viernes, 31 de marzo de 2023

CAJÓN DE SASTRE

Marta Marcos Orejudo

LAS MUJERES QUE ESCRIBEN SON PELIGROSAS

Durante mucho, mucho tiempo, ha habido pocas escritoras. Para empezar, pocas mujeres sabían leer o escribir, por lo que el heceho de que alguna pudiera redactar una simple carta era un privilegio reservado a una minoría. Desde siempre, también hoy en día, las tasas de analfabetismo han sido y siguen siendo mayores entre las  mujeres que entre los hombres. Ellas, es decir, nosotras, siempre lo hemos tenido más difícil para ir a la escuela. Hace apenas unos días, han salido noticias de ataques contra centros educativos femeninos en Irán.

Las escritoras, por lo tanto, han sido consideradas como un elemento extraño, incluso una extravagancia, hasta hace no tanto. Pocas eran las que se animaban a encarar una carrera literaria con las dificultades que eso acarreaba. Había que tener mucho carácter y muchas ganas. Había que ser muy brillante o pertenecer a un círculo privilegiado si querías que te publicaran un libro. No pocas optaron por adoptar seudónimos masculinos. Jane Austen ha sido una de las grandes excepciones, a comienzos del siglo XIX.

Las dificultades se han prolongado hasta casi nuestros días. Se podría pensar que los obstáculos para una escritora pertenecen a una época muy lejana ya. Sin embargo, el año pasado lei una curiosa y terrible novela titulada así, La escritora, de una autora islandesa de nombre evidentemente impronunciable. Narraba las peripecias de una chica de Islandia en los años 60 del siglo XX. Todos reconocían que escribía muy bien, pero nadie la publicaba una novela que había completado tras pasar por muchos problemas personales y económicos. Al final, le entregó el manuscrito a un exnovio y poeta mediocre para que la publicara bajo su masculino nombre.

Por suerte, hoy en día, la situación ha mejorado mucho, hasta tal punto que tres hombres han publicado varios libros bajo un seudónimo femenino, el de Carmen Mola. Ya no resulta extraño encontrar escritoras en todos los géneros literarios. Los países nórdicos han exportado una buena cantidad de novelas del género negro y policiaco escritas por mujeres.

Por fortuna,  también se va diluyendo ese concepto de “literatura femenina”, o “escrito para mujeres”, términos usados con bastante condescendencia. Se entendía que eran historias sentimentales, blandas o de poca calidad, frente a la otra literatura, por supuesto, escrita por hombres. Ellas, es decir, nosotras, hemos demostrado que sabemos contar buenas historias, en muchos casos enriquecidas por los retos y dificultades que nos ha tocado vivir por el hecho de ser mujeres.

 

8-III-2023

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario