martes, 30 de octubre de 2012

La Butaca

El pasado mes de junio, Marina, una buena amiga, sufrió un desmayo cuando paseaba con su perro por el parque Príncipe Felipe. Alertados los Ángeles del Socorro (Servicio Sanitario de Urgencia) por los transeúntes se presentaron en el lugar y la trasladaron a la residencia sanitaria San Pedro de Alcántara. Los médicos no tardaron en diagnosticar algo tan grave que falleció dos semanas después. Intentaron localizar a la familia, pero fue imposible: Marina vivía sola y no tenía familiares directos. Ante aquella situación uno de los ángeles decidió hacerse cargo del perro. Una vez enterrada Marina se puso en contacto con el primo que se hizo cargo del cadáver para comunicarle que el perro lo tenía él. “Si usted lo quiere –le dijo, puede venir a buscarlo, pero si tiene algún problema a mí no me importa quedarme con él y cuidarlo como lo he cuidado estas tres semanas”. Desde Cáceres informó para 30 días Flori.

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