domingo, 31 de marzo de 2013

Mesa camilla

La muerte del presidente Hugo Chávez acaecida el pasado 5 de marzo nos ha permitido asistir a un espectáculo más propio de la Edad Media que de nuestros días. Las escenas que nos han llegado desde Venezuela son de esas que tanto cuestan olvidar como recordar. Su cadáver más de siete días sin enterrar, expuesto de día y de noche para que nadie se quedara sin decirle adiós y el anuncio de ser embalsamado y puesto en un museo para los restos como Lenin, Ho Chi Min o Mao, son esperpenticidades que ya no deberían gustar ni a sus protagonistas. Pero lo más doloroso de todo ha sido la reacción del pueblo. Daban grima las colas de gentes sencillas aguantando horas y horas por verlo un segundo, llorando a lágrima viva, prorrumpiendo en gritos desesperados, matándose unos a otros por tocar un féretro que desfilaba sin cadáver, entre otros gestos propios de la ignorancia, de la incultura, de la desinformación, del fanatismo, de la pobreza y otras miserias imprescindibles para poder ser manipulados hasta tales extremos. Ante tan penoso espectáculo sobran todos los análisis sobre su gestión como gobernante: es evidente que lo que hizo bien lo hizo muy mal, y lo que hizo mal, lo hizo muy bien. Pero por si todavía queda alguna sombra de duda, reparemos en la alabanza más repetida: “Chávez, cristo de los pobres”. ¿Hay algo más impropio de Cristo que morirse con un gran patrimonio y dejando tras de sí una legión de pobres tan pobres que la necesidad les obliga a venerarlo por la limosna que recibieron para ser manipulados a su favor? Mucho me temo que no.

2 comentarios:

  1. Excelente su artículo sobre la muerte de Chavez. Está Ud. muy bien informada y ha transmitido los conceptos muy claramente.
    Felicitaciones!!! o plaf! plaf! plaf! van mis aplausos para Ud. por su agudeza.

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  2. Valoro tu comentario, sobre todo porque llega desde Argentina. La distancia no siempre nos permite ver las cosas tan claras como para opinar y gusta saber que no se anda tan equivocada. Gracias y sigo contando con tu visita.

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