A alguien se le ocurrió rescatar y enviarme este discurso, pronunciado por Cantinflas, supuestamente ante la Organización de Naciones Unidas, en una > película en la cual él hacía el papel de embajador. El discurso tiene cuarenta > años pero, sin quitarle una coma, podría repetirse en cualquier foro político > con absoluta y vigente pertinencia. Por esta razón, tras agradecer la colaboración, aquí lo dejo, para pensar. DISCURSO DE MARIO MORENO “CANTINFLAS” > "Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me da mucho gusto porque, > como quien dice, así me los agarro cansados. > > Sin embargo, sé que a pesar de la insignificancia de mi país que no tiene > poderío militar, ni político, ni económico ni mucho menos atómico, todos ustedes > esperan con interés mis palabras ya que de mi voto depende el triunfo de los > Verdes o de los Colorados. > > Señores Representantes: > > Estamos pasando un momento crucial en que la humanidad se enfrenta ante la misma > humanidad. > > Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e > intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo. > > La opinión mundial está tan profundamente dividida en dos bandos aparentemente > irreconciliables, que se ha dado el singular caso, de que sólo un voto. > > El voto de un país débil y pequeño pueda hacer que la balanza se cargue de un > lado o se cargue de otro lado. Estamos, como quien dice, ante una gran báscula: > con un platillo ocupado por los Verdes y con otro platillo ocupado por los > Colorados. > > Y ahora llego yo, que soy de peso pluma como quien dice, y según donde yo me > coloque, de ese lado seguirá la balanza. > > ¡Háganme el favor!... > > ¿No creen ustedes que es mucha responsabilidad para un solo ciudadano? Porque > además no considero justo que la mitad de la humanidad, sea la que fuere, quede > condenada a vivir bajo un régimen político y económico que no es de su agrado, > solamente porque un frívolo embajador haya votado, o lo hayan hecho votar, en un > sentido o en otro. > > Por eso yo, el que les habla, su amigo... yo... no votaré por ninguno de los dos > bandos (voces de protesta). > > Y yo no votaré por ninguno de los dos bandos debido a tres razones: > > Primera, porque, repito que no sería justo que el sólo voto de un > representante, que a lo mejor está enfermo del hígado, decidiera los destinos de > cien naciones; > > Segunda, porque estoy convencido de que los procedimientos, repito, recalco, los > procedimientos de los Colorados (los países comunistas) son desastrosos (voces > de protesta de parte de los Colorados); > > ¡y Tercera!... porque estoy convencido de que los procedimientos de los Verdes > ( los Estados Unidos ) tampoco son de lo más bondadoso que digamos (ahora > protestan los Verdes). > > Y si no se callan de plano yo ya no sigo, y se van a quedar con la tentación de > saber lo que tenía que decirles. > > Insisto que hablo de procedimientos y no de ideas ni de doctrinas. > > Para mí todas las ideas son respetables aunque sean "ideítas" o "ideotas" y > aunque no esté de acuerdo con ellas. Lo que piense ese señor, o ese otro señor, > o ese señor (señala), o ese de allá de bigotitos que no piensa nada porque ya se > nos durmió, eso no impide que todos nosotros seamos muy buenos amigos. > > Todos creemos que nuestra manera de ser, nuestra manera de vivir, > nuestra manera de pensar y hasta nuestro modito de andar son los mejores; y el > chaleco tratamos de imponérselo a los demás y si no los aceptan decimos que son > unos tales por cuales y al ratito andamos a la greña. > > ¿Ustedes creen que eso está bien? > > Tan fácil que sería la existencia si tan sólo respetásemos el modo de > vivir de cada quien. > > Hace cien años ya lo dijo una de las figuras más humildes pero más > grandes de nuestro continente: > > "El respeto al derecho ajeno es la paz" (aplausos). > > Así me gusta... no que me aplaudan, pero sí que reconozcan la sinceridad > de mis palabras. > > Yo estoy de acuerdo con todo lo que dijo el Señor representante de > Salchichonia (alusión a Alemania) con humildad, con humildad de albañiles no > agremiados debemos de luchar por derribar la barda que nos separa, la barda de > la incomprensión, la barda de la mutua desconfianza, la barda del odio. > > El día que lo logremos podemos decir que nos volamos la barda (risas). > > Pero no la barda de las ideas, ¡eso no!, ¡nunca! El día que pensemos > igual y actuemos igual dejaremos de ser hombres para convertirnos en máquinas, > en autómatas. > > Este es el grave error de los Colorados, el querer imponer por la fuerza > sus ideas y su sistema político y económico, hablan de libertades humanas, pero > yo les pregunto: ¿existen esas libertades en sus propios países? > > Dicen defender los Derechos del Proletariado pero sus propios obreros no tienen > ni siquiera el derecho elemental de la huelga. Hablan de la cultura universal > al alcance de las masas pero encarcelan a sus escritores porque se atreven a > decir la verdad, hablan de la libre determinación de los pueblos y sin embargo > hace años que oprimen una serie de naciones sin permitirles que se den la forma > de gobierno que más les convenga. > > ¿Cómo podemos votar por un sistema que habla de dignidad y acto seguido > atropella lo más sagrado de la dignidad humana que es la libertad de conciencia > eliminando o pretendiendo eliminar a Dios por decreto? > > No, señores representantes, yo no puedo estar con los Colorados, o mejor dicho > con su manera de actuar; respeto su modo de pensar, allá ellos, pero no puedo > dar mi voto para que su sistema se implante por la fuerza en todos los países de > la tierra (voces de protesta) > > ¡El que quiera ser Colorado que lo sea, pero que no pretenda teñir a los demás!- > (los Colorados se levantan para salir de la Asamblea). > > ¡Un momento jóvenes!, ¡hombre! ¿Por qué tan sensitivos? > > Pero si no aguantan nada, no, si no he terminado. Tomen asiento. > > Ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo > que no es de su agrado; pero no he terminado, tomen asiento, no sean > precipitosos... todavía tengo que decir algo de los Verdes, ¿no les gustaría > escucharlo? > > Siéntese > > (Va y toma agua y hace gárgaras, pero se da cuenta que es Vodka). > > Y ahora, mis queridos colegas Verdes, > > ¿Ustedes qué dijeron?: > > "Ya votó por nosotros", ¿no?, pues no, jóvenes, y no votaré por ustedes porque > ustedes también tienen mucha culpa de lo que pasa en el mundo, ustedes también > son medio soberbios, como que si el mundo fueran ustedes y los demás tienen una > importancia muy relativa, y aunque hablan de paz, y de democracia y de cosas muy > bonitas, a veces también pretenden imponer su voluntad por la fuerza, por la > fuerza del dinero. > > Yo estoy de acuerdo con ustedes en que debemos luchar por el bien colectivo e > individual, en combatir la miseria y resolver los tremendos problemas de la > vivienda, del vestido y del sustento. > > Pero en lo que no estoy de acuerdo con ustedes es la forma que ustedes pretenden > resolver esos problemas, ustedes también han sucumbido ante el materialismo, se > han olvidado de los más bellos valores del espíritu pensando sólo en el negocio, > poco a poco se han ido convirtiendo en los acreedores de la humanidad y por eso > la humanidad los ve con desconfianza. > > El día de la inauguración de la Asamblea, el señor embajador de Lodaronia dijo > que el remedio para todos nuestros males estaba en tener automóviles, > refrigeradores, aparatos de televisión; ju ... y yo me pregunto: > > ¿Para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos? ¿Para qué > queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de ellos? > > ¿Para qué queremos tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para > nuestros hijos? (aplausos). > > Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente > impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber > que tiene de superarse y de hacer del mundo una morada de paz y tranquilidad > cada vez más digna de la especie humana y de sus altos destinos. > > Pero esta aspiración no será posible si no hay abundancia para todos, bienestar > común, felicidad colectiva y justicia social. > > Es verdad que está en manos de ustedes, de los países poderosos de la tierra, > > ¡Verdes y Colorados!, el ayudarnos a nosotros los débiles, pero no con dádivas > ni con préstamos, ni con alianzas militares. Ayúdennos pagando un precio más > justo, más equitativo por nuestras materias primas, ayúdennos compartiendo con > nosotros sus notables adelantos en la ciencia, en la técnica... pero no para > fabricar bombas sino para acabar con el hambre y con la miseria (aplausos). > > Ayúdennos respetando nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestra dignidad > como seres humanos y nuestra personalidad como naciones por pequeños y débiles > que seamos; practiquen la tolerancia y la verdadera fraternidad que nosotros > sabremos corresponderles, pero dejen ya de tratarnos como simples peones de > ajedrez en el tablero de la política internacional. > > Reconózcannos como lo que somos, no solamente como clientes o como ratones de > laboratorio, si no como seres humanos que sentimos, que sufrimos, y lloramos. > > Señores representantes, hay otra razón más por la que no puedo dar mi voto: hace > exactamente veinticuatro horas que presenté mi renuncia como embajador de mi > país, espero me sea aceptada. > > Consecuentemente no les he hablado a ustedes como Excelencia sino como un simple > ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera pero que, sin > embargo, cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la tierra: el > anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libres, el anhelo de legar a nuestros > hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena > voluntad y la concordia. > > Y qué fácil sería, señores, lograr ese mundo mejor en que todos los hombres > blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir como > hermanos. Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos. > > Si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras, que hace dos > mil años, dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac > ni condecoraciones: > > "Amaos... amaos los unos a los otros", > > Pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y > qué es lo que han hecho?, ¿qué es lo que hacen?: > > "Armaos los unos contra los otros".... > > He dicho..."
Periódico publicado en su blog cada fin de mes por María Jesús Sánchez Oliva “Premio Tiflos 1996 y 2013”. Secciones: Portada. La Vitrina (libros). Mesa camilla (opinión). Cajón de Sastre El Álbum de la Lengua La Butaca (noticias positivas). Carta a… Cosas de Garipil (espacio de María Jesús). Y ya que has venido, entra en mi mercadillo. http://palabrascatetas.blogspot.com/
sábado, 31 de mayo de 2014
Cajón de Sastre
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