sábado, 31 de octubre de 2015

El Álbum de la Lengua

Cortar el bacalao.
     ¿Quién es el que corta el bacalao? El que manda en un lugar determinado, el que toma las decisiones, el que puede hacer favores…
     Veamos sus posibles orígenes.
     La expresión tiene su origen en los tiempos en el que el bacalao, salado y convenientemente desecado, era uno de los alimentos más comunes, fáciles de adquirir y, sobre todo, transportar a otras partes del mundo; gracias a los largos periodos que duraba sin echarse a perder.
     Era común enviarlo hacia las colonias españolas repartidas en todos los rincones del planeta (desde el Caribe y América del Sur hasta Filipinas, pasando por África).
     En estos lugares se servía como alimento a los trabajadores (normalmente eran esclavos) que eran utilizados para faenar en las plantaciones y estos, a la hora del rancho, se colocaban en una fila e iban esperando turno para que se les diera la ración correspondiente de bacalao, la cual era cortada, normalmente, por el capataz o encargado de la plantación.
     Otras fuentes indican que su origen se encuentra en los tiempos de hambre y penuria.
    En España, donde el bacalao era el alimento básico y de los más baratos que se podía adquirir, a la llegada a los hogares, el patriarca de la familia era la persona destinada a cortarlo y repartir las raciones.
     También se señala el origen de la expresión en los establecimientos conocidos como tiendas de ultramarinos o colmados, en los que el bacalao debía ser cortado con un cuchillo largo y afilado y cuya tarea era reservada al propietario o encargado del comercio, quedando esta práctica vedada a los aprendices que solían trabajar allí. Ese tipo era el que cortaba el bacalao y, por lo tanto, el que mandaba y tomaba las decisiones allí.
    Cada cual que elija la versión que más le guste. Yo me quedo con las tres; en todos los casos había quien cortaba el bacalao, y no con mucha equidad en todos.

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