lunes, 1 de septiembre de 2014

Mesa camilla

La llegada de pateras a tope de inmigrantes a las costas andaluzas sigue siendo uno de los problemas más graves que sufre España en las últimas décadas.
     Es muy normal que no pocos ciudadanos del norte de África  intenten huir de las miserias de sus países de origen.
     Como todos los problemas que crea el hombre, el hombre puede arreglarlo, pero eso será cuando los políticos dejen de ser dioses intocables para ser personas responsables, y de momento no parecen dispuestos a querer cambiar.
    La oleada de saharauis que logró cruzar el Estrecho hace unos días inundó las costas de Cádiz. Nunca hasta entonces habían llegado tantas personas juntas.   El caos fue total. En las dependencias policiales de Tarifa y Algeciras no había sitio para tantas personas; las instalaciones deportivas que se habilitaron para albergarlas se quedaron pequeñas; Cruz Roja se vio incapaz de alimentarlas a todas, y como de costumbre, los vecinos de la zona, tuvieron que correr a echar una mano.
    Ante esta situación, si nos paramos a hacer memoria, surge una pregunta: ¿Dónde está el señor Rajoy?
    Hace unos años, tampoco tantos, cuando estaba en la oposición, también llegaban pateras y se desgañitaba acusando de las desgracias al presidente en activo y, aunque no sugería soluciones, las prometía, y se tomaba la licencia de ridiculizar públicamente a todos los responsables, y ahora, ante esta situación, solo responde con el silencio. ¿Se le habrá olvidado la solución?
    Posiblemente, pero esto, con ser malo, no es lo peor, lo peor  es que también a la oposición se le ha olvidado recordárselo, y entre tantos olvidos, seguiremos engañados.

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