Avales y sus riesgos
El avalista puede terminar pagando la deuda contraída por la persona a quien
avaló hasta que la misma quede por completo saldada
Autor: JOSÉ IGNACIO RECIO
Fecha de publicación: 11 de julio de 2013
Un aval se requiere cuando un usuario quiere comprar un bien material costoso
(vivienda, garaje, solares, etc.), pero también cuando pide un crédito personal
de gran cuantía. Entran en juego dos partes: por un lado, la persona que se
compromete a respaldar el bien adquirido (el avalista) y, por otra, quien
solicita el préstamo, que es el avalado. A la primera, aceptar ser avalista
puede ocasionarle problemas, ya que si el titular del crédito no puede asumir
las deudas, será ella quien deba responder con su capital, incluso con sus
bienes, para saldar las deudas contraídas. Este y otros riesgos del avalista se
explican en el siguiente artículo.
Ejercer como garante Un aval es una garantía bancaria cuya finalidad es
demostrar al banco que, aunque el titular del crédito no disponga de la garantía
suficiente para responder al crédito, hay otra persona que puede responder por
él y, lo que es más importante, que se compromete a pagar la cantidad que el
titular del producto haya dejado de abonar. Se requieren casi siempre para un bien material (vivienda, garaje, solares, etc.), pero también cuando se solicita un crédito personal de gran cuantía. Entran en juego entonces las dos partes que conforman este proceso financiero:
Avalista: la persona que se compromete a respaldar el bien adquirido.
Avalado: quien solicita el préstamo.
Al avalar se pone en juego el propio patrimonio, por lo que conviene elegir
con cautela con quién se firma esta operación Al primero, ejercer como garante
le puede acarrear muchos problemas en el futuro, ya que de no poder asumir las
deudas el avalado, será él quien tenga que responder con su capital, incluso con
sus bienes en última instancia. Por eso, es muy importante seleccionar con quién
se firma esta operación, pues no puede formalizarse con cualquier persona. Solo
conviene ser avalista de algún familiar o amigo de gran confianza, y del que no
se tengan dudas sobre su respuesta ante el crédito solicitado.
Bajo ninguna circunstancia hay que comprometerse con personas poco fiables o con
aquellas de las que apenas se posea información. La sorpresa puede ser
irreversible, ya que ante la falta de recursos económicos de los posibles
avalados, habrá que responder ante el banco o caja de ahorros que concedió la
vía de financiación. De ahí la prudencia para ser avalista de otras personas.
Avales bancarios y particulares
Hay dos clases de avales: bancarios y particulares.
Bancarios: es una entidad financiera quien se encarga de pagar la deuda, y su
principal repercusión sobre la economía doméstica reside en su aplicación en
los contratos de alquiler de pisos. Los propietarios que teman que sus nuevos
inquilinos no les paguen su alquiler de forma regular o sencillamente que
abandonen la casa sin pagarlo, pueden incluirlo en su contrato de
arrendamiento. En estos casos, además de la obligada fianza, que deberán
afrontar quienes alquilen un inmueble, también pueden exigir a la otra parte
un aval bancario cuya cuantía corresponda al precio de alquiler de 3 o 4
meses, para cubrir estas contingencias.
Personales: se utilizan en la contratación de hipotecas, créditos al consumo,
etc. Son familiares y amigos quienes se encargan de asumir casi siempre la
función de garante para que el titular pueda comprarse una vivienda o adquirir
un coche. Este tipo de avales personales son gratuitos para ambas partes y
funcionan como si de un seguro se tratase, porque serán estas personas quienes
se hagan cargo de la responsabilidad financiera, en el caso que el titular no
pueda responder de su cuantía.
El avalista se pone en la misma situación que el avalado en el momento en que
firma o consiente esta operación. Si, por cualquier circunstancia, es preciso
variar las condiciones (cuantía, plazo de amortización, ampliación...) del
préstamo, hay que comunicárselo a los avalistas y estos decidirán si aceptan o
no el cambio.
Riesgos de convertirse en avalista
Los riesgos de aceptar esta operación son muy claros y parten de las siguientes actuaciones que conviene analizar con detenimiento antes de cometer un error que puede ser irreparable:
El hecho de avalar un préstamo conlleva las mismas obligaciones que para el
solicitante; nunca es un apoyo moral a su concesión.
El avalista puede terminar pagando la deuda contraída por el deudor, hasta que
la misma quede por completo saldada. Puede verse envuelto en un largo proceso judicial (de no pagarse) que termine en el embargo de su cuenta corriente, bienes personales (desde su casa y hasta el coche) e incluso la parte de su nómina que excede del Salario Mínimo Interprofesional. No importa la edad que se tenga, puede afectar también a los
jubilados.
Antes de avalar a nadie, por tanto, conviene investigar sus contratos de trabajo
y antigüedad, su solvencia económica y de qué bienes dispone en el instante de
formalizar este proceso.
Créditos sin avales
En el momento de solicitar un crédito, es cada vez más frecuente que las
entidades financieras demanden un aval a los solicitantes, ya que es una forma
de asegurarse que el adelanto se les devuelva sin ningún contratiempo.
No obstante, se puede sortear esta modalidad crediticia ya que la gran mayoría
de préstamos rápidos se comercializan sin la exigencia de un aval o una nómina.
En pocos minutos, los clientes disponen de liquidez en su cuenta corriente,
aunque los importes son más bien modestos, de entre 500 y 1.000 euros de media.
Por otro lado, en las vías de financiación personal y para el consumo, tampoco
se incorpora la figura del aval, y basta con la presentación de la nómina para
acceder a estos productos. Todo lo contrario que con las hipotecas o créditos de
mayor cuantía, que en muchos de los casos se exige la presencia de un aval para
poder contratarlos.
Periódico publicado en su blog cada fin de mes por María Jesús Sánchez Oliva “Premio Tiflos 1996 y 2013”. Secciones: Portada. La Vitrina (libros). Mesa camilla (opinión). Cajón de Sastre El Álbum de la Lengua La Butaca (noticias positivas). Carta a… Cosas de Garipil (espacio de María Jesús). Y ya que has venido, entra en mi mercadillo. http://palabrascatetas.blogspot.com/
domingo, 29 de septiembre de 2013
Cajón de Sastre
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