jueves, 31 de enero de 2013

Mesa camilla

27 de enero de 2013. La selección española de balonmano se alza por segunda vez en pocos años con el título de campeona del mundo tras derrocar a la todopoderosa Dinamarca. Somos los primeros en el balonmano, somos los primeros en el fútbol, somos los primeros en no sé cuántos deportes más; pero también estamos a la cabeza del desempleo, del fracaso escolar, de los embargos de sueldos, del cierre de pequeñas empresas, de los desahucios de primeras viviendas y de la corrupción. Ante estos resultados lo mejor sería poner a los deportistas a gobernar y a los gobernantes a dar patadas a un balón que, acostumbrados como están a dárselas a los ciudadanos, ganarían a cualquier equipo sin tener que entrenarse. No es una broma típica de españoles. ¡Ni muchísimo menos! La situación de no pocas familias no está para hacer chistes precisamente. Se trata, quede claro, de un simple preámbulo para llegar a la siguiente reflexión: ¿A qué se deben tantos éxitos deportivos? Sin duda a los buenos entrenadores, a la seriedad de los equipos y al esfuerzo de los jugadores. Todo lo contrario que los políticos. Los políticos no necesitan ninguna formación especial para serlo, ni tienen que hacer oposiciones, ni tienen que reciclarse cada año, ni tienen que ser rentables al país; les basta y les sobra con conseguir afiliados para el partido de turno y votos en las elecciones para su líder aunque sea pegando carteles a troche y moche para que presuman de guapos, haciendo bulto en las primeras filas, aplaudiendo a charlatanes, escribiendo al dictado aunque las faltas de ortografía hagan daño al sentido común, gritar hasta desgañitarse para trasmitir seguridad, acusar para que los crean intachables, ofrecer hasta lo que han quitado, o lo que es igual, defenderse de los adversarios con ataques verbales que consigan méritos a costa del desprestigio ajeno y otras malas artes propias de ineptos. Por lo tanto, queda clara mi opinión: los políticos, como todos los profesionales, deberían tener que estudiar para poder serlo durante años, tener que examinarse para obtener plaza, y si aprueban con buena nota, ejercer con las obligaciones y los derechos de todos los trabajadores. Seguro que ni habría tantos, ni serían tan malos.

2 comentarios:

  1. Muy buena reflexión .!Ha mucha corrupción ...Siguen llenando sus bolsillos sin que la justicia obligue a devolver lo que se ha llevado Y que paren Ya!!que se valla todos los políticos que para lo que han servido es para arruinar a España.

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