domingo, 31 de marzo de 2013

Cosas de Garipil

¡Hola! Aunque no lo parezca, -el tiempo tiene también sus manías- estamos en primavera. Llegó entre vientos y lluvias que no se animan a dejarnos de incordiar el pasado día 21 y para recibirla se celebró el Día de la Poesía. Por esta razón ¡pasa!, deja el paraguas en el paragüero y siéntate al amor de la lumbre; mientras te secas y entras en calor con un buen café o lo que te apetezca tomar -aquí hay de todo- te recitaré el primer poema premiado de mi autora. Ya verás como escuchar a los demás es la mejor medicina para curarnos del mal humor. Cuenca. 1993 Agrupación Cultural de Funcionarios del (Ministerio de Trabajo) y Seguridad Social Primer Premio de Poesía Mi niño No me preguntes, mi niño, por qué el cielo de estas noches no exhala azules suspiros ni dónde están las estrellas; tendría que decirte, hijo, que han huido de misiles que están vomitando vidrios de muerte sobre tu casa. No me preguntes, mi niño, por qué están rojas las piedras ni por qué los blancos lirios niegan un beso a la tarde; tendría que decirte, hijo, que de sangre llevan túnica y que el amor en su nido tiembla de miedo a las bombas. No me preguntes, mi niño, por qué tosen las espigas ni por qué tu pan de trigo no está ya sobre la mesa; tendría que decirte, hijo, que se asfixian con la pólvora y que el costal de los ricos hace el harina con tu hambre. No me preguntes, mi niño, por qué no vas a la escuela ni por qué lloran los libros por no enseñarte a volar; tendría que decirte, hijo, que te han atado las alas pues tu vuelo es el peligro de quien vive de matar. No me preguntes, mi niño, por qué oyes llorar a Dios, por qué no cantan los mirlos ni por qué mueren los árboles; tendría que decirte, hijo, que la ambición con sus dientes mordió las venas de un río y Sangra todo el planeta. No me preguntes, mi niño, quién susurró tus preguntas, quién tornó tu nana en himno ni quién durmió tus juguetes; tendría que decirte, hijo, que quienes hieren tu infancia con las voces de los tiros y el fantasma de la guerra son hombres que como tú füeron niños y eso, mi amor, me da vergüenza decírtelo. María Jesús Sánchez Oliva. Gracias por tu visita y hasta el próximo mes Para contactar conmigo: garipil94@oliva04.e.telefonica.net

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