domingo, 30 de agosto de 2015

La Butaca

El pasado mes de febrero hicimos un viaje por Marruecos. Desde Rabat enviamos una tarjeta postal a Salamanca. Regresamos a España y la tarjeta no había dado señales de vida.
    Comentarios: ¡Qué mal funciona el correo en ese país! ¿No sabrán leer los carteros? Menos mal que, pese a ser dos continentes distintos, son países vecinos, que si llegan a estar más lejos…
    Hace unos días llegó la postal a su destino. Había recorrido todas las Salamancas habidas y por haber del mundo. Por fin llegó a la Salamanca de Méjico. Tampoco los carteros mejicanos encontraron la dirección que indicaba el sobre. En un incomiable intento de que llegara a su destino, antes de embarcarla una vez más, pusieron en el sobre con letras muy grandes: “ESPAÑA” –era lo que no había puesto su remitente-, y añadieron: “EUROPA”.
     Y llegó, claro que llegó, dejando claro que no hay malos carteros, hay malos usuarios; posiblemente porque hemos perdido la costumbre de utilizar tan maravilloso servicio.
Desde Lugo informaron para 30 días S y S.

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