domingo, 1 de mayo de 2016

MESA CAMILLA

Hacienda no somos todos
 
     Hacienda deberíamos ser todos. Los impuestos son imprescindibles para que todos podamos disponer de servicios y prestaciones que nos permitan vivir con dignidad. Los impuestos tienen que contar con dos elementos fundamentales: que sean razonables y se apliquen sobre los ingresos y bienes de los ciudadanos. Solo así tienen razón de ser y pueden cumplir su papel. Pero los tan traídos y llevados estos días papeles de Panamá han sacado a la luz algo que para los ciudadanos era obvio: hacienda no somos todos, hacienda somos los pequeños empresarios, los agricultores,, los autónomos, los pensionistas, los trabajadores con contratos basura, las empleadas de hogar y hasta              los parados; los jefes de estado, los ministros y demás políticos, las infantas, los grandes empresarios, los banqueros, los artistas más cotizados y los dueños de grandes fortunas, no son hacienda, eluden el pago de impuestos llevándose los billones de euros a esas huchas que llaman paraísos fiscales. Para mayor vergüenza, el desvío de capitales para evadir impuestos, no es un delito, es algo legal; lo aprueban esas leyes que los gobernantes firman para hacer bueno lo malo, o malo lo bueno, según convenga a sus intereses. Las consecuencias no son otras que las de hacer más ricos a los ricos y empobrecer a los demás.
     Ante estos atropellos legales, ante estos despropósitos, los ciudadanos nos preguntamos qué podemos hacer. ¿Llevar nuestros dineros a la misma hucha? Imposible: nuestros ahorros, o son escasos, o son nulos, y desviar poco dinero sí está penado. ¿Engañar a Hacienda? Es difícil: más que controlarnos, nos persiguen, y para no equivocarse, los autónomos, por citar algún colectivo, tienen que pagar el IVA aunque no lo hayan cobrado, incluso de servicios hechos a ayuntamientos y entidades públicas.
     Pero no podemos cruzarnos de brazos. Bueno sería que empezáramos a plantearnos el no contribuir a hacerlos más ricos. No podemos domiciliar nuestras nóminas en bancos que nos cobran tres euros por hacer la transferencia de la comunidad y eluden pagar impuestos; no podemos comprar en tiendas que eluden impuestos y contratan trabajadores con contratos subvencionados; no podemos aplaudir a direcctores de cine que cobran subvenciones para hacer una película y eluden pagar impuestos de las ganancias; no podemos apoyar a señoras que eluden pagar impuestos y al llegar la Navidad presiden mercadillos de baratijas para que los pobres coman un día como ellas lo hacen todo el año. Para no equivocarnos, deberíamos empezar a exigir que sus nombres fueran del dominio público, porque al margen de lo que digan sus leyes eludir impuestos es un delito, entre otras razones que sobra explicar, porque sus fortunas es de sobra sabido que no siempre proceden del trabajo honrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario