jueves, 28 de febrero de 2013

Cosas de Garipil

¡Hola! ¿Vienes a visitarme? Pues pasa a mi salita y siéntate, ahí mismo, en el sillón de orejas, te preparo un café y te cuento. Puedes fumar. Yo estoy habituado al humo, a los ruidos, a las voces, al frío, al calor… vivo en la calle aunque para estas tertulias me hayan creado esta salita. Pues bien, ya estoy contigo. Mientras tomas el café, me presento: Me llamo Garipil. Soy el primer libro publicado por mi autora (María Jesús Sánchez Oliva). Corría el año de 1995, del siglo pasado, claro. Esto decía de mí en la nota de cubierta: No sé si es un cuento bueno, no sé si es un cuento malo, sólo sé que es el primero de mis cuentos que se niega a asfixiarse de olvido en el cajón de un escritorio. Garipil es un semáforo que además de códigos tiene corazón. Es hijo de la inteligencia del hombre, criado de sus intereses y verdugo de su ambición. La cabeza le dice que su tecnología es válida, que debe estar al servicio de su inventor, pero el corazón le pide que ésta no le supla, no le traicione, no le venza. Pide auxilio y es la sabiduría quien le ayuda a exigirle al hombre que alce una frontera infranqueable en el límite donde su poder deja de ser vida para ser muerte. Y con este mensaje le doy la mano para que llegue al corazón de los niños y al de los hombres que no quieren dejar de serlo. Poco tengo que añadir de mí. Queda claro que soy un libro sin dejar de ser un cuento, o un cuento sin dejar de ser un libro, que igual pueden leerme los niños que son mayores, que los mayores que son niños, que soy, en definitiva, un semáforo muy especial. Sí quiero decir que me costó Dios y ayuda que me publicara. Mi autora es… imbécil. Decía que le daba vergüenza, que si escribía para ella, me conformara con que me leyera ella, que era malísimo. “¿Acaso no lees tú libros peores y los anuncian hasta en la tele?”, le decía yo para convencerla, pero ella seguía en sus trece, esa era otra historia que yo no podía entender. Menos mal que surgió la oportunidad de hacer una edición pequeña y se animó a complacerme. Imposible explicar con palabras la alegría que me dio pasar de unas cuartillas mecanografiadas a las páginas impresas de un libro. Después me siguieron otros de relatos, de cuentos y otros temas. Al principio me dio mucha rabia que lo tuvieran más fácil que yo, pero acabé entendiéndola: yo era el primero de la lista, y hacer algo por primera vez, siempre da miedo. Desde hace 12 meses publica este blog. Todos los meses le pido que hable de mí en la Vitrina, de sus otros libros, de sus premios, pero mes tras mes me ha ido dando largas hasta que por fin hace unos días accedió a crearme este espacio con una condición: que lo gestione yo. Así pues en esta salita me encontrarás cada mes con sus libros y demás trabajos. Puedes enviarme comentarios, preguntas, sugerencias… Yo te responderé siempre, y para que no se entere de mis respuestas, me he creado la dirección de correo electrónico que verás siempre al final. Y por hoy te despido, sólo quería presentarme y me vine sin avisar, seguro que el barrendero de la zona se ha creído que me ha fallado algún cable y ha llamado al concejal de tráfico, el concejal a la policía local, la policía al agente de guardia, el agente se ha plantado en mi sitio con el silbato y ni te cuento el pivote que habrá montado entre conductores que van, conductores que vienen y peatones que protestan. No hay quien pueda con ellos, en cuanto les quito el ojo de encima, todos se creen eso de ¡ancha es Castilla! Y arman la de San Quintín. Gracias por tu visita y hasta el próximo mes. Para contactar conmigo: Garipil94@oliva04.e.telefonica.net

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