jueves, 31 de marzo de 2016

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

Ir de picos pardos: De fiesta, de juerga.
    Aunque esta frase se utiliza en todo el país, como después veremos, nació en Salamanca.     
     En los siglos XIV y XV, las mujeres solían llevar como falda una tela o jubón cuadrado con una abertura en el centro. Este agujero se ajustaba a la cintura con una cinta y la falda resultante tenía cuatro picos en su vuelo.
    En el reinado de Carlos III (1716-1788), el monarca  impuso a las prostitutas distinguirse mediante sayas de color pardo y así no confundirlas con las mujeres que vendían su cuerpo, decía él.
     En Salamanca existe una celebración curiosa cuyo origen se remonta a la regulación de la prostitución dentro de la ciudad. Se trata de El Lunes de Aguas, que este año será el próximo 4 de abril, es decir, el lunes siguiente al de Resurrección, y consiste en irse a las orillas del Tormes a comer el típico hornazo, que es lo que hacían los salmantinos de la época para no perderse detalle de lo que después veremos. 
    Nació esta celebración cuando Felipe II estableció la obligación de que las mujeres que residían en la Casa de Mancebía abandonaran su hogar durante toda la Cuaresma para evitar tentaciones carnales. Por esta razón eran trasladadas a un albergue ubicado al otro lado del río, y allí quedaban, al cuidado del Padre Putas, que era el encargado de traerlas en una procesión que nadie quería perderse.
    Las putas y los estudiantes siempre tuvieron muy buena relación. El destierro impuesto por el rey y defendido a capa y espada por los curas sentó muy mal a unas y a otros, tan mal que no se respetó, al menos en la medida que se pretendía, lo normal acabó siendo que los estudiantes, aprovechando la noche, cruzaran el Tormes, y las putas, burlando la vigilancia del padre Putas, salieran a recibirlos, ¡y a pecar, que en el infierno, con estas leyes, ya no hay sitio! Engañar a los compañeros estudiantes, no era tan fácil como engañar a los profesores curas, y así nació una pregunta y una respuesta:
    —¿Dónde estuviste anoche?
    —De picos pardos. Que era decir sin decir, de putas. Y el nombre, siglos después, derivó en lo que se señala al principio: de fiesta, de juerga.
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