lunes, 28 de febrero de 2022

COSAS DE GARIPIL

¡Hola! Antes de pasar al séptimo capítulo de Bella Luna quiero disculparme por un error: en la portada del número anterior se anunciaba el quinto capítulo, cuando en realidad, como figuraba en mi sección, era el sexto. Supongo que quienes me sigan se habrán dado cuenta del despiste, pero por si acaso, queda aclarado. Y ahora paso a lo mío.

 

          VII LA POSADA DEL GALLO

 

     Era media tarde cuando Ñoto y la mula entraron en la ciudad. Por una encrucijada de callejuelas empedradas y estrechas llegaron hasta la Plaza Mayor. En uno de los soportales estaba ubicada la platería más antigua y prestigiosa de la ciudad. Ñoto amarró la mula a la aldaba de la puerta y entró. La mujer del  platero se puso en pie.

     —¿En qué podemos servirle en esta casa?

     —Quiero que el platero me tase esta perla y si llegamos a buen acuerdo venderla.

     El platero dejó la gubia con la que estaba grabando el escudo de una familia de las más importantes de la ciudad en un jarrón de plata para regalárselo a su primogénito el día de su boda para salir del taller.

     —¡Buenas, hombre de paz! ¡A ver que nos trae! —Se calzó sobre la nariz unos anteojos para observar mejor la perla blanca que reposaba en la palma de la mano de Ñoto —¡Es una perla única! ¿Dónde ha conseguido este tesoro? Soy tan noble en los negocios como los metales que trabajo, y aunque me sería fácil, no pienso engañarle porque mi honra vale más que todo el oro del mundo. Esta perla vale tres veces más de lo que yo puedo ofrecerle pero no dude de que cualquier  platero de la ciudad se la pagará peor que yo. Le ofrezco los mil reales que tengo en la alcancía. ¿Conforme?

     A la mujer del platero le dio un patatús.

     —¡Con los sudores que nos ha costado ahorrar esos reales y con los agujeros que tenemos que tapar todavía!

     El platero le susurró al oído:

     —¡Pero alma de cántaro…! ¡Si con esa perla hago yo un colgante por el que la mujer del regidor me pone en las manos tres mil reales y la propina por la promesa de que no haré otro igual!

     En seguida volvió en sí pues sabía del buen ojo que su marido tenía para las piedras preciosas.

     —Tiene usted esposa, ¿verdad?

     —Y una hija más guapa que una perla engarzada en mil esmeraldas.

     —Pues yo le regalaré este collar de azabache para la madre, y para la hija, estos lindos pendientes de plata.

     —¡Trato hecho!

     El platero entregó a Ñoto los mil reales guardados en un fardelillo de tela parda y éste los fue contando uno a uno con los ojos tan abiertos que se le salían de las órbitas.

     —No me ha dicho dónde adquirió esta perla. ¿Puedo saberlo?

     —La heredé de mi abuelo que de joven navegó por los archipiélagos de la Macaronesia y la capturó de su concha hace ya más de cien años.

     Ñoto salió de la platería más contento que unas pascuas.

     —¡Queden con Dios, buenas gentes!

     A lomos de la mula bajó por la calle del Molino para detenerse en la Plaza de la Romana. En una de sus cuatro esquinas estaba ubicada la mejor posada de toda la ciudad con un orgulloso gallo pintado en el portón de madera. En la posada del Gallo, como un señorón, alquiló Ñoto hospedaje para él y para la mula. Pagó al posadero, que era tío Lolo, por adelantado y se sintió inflado como un  globo al ver que no tenía que regatear en el precio ni hacer esperar a nadie para cobrar. “¡Con esta tranquilidad deben vivir los ricos!” Tío Lolo estaba como un  pez en agua dulce.

     —La mula estará en la cuadra como una persona en buena alcoba; la paja está muy limpia, en los comederos tiene buen trigo y en los bebederos agua fresca. Usted tendrá una sala digna de un canónigo. La cama tiene jergón de virutas blancas y sábanas de lienzo curado. No le falta un detalle pues tiene  hasta palangana y orinal para que se encuentre a sus anchas. ¿Va a hospedarse muchos días en la posada del Gallo?

     —Hasta que ferie un par de mulas y un carro.

     —Tío Lolo tiene por costumbre ayudar a sus clientes además de servirles. Mañana va usted a la calle de las Cuerdas. Allí tiene su taller el mejor carretero que existe en la ciudad. Si va en nombre del tío Lolo ya verá qué carro le empluma y qué cuenta más arreglada le saca. Esto es una rueda: los comerciantes mandan huéspedes a la posada del Gallo y tío Lolo les remite clientes. Unos nos ayudamos a otros y todos tan contentos pues nadie sale perdiendo. Las mejores mulas se compran en la posada del Gallo. ¿Nunca lo oyó decir? Mañana empiezan a venir tratantes que se hospedan aquí y traen cabezas de todas las especies de animales para venderlas en el mercado de ganado de los sábados. Son muchos los tratos que se hacen sin salir de estas paredes. ¡Pero mañana Dios dirá! Ahora a cenar y a descansar, que parece fatigado. La posadera, que es mi mujer desde hace cuarenta años, ha preparado unas sopas de tomate que son capaces de resucitar a un muerto.

     Ñoto durmió toda la noche como un lirón pero al despertar tenía engarrotados los cinco dedos de una mano pues había dormido apuñando el fardel de su fortuna. Tres días más tarde charló con tío Lolo.

     —¿Le gustan estas yeguas? Anoche hice el trato mientras cenaba en el comedor de la posada con un tratante de Las Calzadas. ¡Mire qué lustre tienen! ¿Y qué me dice de este carro que me ha hecho su amigo en un suspiro? ¡Fíjese en este toldo verde que le ha plantado! Con esto ya pueden caer chuzos de punta y sol como bolas de plomo. Tenga una propinilla y le prometo que volveré para visitarle o para hospedarme. ¡Dios le guarde, tío Lolo!

     —En la posada del Gallo deja su casa y un amigo  llamado Lolo que siempre estará dispuesto a servirle.

 

María Jesús Sánchez Oliva

 

     Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.

     “Garipil” (1995).

     Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.

     “Letanías” (1999).

     Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.

     “El rosario de los cuentos” (2003).

     Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.

     “Cartas de la Radio” (2007).

     Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.

     “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).

     Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

      “Los días perdidos” (2018).

      Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.

 

     Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

 

garipil94@oliva04.e.telefonica.net

 

     Estaré encantado de responderte.

 

     Gracias por tu visita y hasta el próximo número.

 

     Garipil.

 

 

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