domingo, 30 de septiembre de 2012

La Butaca

Ubico la noticia. Uno de los domingos de agosto. Visito el zoológico con unos familiares venidos de fuera. Mucha gente, mucho calor. Al final de la feliz jornada entramos en una de las tiendas, a comprar un regalo que quieren llevar. La tienda está hasta los topes; los clientes lo miran todo y esperan el turno de ser atendidos; las dependientas envuelven las compras a pasos forzados. Un señor sale cargado de paquetes envueltos en papel de regalo pero nadie se fija en él. De repente, la empleada que va pasando el cepillo de barrer detrás de los danzarines pies, dice en voz alta: “La cartera, la cartera. ¿A quién se le ha caído la cartera?” Los clientes registran automáticamente bolsos y bolsillos y ninguno recoge la cartera que yace tentadora en el suelo. Con ella en la mano, sale la trabajadora del local: “¡Por favor, por favor!, ¿alguien ha perdido la cartera?”, grita en el pasillo. Todos se detienen para registrarse pero solo el señor de los paquetes envueltos en papel de regalo acelera el paso hacia ella. “Gracias, muchas gracias, de verdad, muchas gracias”, dice un poco, mejor, un mucho sorprendido, como si estuviera ante un milagro. Desde Madrid informó para 30 días Angelines.

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