martes, 30 de abril de 2013

Carta a...

H L H: ¡Hola! No importa tu nombre, ni el nombre de tu ciudad, ni los apellidos de tu familia; solo importa tu historia, mejor dicho, el final de tu historia. ¿Recuerdas? Eras muy joven cuando las malas compañías y otras circunstancias te llevaron al infierno de las drogas. Todo empezó en broma y acabó en serio, todo empezó bien y acabó mal; no podía ser de otro modo pero se te apagaron todas las luces y fuiste incapaz de dar media vuelta y regresar a tu normalidad. Ya en el infierno conociste el significado de palabras que hasta entonces solo conocías de verlas en los periódicos: hospital, policía, cárcel… La factura más cara la pagó quien menos culpa tenía: tu familia. Solo ellos saben lo que cuesta hacer frente a estas situaciones y luchar contra ellas sin darse por vencidos. Cuando ya solo les quedaba la esperanza por perder consiguieron que ingresaras en uno de los centros de Proyecto Hombre. Allí conociste el significado de palabras que hasta entonces no conocías ni de verlas en los periódicos: psicólogo, terapia, programa… y tras varios años muy duros, muy complicados, muy difíciles, porque salir del infierno de la droga no es tan fácil como entrar, el pasado mes de marzo, en uno de los salones del centro, celebraste tu alta definitiva. Fue el día más importante de tu vida, el de tu segundo nacimiento, según tus palabras, atrás quedaban cuarenta y cinco años que ya habías enterrado, querías empezar de cero y dedicar cada día de los siguientes cuarenta y cinco a tu trabajo, a tu esposa, a tu hija, a tu familia, a la familia de tu mujer… a todos los que te han ayudado y sobre todo a disfrutar de ser persona. Felicidades por ello y que cunda tu ejemplo. María Jesús.

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