miércoles, 6 de noviembre de 2013

La Butaca

 Tengo 18 años, soy ciega total, estudiante. Una de mis metas era la de andar sola por la calle. Me moría de ganas por ir a clase y volver sola, pero me sentía incapaz de vencer tantas dificultades: exceso de tráfico, semáforos sin sonorizar, pasos de cebra sin ninguna indicación en relieve, etc, etc, etc.
     Aproveché las vacaciones de verano para aprender el camino acompañada. Tan difícil me parecía que estuve a punto de tirar la toalla, pero todos me animaron a seguir adelante, sobre todo las personas que habían pasado por este trance antes que yo.
     Gracias a ellas lo hice y el pasado martes ocho de octubre, aunque muy nerviosa y temblando de miedo, de  vergüenza y de todo lo que se pueda temblar, fui a clase y regresé sola por fin.
     ¡Bravo por mí! 
    Desde Coruña informó para 30 días Anabel. 

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