jueves, 28 de junio de 2012

Carta a...

Siempre presentes víctimas de ETA:
El pasado martes día 19 se cumplieron 25 años del atentado perpetrado por ETA en uno de los supermercados Hipercor de Barcelona. Podría decir uno de los más terribles, pero los atentados de ETA, como los de cualquier grupo terrorista, todos han sido terribles, muy terribles, porque todas y cada una de sus víctimas, fueron inocentes, elegidas por el fanatismo, sacrificadas por una idea que ni les iba ni les venía, muertas, heridas, humilladas inútilmente, porque de los proyectos que se riegan con sangre inocente, solo pueden germinar injustas tragedias que, aunque a distinto precio, es verdad, pagamos todos: las víctimas, los ciudadanos, los gobiernos y los propios terroristas.
Nada puedo deciros que no os haya dicho ya, pero aprovechando el aniversario hilvano estas líneas para lo de siempre: en nombre de todos y en mi propio nombre, pediros perdón. Y como testimonio de cuanto digo, termino recordando la carta que hace unos años escribí a Yésica, la primera víctima de ETA antes de nacer. Fue uno de mis comentarios semanales en la radio y decía así:

20-VIII-2003

Me gustaría felicitarte, querida Yésica, porque tienes 15 años, porque has terminado el curso con buenas notas, porque todo indica que vas a ser una mujer como a mí me gustan las mujeres: emprendedora, decidida y valiente, pero tengo que felicitarte porque al fin eres víctima de ETA. Estas cosas tan raras nos obligan a hacer los hombres, si es que hombres pueden llamarse los que nos obligan a hacer estas cosas.
Milagros tenía 27 años en 1987 y estaba embarazada. Trabajaba de cajera en uno de los supermercados Hipercor de Barcelona y aquella mañana de junio acudió a su trabajo como todos los días, feliz, llena de ilusión y de proyectos, pero ETA había decidido convertir su centro de trabajo en un cementerio y lo consiguió. De aquel terrible atentado, como en un increíble esfuerzo de su nombre por no traicionarla, Milagros salió ilesa, con unos simples rasguños, pero supo antes que los médicos que su hijo no había corrido la misma suerte. Unos meses después nació Yésica y se confirmaron sus sospechas. Era una niña preciosa pero no oiría nunca la voz de su madre, ni el ruido que hacen al pasarlas las hojas de sus libros y sus cuadernos, ni los gritos de sus compañeros de clase, ni la tele, ni la música, ni el motor de un coche, ni las campanas del reloj, ni los ladridos de un perro, ni la lluvia, ni el viento, ni el trueno que sigue al rayo por muy furioso que suene; aquella bomba le dio tanto miedo al explotar que para poder vivir tuvo que taparse los oídos y los médicos no han podido destapárselos.
Milagros y su marido reclamaron al ministerio de Interior. Su hija necesitó y sigue necesitando ayudas especiales, médicos y tratamientos sobre todo, clases de apoyo, logopedas. Pero los responsables del ministerio jamás reconocieron a Yésica víctima de ETA y las administraciones públicas nunca se interesaron por ella. Si ETA fuera consciente de lo poco que les duelen a estos señores muchas de sus víctimas, seguramente no volvería a matar a nadie para hacerles daño. Cansados de exigir sus derechos, hartos de tanto desprecio administrativo, indignados, seguramente, por tanto lamento oficial ante los muertos y heridos de ETA, Milagros y su marido recurrieron a los tribunales y gracias a la ayuda moral, jurídica y económica de la asociación de Víctimas del Terrorismo en Cataluña y de otros afectados, han podido llegar al final. Si ETA hubiera encontrado desde que nació tantas trabas legales para matar, como Yésica para convertirse en su primera víctima antes de nacer, seguramente, hoy, ni yo tendría que felicitarla por algo tan triste, ni ella estaría planeando nuevos atentados, pero estas cosas tan raras nos obligan a hacer los hombres, querida Yésica, y muy en contra de mis deseos tengo que felicitarte por esto; la Audiencia Nacional ha dicho a finales de julio que tus verdugos merecen 790 años y medio de cárcel, que ya habrán cumplido o estarán a punto de cumplir, y tú ser indemnizada con una importante suma de dinero que espero cambien de paso y cobres inmediatamente, al ritmo que cumplen sus penas los etarras, porque de seguir así, no hace falta ser ETA para adelantarles, les adelantan hasta los cangrejos.

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