesitas los medicamentos, el entrenamiento o las habilidades, a veces para marcar la diferencia, todo lo que necesitas es mostrar empatía”, explicaba Donaldson que añade que el conmovedor momento hizo sentir a la mujer “muy feliz” y saltar las lágrimas” a los presentes.

     Desde La Laguna (Tenerife) informó para 30 días Candelaria.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

CARTA A...

Querida Constitución: Sin duda es este el cumpleaños más triste de tu vida. Desgraciadamente no en todos los aniversarios pudiste apagar las velas entre aplausos, felicitaciones y enhorabuenas de todos los españoles; los gobernantes te ultrajaron con frecuencia, te utilizaron para sus fines, se olvidaron del compromiso que habían adquirido contigo a cambio de tantos privilegios y la mayoría de los ciudadanos, aturdidos por sus cantos de sirenas, te exigimos los derechos y nada quisimos saber de las obligaciones. Pero basta mirar hacia atrás para darnos cuenta de que gracias a ti España ha vivido los mejores años de su historia. Con generosidad aguantaste humillaciones, callaste ante los ninguneos y perdonaste injusticias, pero nunca se te pasó por la cabeza que tu artículo 155 tuviera que activarse. ¿Cómo ibas a pensar que los que te prometían o te juraban solemnemente cumplir tus órdenes iban a traicionarte? Pues eso, además del RIDÍCULO con todas sus letras mayúsculas, es lo que ha hecho ante el resto de España, Europa y el mundo entero el ya expresidentes Puigdemont, el que gobernaba la autonomía con más beneficios, la más europea del país, la más civilizada, la más culta… Dices en este artículo que puede aplicarse en dos supuestos:  
- Si la comunidad no cumple "las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan"
- En el caso en el que actúe "de forma que atente gravemente el interés general de España"
     No han faltado ocasiones para poder aplicarlo en el primer supuesto, pero siempre se hizo la vista gorda, sin duda porque en esos casos perjudicaba a los gobernantes y beneficiaba a los ciudadanos y los lobos, según la sabiduría popular, que suele hablar por experiencia, no se muerden unos a otros. Pero en esta ocasión, la peregrina Declaración Unilateral de Independencia del expresidentes Puigdemont y su camarilla, afectaba a España, es decir, a los gobernantes y a los ciudadanos, y el Gobierno tuvo razones para activarlo en el segundo supuesto. Gracias a este folclore de referéndum ilegal, de urnas de pacotilla, de votos amañados, de declaraciones de independencia que tan pronto son simbólicas como son reales, de repúblicas que los mismos que las proclaman reniegan de ellas para salir de la cárcel o para no entrar en ella, de políticos presos que se declaran presos políticos como poseídos por la verdad, de exgobernantes fugados que lloran como exiliados para intentar que la compasión de los bisoños les entregue lo que les niega la razón de los experimentados, de políticos que tienen quien les pague su libertad mientras que los ciudadanos ven llegar la ruina económica y los problemas de convivencia y un sinfín de desatinos que moverían a la risa si no estuvieran en juego tantas cosas importantes para los ciudadanos, tienes que celebrar tu cumpleaños con unas elecciones a la vista que, digan lo que digan las encuestas, todo son interrogantes: ¿Conseguirán restablecer la normalidad como asegura el Gobierno? ¿Serán capaces los partidos nacionalistas de unirse en caso de empate? ¿No servirán estas complicadas elecciones para volver al punto de partida?...
     Ante tanta incertidumbre solo puedo desearte una cosa: que los gobernantes recuerden todos tus artículos y los ciudadanos se tomen la molestia de leerte con atención antes de ir a votar, para que unos y otros entiendan que los patriotismos son tan bonitos como respetables, pero el poder comer y vivir en paz siempre están por encima.

COSAS DE GARIPIL

¡Hola! Estamos en el último mes del año. Quiero daros las gracias por la atención que me habéis prestado a lo largo de sus doce meses. Me gustaría que todos pudierais disfrutar con alegría de estas hermosas fiestas, pero me consta que la vida no siempre es tan generosa como yo deseo y entre luces de colores, villancicos y regalos algunos os sentiréis tristes, solos o preocupados. Con la esperanza de que todo se resuelva y tengáis salud para seguir visitándome, os dedico el último relato de “El rosario de los cuentos”.      

El mensaje de las palabras cruzadas

     Las agujas del reloj que quebraban el silencio de la sacristía de Santa Aurora avanzaban aquella noche como siempre, sin prisa, sin pausa, como indiferentes a las zozobras humanas, como si nada les importaran los anhelos y las desesperanzas de los mortales, y a punto de alcanzar las doce sacaron de su embeleso al octogenario padre Retahílas.
     —¡Vamos, vamos! -despabiló a los monaguillos que se peleaban entre sí por acabar a hurtadillas con el pan y el vino sin consagrar- Subid al campanario y tocad las campanas a fiesta mayor.
     Los monaguillos no corrieron cual dóciles corderos prestos al silbido del pas¬tor, volaron cual ladronzuelos temerosos de ser pillados por la justicia con las manos en la masa.
     Al quedarse solo, el padre Retahílas, un tanto nervioso por el despiste se sentó ante la mesa de pino, extrajo de la gaveta papel, tintero y pluma, se caló los anteojos y empezó a hilvanar el sermón. Recordaría a sus feligreses que Dios nacía hecho hom¬bre para salvar sus almas de la muerte, les pediría que dejaran de mirarse como ene¬migos antes de que fuera demasiado tarde, les aconsejaría que unieran sus manos con amor para hacer de sus vidas el preludio de la felicidad eterna, para hacer del pueblo un paraíso terrenal, para poder esperar en él como sentados en el vestíbulo del cielo... como venía haciendo desde hacía ya más de cincuenta años, medio siglo, desde aquel año en que a caballo y con sotana recién estrenada llegó como párroco a Caparrosa. Pero una voz encendida de firmeza y brotando de la llama azul de la lamparilla que le alumbraba le hizo fruncir el ceño.
     —¡Olvida el sermón de una vez! ¡Deja ya de predicar para leños del monte! ¿No ves que después de tantos años desgranando la misma espiga sólo has conse¬guido recoger el apodo de Retahílas?
     Y movido por un extraño resorte, no tan enojado consigo mismo como con sus feligreses, rasgó el pliego de papel en horizontal y en vertical, y los pedacitos se le escaparon de las manos cual mariposas ávidas de libertad.
     Los monaguillos volteaban las campanas arropados por un manto de escarcha y haciendo burlas del cura, "¡Navidad!", parecía tañer una con alegría. "¡Hoy es Navidad!", parecía repetirle la otra con redoblado entusiasmo. Sus gritos metálicos levantaron a las familias de las mesas atiborradas de potajes de conchas y caracoles de plata, de pavos galvanizados de oro, de pasteles festoneados de rubíes, de pan de rosas,
 
de vinos de sueños... de antiguas costumbres heredadas de sus mayores, de exquisitos y exagerados cumplidos con el estómago. Y vestidos de lujo salieron de sus casas de mármol y cristal para ver nacer en la iglesia al Niño de Belén, al Rey de reyes, al Salvador de los hombres... Al Dios que tantas veces chantajeaban ante un callejón sin salida, sin norte, sin luz. Al padre Retahílas le entornaron los ojos como de un mazazo.
     Era cierto. Ignoraba a quién correspondía aquella misteriosa voz que acababa de hablarle desde la llama de la lamparilla, pero había derramado en su desgastado ánimo todo un jarro de convencimiento. Por los áridos caminos del calendario veía aproximarse como cada año a ese burrito blanco llamado Navidad. Traía las alforjas colmadas de confites de amor, de rosquillas de paz y de tisanas de alegría. Sus feligreses se las comerían a bocados, con hambre de siglos, dispuestos a saciarse para siempre de aquellas delicias, de aquellas virtudes. Pero en cuanto Navidad doblara la gélida esquina del 25 de diciembre volvería a nutrirse del menú de los diarios: el zapatero volvería a pagar sus vicios con los libros de sus hijos, la modista volvería a estrenar vestido de los retales sisados a sus amigas, el tabernero volvería a bautizar el vino para endemoniar a los parroquianos y santificar el cajón, la posadera volvería a bailar los números de las minutas para que en lugar de restar sumaran, los labrado¬res volverían a enzarzarse por el turno del agua, las lavanderas volverían a hurgar con la lengua en las conciencias ajenas, volverían todos a darse la espalda, a hacerse el vivir difícil, a pegarse, incluso, y habría que esperar 364 días de discordias para dis¬frutar de uno de armonía. Y para tan corto viaje, lo veía claro: no valía la pena entre¬garse a mullir albardas.
     Los monaguillos repicaron las campanas por última vez. "¡Navidad, hoy es Navidad!", parecían tañer al unísono. El Padre Retahílas se abrochó los botones de la sotana, se colocó la casulla y salió al altar. Mil ojos se clavaron en él pero los suyos no vieron a nadie. Un moscardón zumbando alrededor de su cabeza lo tenía como sitiado entre el cielo y la tierra. Se santiguó y empezó a bisbisear en latín. Se traga¬ba las palabras como sin masticarlas, atajaba las oraciones como intentando llegar al amén de un brinco. Al concluir el Evangelio un murmullo lo libró de las alas del moscardón.
     —El sermón, Padre Retahílas, se le ha olvidado el sermón -le susurró un monaguillo al oído.
     —El sermón, Padre Retahílas, se le ha olvidado el sermón -le repitió el otro por si las moscas.
—¿El sermón? ¿Qué sermón?
—El de Navidad -musitaron a coro los feligreses-, el de Navidad.
     Los miró sin querer verlos, borracho de vergüenza. Estaban vestidos de buenos y tenían en la sonrisa alfajores de cariño, jaleas de ternura y piñonadas de besos para el Niño Jesús. Pero el Sol de cielos y tierras no nacería aquella noche en aquel Belén, y no nacería por su culpa, sólo por su culpa.
     —¡Perdonadme, hijos, perdonadme! Hace un rato me tentó el diablo en la sacristía, me puso en contra vuestra y rompí el sermón en pedazos. Me abrumaban tanto vuestras pocas ganas de hacerme caso que no dudé en dejar de ser el padre Retahílas para empezar a ser el padre Mutis. ¡Perdonadme, perdonadme! Son cosas, manías de un cura viejo.
     Y rompió a llorar como cuando era niño y los mayores lo pillaban en un renuncio.
—Ya chochea -murmuraba el cartero.
 —Se le va la especie -comentaba el panadero.
 —Está como un cencerro -cuchicheaba el lechero.
 —El cuerpo le pide tierra -ironizaba el enterrador.
 —¡Pobrecillo! -suspiraba una beata.
     —Tiene fiebre, está en las últimas -vaticinó el médico, y salió a buscar unas píldoras.
     Al abrir la puerta, un buey y una mula entraron en la iglesia y se acurrucaron al pie del altar. Un gallo descendió del campanario y después de poner con el pico un puñado de mariposas de papel en las manos del cura quiquiriqueó muy ufano. "¡Navidad, hoy es Navidad!" El dulce gemido de una madre recién parida puso de repente un niño sobre las pajas del pesebre. Era un niño tan pobre que sólo pedía dar, tan santo que sólo podía sacrificarse, tan sabio que sólo podía perdonar, tan hermoso que resplandecía en las sombras como en la noche los luceros, tan grande que se menguaba como la luna, tan poderoso que se ocultaba como el sol, tan hombre que que¬ría volver a ser niño... "¡Navidad, hoy es Navidad!", entonaron los feligreses de súbito, radiantes de alegría. El padre Retahílas estrujó nervioso el capullo que en el nido de sus manos habían tejido las mariposas, y un gusano de nácar surgió al ins¬tante de las entrañas de seda, serpenteó por sus vestiduras y le susurró al oído: "¡Navidad, ¿qué es Navidad?" Y entonces salió de su error. No había sido el diablo quien le habló en la sacristía, había sido el mismísimo Dios. Y no le quería decir que no echara el sermón, le quería decir que las retahílas de recordatorios, de ruegos y de consejos no servían para nada, que las cambiara por explicaciones; y no le quería decir que sus feligreses eran como leños, le quería decir que predicara para hombres de la tierra y no para leños del monte, que les diera razones, que los enseñara a pensar, a entender... Pero se lo había dicho con un cruzado de palabras tan sabias y tan sencillas a la vez que en lugar de oírlas con el corazón, -como se oye a Dios-, las oyó con las orejas, -como se oye al diablo-, y ahora, ¿qué podía hacer él ahora para explicar a sus feligreses qué era la Navidad si el pensamiento sólo le daba ronquidos, si las ideas no cesaban de darle vueltas y las palabras se le estrangulaban entre sus labios de vidrio?
     Miró al Niño recién nacido. Nadie supo si pidiéndole perdón, nadie supo si pidiéndole auxilio. De pronto una estrella amarilla se descolgó del firmamento, revoloteó en círculos sobre el altar y se posó en su atolondrada cabeza. Al principio, agobiados por el peso, los pies le temblaron; después, el peso se le deshizo en la sangre y empezó a flotar en el aire. De las ocho puntas de la estrella se descolgaron inesperadamente ocho ángeles coronados de flores, con túnicas de armiño escondido entre guirnaldas de azafrán, y acompañándose de zambombas, castañuelas y panderetas, entonaron a coro y con sus voces de terciopelo el más elocuente villancico que se había oído en Caparrosa.
Navidad no es vestir pinos
con sonrisas encendidas,
ni deshojarle al vecino
rosas de amor unos días;
Navidad no es hacer pan
con harina del derroche,
y echar campanas de paz
que repiquen unas noches.
Navidad es hacer juntos
escaleras de verdad
por las que pasen los unos
sin pisar a los demás
haciendo que para todos
sea la vida Navidad.
     Y cuentan los testigos de aquella misa que cuando el padre Retahílas voló al cielo sobre las rosadas alas de tul de aquellos ángeles sonreía de felicidad por haber sabido al fin explicar a sus feligreses qué era Navidad.

María Jesús Sánchez Oliva.

        Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.
    Garipil-1995.
    Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.
    Letanías-1999.
    Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.
    El rosario de los cuentos-2003.
    Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.
    Cartas de la Radio-2007.
    Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc, y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.
    Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)-2014.
    Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás –y los papás- disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

    Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, , solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

garipil94@oliva04.e.telefonica.net 

    Estaré encantado de responderte.

    Gracias por tu visita y hasta el próximo número.