martes, 31 de marzo de 2015

Cajón de Sastre

El Documento Nacional de Identidad que todos los españoles llevamos consigo –o debemos llevar- cumplió el pasado 2 de marzo 71 años.
      El documento nacional de identidad es único e intransferible incluso después de la muerte 
      Su historia 
      Juan Carlos I y la Reina Sofía tienen los números 10 y 11 de DNI 
      En su vida ha sufrido toda clase de cambios: ha sido rosa, verde, azul o incluso multicolor. En una época hasta hablaba sobre cuál era el grupo sanguíneo, la profesión o el estado civil de su portador.     El primer español que tuvo uno en sus manos fue el mismo que lo ideó. En el año 1944, en plena posguerra Francisco Franco decidió crear un documento que diera identidad a todos los españoles. En el General Franco comienza la larguísima serie numérica que en nuestros días tiene 8 dígitos y una letra: Francisco Franco tenía el número 1; su esposa, Carmen Polo, el 2; y su hija, Carmen Franco, el 3.     En 1951 se identificó al Rey Don Juan Carlos y a la Reina Doña Sofía, a quienes se les otorgaron los números 10 y 11 respectivamente. La Familia Real se quedaría con la franja numérica que va del 10 al 99 con una curiosidad: el 13 (que debería haber tocado a la Infanta Cristina) fue descartado. En la Familia Real decidieron saltarse el número 13. Sería en 1980 cuando a la Infanta Elena le sería asignado el número 12 mientras a la Infanta Cristina se le otorgaría el 14. Años más tarde, al Príncipe Felipe le tocaría el 15 y a sus hijas los consecutivos: el 16 para la Infanta Leonor y el 17 para la infanta Sofía.
      ¿Hasta después de la muerte?
      ¿Qué ocurre con nuestro número de identidad una vez morimos? ¿Es cierto como dicen las malas lenguas que las personas con números bajos tienen el número de un muerto? De ningún modo. El Documento Nacional de identidad nace y muere con nosotros. Los números se otorgan por lotes a cada equipo. En principio, cuentan con un amplio conjunto de números sin asignar y si los terminan se les aporta un nuevo lote, no necesariamente correlativo al anterior. Entonces, ¿cómo explicar los números bajos? Lo que ocurre es que «no se utilizan todos» y cada cierto tiempo« se recuperan los restantes». Afortunadamente el Documento Nacional de Identidad es personal e intransferible incluso después de la muerte.
     Razón de su nacimiento
     Como decíamos no fue hasta el año 1944 cuando el Generalísimo tomó la decisión de crear un documento que otorgara identidad a los ciudadanos del país. Sin embargo, no fue hasta 1951 cuando se emitió el primero de ellos. «No hay duda de que aunque su utilidad actual es acreditar la identidad de un ciudadano a efectos jurídicos, en su nacimiento no tenía otra misión que la de “controlar”. En el momento de su creación, el DNI solo «era obligatorio» para aquellos que quedaran en «libertad vigilada después de salir de prisión» y para los hombres que «por su oficio o negocio cambiaran de domicilio».
    Sus precios
     Existían cuatro categorías y precios con arreglo a las condiciones económicas de los titulares del documento. Su coste era de 25 pesetas para los ciudadanos de primera, diez pesetas para los de segunda y cinco para los de tercera. Se facilitaba gratuitamente a los «pobres de solemnidad» y a los productores que se encontraban en paro forzoso. Estas cuatro categorías se mantuvieron hasta 1980, cuando se estableció una categoría única. En la actualidad el DNI-E cuesta 10,40 euros, incluso a los pobres de solemnidad.
     Otros datos de interés
     El DNI es obligatorio a partir de los 14 años, aunque puede solicitarse desde los 3 meses de edad.
      Se expide en las oficinas de la Policía Nacional. Cada oficina de expedición, como ya se ha explicado, recibe un lote de números que va asignando de forma correlativa a su petición. Cuando este lote se termina recibe un lote nuevo. No es cierto que personas hereden el número de una persona que haya fallecido, el número es perpetuo.
     Otra leyenda urbana es que el número que aparece en el reverso de DNI a la derecha del todo en la segunda línea sea el de personas con el mismo nombre y apellidos que existan en este momento. Es, simplemente, un digito de control creado por un algoritmo que no voy a explicar porque son muchos números y te aburriría tanto leerlos como a mí escribirlos.
     Hasta los 30 años, el DNI tiene validez por 5 años. De los 30 a los 70 años, tiene validez por 10 años, siendo permanente a partir de los 70 años.
    Los primeros obligados a tener DNI fueron los presos y los que tenían libertad vigilada. En segundo lugar, el personal masculino que por su profesión o negocio mudaba con asiduidad de domicilio. En tercer lugar, los varones residentes en ciudades de más de 100.000 habitantes. Luego, los hombres en localidades entre 25.000 y 100.000 habitantes, después las mujeres que viajaban por motivos de trabajo y así sucesivamente hasta completar con los años el conjunto de la sociedad.
     Han existido hasta 7 modelos diferentes de DNI. La primera incluía los datos de filiación, profesión, empleo o cargo, de color verde, adjuntaba el águila
imperial tan del gusto del Régimen. Además se señalaba la categoría del sujeto en arreglo a su economía. La segunda llegó en 1962 e incorporaba estado civil y grupo sanguíneo. Su color azul respondía al tono corporativo de la Policía. Desaparece el sexo del sujeto. El siguiente formato llega en 1965 y se expide hasta 1980. Ha sido una de las tarjetas más longevas y populares. Se mantuvieron los mismos datos y únicamente se suprimió la firma del director
del equipo que expedía el carné. Las variantes más significativas del cuarto modelo de DNI, -con una vigencia desde 1981 a 1985-, fueron la inclusión del
escudo constitucional y la supresión de las categorías. Se incluye de nuevo el sexo del ciudadano. En el siguiente modelo (1985-1991), se descartan la
profesión, el estado civil y el grupo sanguíneo, ya que en ocasiones provocaba errores médicos. En la década de los 90 se idearon unos modelos realizados mediante tecnología informática.
    La huella dactilar va desapareciendo de los DNI gracias a la implantación desde 2007 el DNIe (DNI electrónico) el cual lleva un chip con información referente
a la persona así como sus puntos más relevantes de su huella dactilar.
    Franco, como ya hemos visto, tuvo el número 1, que se autoasignó para el que estrenó en 1951. El segundo llevaba el nombre de su mujer, Carmen Polo y Martínez Valdés. Para su hija Carmen Franco Polo fue a parar el número tres. Del cuarto al noveno han quedado vacantes. Y el rey Juan Carlos I tiene el número 10, así como el 11
lo tiene la reina Sofía, el 12 la Infanta Elena, el 14 la Infanta Cristina y su hijo Felipe tiene el 15. La familia real posee los números exclusivos del 10 al 99, a excepción del número 13 que no lo tiene nadie por motivos de superstición.
    Al principio el carné incluyó una casilla para clasificar al ciudadano según su estatus económico. Los de primera categoría eran los grandes potentados y los caciques rurales. Los de segunda y tercera atesoraban, gradualmente, menos caudales y posesiones más modestas. Por último, los de cuarta se agrupaban en los llamados «pobres de solemnidad», gente tan mísera que estaba librada de pagar las tasas del DNI. Esta se eliminó en 1981, acabando así con esta pirámide social.
    Zaragoza fue la primera capital de provincia en expedir el DNI y a posteriori Valencia. Así mismo Burgos fue la primera en expedir el nuevo DNIe.
    Los niños sin progenitores reconocidos se añade en su DNI el nombre de unos padres ficticios hasta su mayoría de edad para preservar su infancia.
    Debido a que cada vez son más los padres que solicitan el DNI para los bebés, se contempla la posibilidad de asignarles número de forma automática cuando son inscritos en el Registro Civil, pero esto será cuando sea, de momento hay que acudir a la oficina correspondiente.

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