domingo, 30 de septiembre de 2012

Cajón de Sastre

Una de las mejores cosas que podemos hacer en la vida es viajar. ¡Lástima que no entre en la Seguridad Social! Hoy, tras mi reciente viaje por los Estados Unidos y Canadá, te invito a dar un paseo por Nueva York. ¿Te apetece? Alguien que visitó la ciudad antes que yo me dijo que era la capital del mundo. Tenía razón. Paseando por la Quinta Avenida, conocida también por la avenida de los millonarios, se tiene la impresión de que sobra el dinero, las posibilidades para todos, el bienestar general. Desgraciadamente no será así, pero por unos días, entre los brazos de sus impactantes rascacielos, las caricias de sus soberbios centros comerciales y la compañía de la multitud de hombres y mujeres de todas las nacionalidades, podemos soñarlo. Se necesitarían muchas semanas para conocer la ciudad, pero es tanto su poderío que nos permite hacerlo en un par de horas, bastaría con subirnos al mirador del Empire State y veríamos la ciudad de norte a sur y de este a oeste. Pero ni se te ocurra, una vez en ella, hay que patear sus calles, recorrer sus parques y visitar sus monumentos. Y sin más preámbulos, vamos a pasear. Primera parada: el Empire State. El Empire State Building ha sido el edificio más alto del mundo desde 1931 hasta 1972. Hoy en día, tras la caída de las Torres Gemelas, es el edificio más alto de Nueva York y lo seguirá siendo hasta la finalización de la futura Torre de la Libertad. El Empire State tiene 102 plantas y una altura de 381 metros (443 metros si contamos su antena). El edificio se construyó en tiempo récord, tan sólo pasaron 410 días desde el inicio de su construcción hasta su inauguración. En la construcción, en plena crisis del 29, trabajaron más de 3000 obreros que hicieron posible que se construyeran 4 plantas y media por semana. En el Empire State existen dos miradores, uno en la planta 86 (a 320 metros de altura) y otro en la 102. Cada año visitan el edificio casi 4 millones de turistas y, desde que se construyó, ha sido visitado por más de 100 millones. Segunda parada: la Catedral de San Patricio. La Catedral de San Patricio de Nueva York (St Patrick's Cathedral) es la catedral católica con estilo neogótico más grande de América del Norte. Está dedicada al Patrón de Irlanda. A pesar de que las obras de construcción de la catedral comenzaron en el año 1858, el trabajo se detuvo durante la Guerra Civil Norteamericana y el edificio no se vio finalizado hasta 1879. El diseño de la catedral pretendía ser el de un gran templo con dos torres de más de 100 metros de altura que se alzaran triunfantes sobre la ciudad, algo que se logró durante poco tiempo. Hoy en día la catedral presenta un aspecto más humilde si la comparamos con el imponente Rockefeller Center, situado enfrente de ella. La Catedral de San Patricio está realizada en mármol blanco, con el aspecto recargado característico del estilo neogótico. Esto es algo que lo convierte en un edificio muy especial, sobre todo si lo comparamos con los edificios cuadrangulares que la rodean. Una vez en el interior merece la pena destacar los enormes órganos, compuestos por 3.920 y 5.918 tubos, y la escultura de La Piedad, tres veces más grande que la de Miguel Ángel situada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Probablemente, si se encontrara situada en otro contexto, la Catedral de San Patricio no sería tan llamativa pero, debido a su céntrica ubicación en Manhattan, resulta muy curioso contemplar los contrastes. La catedral se ubica en el corazón de Nueva York, entre los edificios de Quinta Avenida, por lo que nadie debería perderse su visita. Tercera parada: la Estatua de la Libertad. La Estatua de la Libertad es, sin duda, el símbolo más famoso de Nueva York. Su lema es: La libertad esclarece el mundo. Este monumento de 46 metros de altura (93 si contamos la base) se encuentra situada en Liberty Island (la isla de la libertad), y para visitarla es necesario ir en Ferry. El muelle se encuentra en Battery Park, al sur de Manhattan. La Estatua de la Libertad se inauguró en octubre de 1886 y fue un regalo de los franceses para conmemorar los 100 años de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. En 1984 fue declarada Patrimonio de la Humanidad. En su diseño participó Gustave Eiffel, el creador de la Torre Eiffel. El 4 de julio de 2009, coincidiendo con el día de la Independencia de Estados Unidos (fecha muy importante para la Estatua de la Libertad), el mirador de la corona fue reabierto al público ya que, desde los atentados del 11-S, subir estaba prohibido. Y ahora a comer que, aunque aquí la comida más fuerte es la de la cena, nuestro estómago dice que vacío ni a descansar. Me gustaría invitaros a una paella valenciana, a unas migas extremeñas con sardinas o a un simple bocadillo de jamón de Guijuelo, pero tendréis que conformaros con una hamburguesa, que es lo que hay a mano. Podríamos dedicar la tarde a recorrer palmo a palmo el Central Park, el Rockefeller Center, el Madison Square Garden o cualquiera de los muchos lugares restantes, pero lo mejor es que nos encaminemos hacia las Torres Gemelas. Digo bien, hacia las Torres Gemelas, porque tengo la impresión de que las Torres Gemelas son más visitadas ahora que cuando existían, y en homenaje a sus víctimas, a las víctimas de todas las guerras, del terrorismo, de cualquier tipo de violencia organizada, en tono de oración, vamos a hacer memoria. Historia El World Trade Center (WTC) era un complejo comercial de 16 acres, construido entre 1966 y 1987. Estaba compuesto por siete edificios, una plaza grande y un centro comercial subterráneo. El 26 de febrero de 1993, un grupo de terroristas islámicos detonó explosivos en el garaje que se encontraba debajo del WTC. Mataron a seis personas e hirieron a miles. El 9/11, destruyeron el complejo entero. De este complejo eran las Torres Gemelas. Con más de 1,360 pies de altura, eran los edificios más altos de la Ciudad de Nueva York. Ambas tenían 110 pisos y juntas proporcionaban un espacio de oficinas de casi 10 millones de pies cuadrados para aproximadamente 35,000 personas y 430 compañías, lo que atraía a decenas de miles de trabajadores y turistas a diario. El complejo incluso tenía su propio código postal: 10048. 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001 Una mañana despejada de un martes, 19 terroristas del grupo extremista islámico Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales e hicieron que dos de ellos chocaran contra las Torres Gemelas de la Ciudad de Nueva York y que un tercero chocara contra el Pentágono en Arlington, Virginia. Luego de enterarse sobre los otros atentados, los pasajeros del cuarto avión, el vuelo 93, lanzaron una contraofensiva y el avión se estrelló en un descampado al oeste de Pensilvania. Los atentados del 9/11 dejaron como saldo 2,977 personas muertas, oriundas de más de 90 países. La víctima más vieja tenía 85 años; la más joven tenía dos. Más de 400 de esas víctimas eran socorristas que murieron cumpliendo su deber. ACERCA DEL PARQUE CONMEMORATIVO El parque conmemorativo del 9/11 se inauguró en el décimo aniversario de los atentados. Consta de dos piscinas ubicadas en el espacio de las Torres Gemelas originales. Estas piscinas se encuentran en el lugar donde estaban las torres. Cascadas de treinta pies (las más grandes de Norteamérica) caen en las piscinas y cada una luego desciende hacia un vacío central . Los casi 3,000 nombres de las víctimas de los atentados de 1993 y del 9/11 están inscritos en bronce alrededor de los perímetros de las dos piscinas. La distribución de los nombres se basa en capas de "adyacencias significativas" que reflejan los lugares en los cuales se encontraban las víctimas el 9/11 y las relaciones que compartían con otras personas que fallecieron ese día. De esta manera, se respetan los pedidos de los familiares de las víctimas que solicitaron que ciertos nombres estén cerca de otros. El parque conmemorativo fue diseñado por el arquitecto Michael Arad y el paisajista Peter Walker. El diseño fue seleccionado mediante una competición internacional que recibió 5,201 propuestas de 63 países. El WTC totalmente reconstruido incluirá el parque conmemorativo y el museo, el espacio para oficinas comerciales, venta minorista y conexiones para el transporte público. El plan principal para el centro, creado por Daniel Libeskind, requiere la construcción de una espiral de torres nuevas alrededor del parque conmemorativo de ocho acres. Durante los primeros años en los que el parque conmemorativo esté abierto, los visitantes podrán ser testigos de cómo se reconstruye el lugar alrededor de ellos, incluida la construcción del World Trade Center 1 precisamente detrás de la piscina norte, que con 1,776 pies será el edificio más alto de los Estados Unidos. Al este de la piscina sur, se erigirá el World Trade Center 4 con 72 pisos y 977 pies de altura. Hacia el noreste del pabellón del museo se encontrará el centro de operaciones de tránsito del WTC, diseñado por Santiago Calatrava. Cuando se termine de construir todo el centro, la plaza que lo rodea incluirá más de 400 robles blancos de California. Estos árboles fueron seleccionados de las guarderías que se encontraban dentro de un radio de 500 millas de los tres lugares de los atentados. El museo será el centro de atención mundial para preservar la historia del 9/11. Narrará los eventos del día, los antecedentes y la respuesta nacional e internacional posterior al hecho. Una exhibición conmemorativa específica rendirá homenaje a las vidas de cada una de las casi 3,000 víctimas. El pabellón de vidrio y acero que se encuentra entre las piscinas conmemorativas servirá como entrada al museo, con exhibiciones que se realizarán debajo de la plaza del parque conmemorativo. En el atrio del museo se encuentran dos tridentes de acero: columnas con forma de tenedores de la fachada original de la Torre norte. Rescatados después del 9/11, fueron llevados al centro en septiembre de 2010. Los tridentes representan la gran cantidad de objetos auténticos que se exhibirán en el museo conmemorativo 9/11 Memorial Museum. RESUMEN Podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que el 11 de septiembre de 2001 el lugar de las Torres Gemelas se convirtió en un lugar sagrado, en un centro de peregrinación al que más que para admirar, la gente acude para reflexionar. Ojalá sirva para que todos los mortales, absolutamente todos, lleguemos a la conclusión de que, por encima de nuestras ideas, dioses y banderas, el hombre, por el hecho de serlo, tiene la obligación de ser el mayor defensor del hombre.

1 comentario:



  1. Acabo de leer tu periódico y todo es muy interesante y ameno. En particular quiero darte las gracias por tu crónica de Nueva York. YO ignoraba todos los detalles que cuentas sobre los nuevos edificios de las antiguas Torres Jemelas.

    ResponderEliminar