jueves, 28 de junio de 2012

La Butaca

Hace tres semanas, a primera hora de la mañana, mi hija, que iba a trabajar, fue atropellada en un paso de cebra por un conductor que también iba a trabajar. Más que de imprudencia, hay que hablar de despiste por parte de ambos, pero esta es otra historia. El accidente fue muy aparatoso pero gracias a Dios sin daños graves para mi hija que se recupera felizmente en casa. Pero esta no es la noticia que quiero mandar a tu periódico, la noticia es que el conductor, en lugar de escurrir el bulto, que es lo que suele pasar según la propia policía, fue el primero en bajarse del coche para socorrerla y pedir ayuda, y el personal sanitario, además de a mi hija, tuvo que atenderlo a él, pues sufrió tal ataque de nervios que no consiguió tranquilizarse hasta que ya en el hospital los médicos dijeron que no tenía lesiones graves y pudo hablar con ella. Cuando llegamos la familia, en lugar de marcharse, se quedó hasta que pudimos verla. Ni un solo día ha dejado de telefonear para interesarse por su recuperación, y ante conductas como esta, aun siendo la parte perjudicada, una tiene que disculpar, pues personas así son las que nos obligan a ser algo mejor.

Desde Burgos informó para 30 días Gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario