domingo, 31 de marzo de 2013

El Álbum de la Lengua

Nuestros gobernantes están empeñados en cargarse nuestro ejemplar sistema sanitario, y ante lo que a todas luces es una barbaridad propia de gobernantes que sólo aspiran a conservar sus cargos con la finalidad de agrandar su patrimonio a costa de los ciudadanos, para enmascarar su maldad, que no su incapacidad, no han dudado en llamar a las cosas con otro nombre para despistar. ¿Se han dado cuenta de que para ellos los enfermos han dejado de ser pacientes para ser usuarios? Pero más que en mis comentarios en contra, repasemos lo que dice el diccionario. Usuario: 1. Que usa ordinariamente algo -la sanidad no se usa todos los días, se usa cuando se necesita-. 2. Dicho de una persona: Que tiene derecho de usar de una cosa ajena con cierta limitación -la sanidad no es algo ajeno, es de todos, y la única limitación para usarla es la de no estar enfermo, y esto no depende de nosotros, depende de nuestra salud-. 3. Dicho de una persona: Que, por concesión gubernativa o por otro título legítimo, goza un aprovechamiento de aguas derivadas de corriente pública. Paciente 1. Que tiene paciencia. 2. Se dice del sujeto que recibe o padece la acción del agente. 3. Persona que recibe la acción del verbo. 4. Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica. 5. Persona que es o va a ser reconocida médicamente. Queda clarísimo que cuando vamos al médico o ingresamos en un hospital somos pacientes, no usuarios aunque lo diga un papel firmado por el doctor correspondiente y, aunque lo mejor es que nunca tengamos que ser pacientes, os animo desde aquí a no caer en la trampa y seguir utilizando la palabra de siempre, que es la que además siguen utilizando nuestros sanitarios para dirigirse a sus enfermos. A ver si entre todos conseguimos que nuestros gobernantes se enteren de que cambiar de nombre a sus barbaridades sólo les sirve para ser más indignos de sus cargos.

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