miércoles, 6 de noviembre de 2013

La Vitrina

 Así nos dieron la triste noticia los medios de comunicación el pasado 24 de octubre:
 
     Muere Manolo Escobar a los 82 años

    El corazón del popular cantante Manolo Escobar ha dejado de latir este jueves a sus 82 años. El artista almeriense había permanecido hospitalizado en la clínica de Benidorm tras una recaída que sufría.

   Y aunque nadie la había olvidado, así nos recordaron todos su vida:

    Un amante de su familia
    Nació el 19 de octubre de 1933 en Almería. Fue el quinto hijo de los diez que tuvieron Antonio García y María del Carmen Escobar, a la que dedicó su canción Madrecita María del Carmen.
    Comenzó su carrera en el año 1957. Vivía en Barcelona y se hacía llamar Manolo Escobar y sus guitarras, grupo en el que le acompañaban sus hermanos Salvador, Baldomero y Juan Gabriel. Comenzaron a cantar en la radio copla andaluza y canción española, su música y estilo cambiaron muy poco desde entonces.
    Manolo Escobar convirtió buena parte de su repertorio en reconocidos himnos españoles. Canciones como el Porompompero, Mi Carro, Que Viva España, La minifalda continúan, tras varias décadas, apareciendo en las reuniones y celebraciones. Su discografía guarda una buena cantidad de obras maestras, como Viva el Vino y las Mujeres.
    La fama en los concursos de las verbenas le facilitó a Manolo el poder introducirse en otro espectáculo de la época: el cine-variedades. Escobar apareció también en 21 películas algunas dirigidas por Sáenz de Heredia, o Luis Lucia.
    Contrajo matrimonio en Colonia (Alemania), con Anita Marx y fueron padres de una niña adoptada, Vanessa, a la que dedicó la canción Mi pequeña flor.
    A principios de los 90 se instaló en Benidorm (Alicante), en un chalet al que puso el nombre de Porompompero, que fue asaltado en la madrugada del 18 de septiembre de 2011 mientras él y su familia dormían. Le fueron sustraídos varios Discos de Oro, la Medalla de la Orden al Mérito en el Trabajo y la insignia de oro y brillantes del FC Barcelona.
    El 17 de noviembre de 2012, anunció su retirada del mundo del espectáculo tras más de 50 años sobre los escenarios, por el cáncer de colon que sufría. Tras llevar varios días ingresado, este jueves Manolo Escobar ha fallecido en una clínica de Benidorm a los 82 años.

    Unas palabras a modo de homenaje:

    “Cuando oí la noticia lloré –me decía una amiga-. Era como si se me hubiera muerto alguien de la familia”. El mismo sentimiento nos embargó a todos los españoles. Normal. La voz de Manolo Escobar lleva varias generaciones acompañándonos en nuestras fiestas, en nuestras excursiones, en nuestras celebraciones. Han pasado muchos años, han cambiado los gustos en esto de la música, pero todos nuestros niños saben que a Manolo Escobar le robaron el carro una noche cuando dormía, y si los papás les ponen villancicos en casa por Navidad, tienen que ponerles los peces que beben y vuelven a beber en el río de Manolo Escobar. En los bailes de los hoteles no puede faltar el Viva España de Manolo Escobar y hasta mi móvil anuncia las llamadas con su Porompompero y pone a cuantos lo oyen en pie.
 
    ¿Pero fue Manolo Escobar un gran cantante realmente?

    Sinceramente creo que hubo voces mil veces mejor que la suya, y en cuanto a las letras de sus canciones, de más valor literario y de más fuerza social. Basta fijarnos en algunas de las más famosas para descubrir que son, en general, temas simples, banales, intrascendentes, y algunos hasta rayando en el machismo y otros comportamientos mal vistos socialmente. Pero ni los más entendidos pueden negarle el mérito de haber conseguido lo que no ha conseguido ningún cantante en este país: ser el que más discos ha vendido aunque es posible que nunca haya figurado en las listas que recogen estos datos, que sus primeras canciones siguieran siendo solicitadas por el público, que fuera el más cantado por el pueblo en vida,y el que seguirá siendo cantado después de muerto.

      ¿Por qué siendo Manolo Escobar un artista popular acabó siendo el artista más singular?

    El éxito de Manolo Escobar obedece sin duda a dos cualidades indiscutibles: su alegría como artista y su sencillez como persona.

    Su alegría:

    Las canciones de Manolo Escobar trasmiten sobre todo alegría. Irrumpió en el panorama musical en un momento en el que España solo tenía razones para llorar: si miraba hacia atrás, le sangraban las heridas de la guerra civil, si miraba hacia adelante, no veía el camino para salir de tantas miserias. La alegría de sus canciones hizo el milagro de hacerla cantar a pesar de todo y por encima de todo. Contaban mis mayores que algunas familias de la época se empeñaron por comprar un aparato de radio para oír a Manolo Escobar.

    Su sencillez:

    Manolo Escobar procedía de una familia humilde. Como tantas familias españolas de aquellos días, la suya se trasladó de Andalucía a Cataluña en busca de un futuro mejor. Cantaba porque le gustaba cantar y lo necesitaba, sin pretender que sus canciones sirvieran para algo más que para divertirse y divertir a los de su entorno, pero la alegría que contagiaba lo catapultó sin darse cuenta a la fama y la fama al dinero. Lo normal en estos casos es que las personas se olviden de sus raíces, se endiosen, se avergüencen de su origen y pasen de los de su clase, pero Manolo Escobar siguió siendo una persona sencilla, agradecido siempre a su público, educado ante los medios de comunicación, respetuoso con sus compañeros de profesión en las entrevistas, entrañable con su familia en las revistas del corazón, nunca cambió de estilo y supo vivir de su voz y de sus canciones simplemente.

    Por todo lo dicho y cuanto queda sin decir por obvias razones en su favor, más que despedirlo con el clásico “Descanse en Paz”, debemos hacerlo con el más que merecido “¡Viva Manolo Escobar!”

    Y antes de marcharme, mi recomendación literaria de este mes:

    La Reina descalza, de Ildefonso Falcones Sierra.
    Para los que ya han leído sus novelas La Catedral del Mar y La Mano de Fátima, no hace falta reseña, y para los que no las han leído, basta con una sugerencia: que las lean. No se arrepentirán. 

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