sábado, 31 de marzo de 2012

La Vitrina

Si alguien me preguntara si estoy a favor de que las novelas sean llevadas al cine, o sea, de que se hagan películas de novelas, no sabría responder. Es verdad que prefiero obras escritas para el cine, que echo de menos que no se escriban más, pero no es menos cierto que grandes novelas de nuestra literatura no se conocerían o se conocerían por muy pocos si no fueran llevadas al cine. Así pues me decanto porque convivan sin abusar las dos fórmulas y que cada cual elija la que prefiera. Lo importante, al menos para mí, es no ver nunca una de estas películas sin antes no haber leído la novela; unas ganan, otras pierden, pero vale la pena conocer las dos versiones. Es el caso de “La voz dormida”, de Dulce Chacón, gran autora extremeña que lamentablemente nos dejó muy joven.
La voz dormida es un magnífico retrato de la posguerra española vista desde el bando de los perdedores. La lucha de las mujeres, su situación en las cárceles, las ejecuciones en masa…las miserias, el hambre, los miedos. Y si la novela no tiene desperdicio, con la película sucede lo mismo. Hay que destacar la interpretación de María León, en el papel de Pepita, está, sencillamente, genial.
Los únicos puntos negativos, tanto de la novela como de la película, y más por sacarle punta para entrar en polémica que por restarle importancia, son los siguientes:
Primero. Puede que ante las obras los no dados a entrar en reflexiones piensen que los perdedores fueron los buenos y los ganadores los malos. Nada más lejos de la realidad. En aquella maldita guerra, como en todas las malditas guerras, los únicos buenos fueron las víctimas, y los protagonistas de “La voz dormida” todos fueron víctimas.
Y segundo. Posiblemente, para los que no conocieron aquella maldita guerra, los hechos parezcan exagerados. Nada de eso. Afortunadamente yo no conocí aquella maldita guerra pero por razones de trabajo sí a muchas personas que la vivieron, y estoy convencida de que por mucho que nos cuenten, jamás nos contarán los horrores, las barbaridades y las injusticias que soportaron aquellos españoles, no sólo durante los tres años que duró la contienda, también durante la larga posguerra. Por aquellos días, alguien dijo: “Los que se vengan de los perdedores, no merecen la victoria”, y sobran testimonios para saber que el bando ganador lo dejó de sobra, tan de sobra que hay que reflexionar muy poco para darnos cuenta de que los hechos dejaron tales secuelas que todavía hoy nos están pasando factura.

3 comentarios:

  1. Buenísima reflexión, me pasa que casi siempre que veo una película después de haber leído el libro que se ha adaptado para el guión me decepciona muchísimo. Me da rabia quedarme con esa impresión, y me pregunto por qué maltratar estas grandes obras. 'La voz dormida' es, sin duda, una grandísima obra, tanto en calidad literaria como, y más sí cabe, en la historia desgarrada que nos cuenta, no me gustaría verla quedar en mal lugar; sin embargo, le daré una oportunidad... un besazo y enhorabuena por el periódico!!

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  2. Buenísima reflexión, me pasa que casi siempre que veo una película después de haber leído el libro que se ha adaptado para el guión me decepciona muchísimo. Me da rabia quedarme con esa impresión, y me pregunto por qué maltratar estas grandes obras. 'La voz dormida' es, sin duda, una grandísima obra, tanto en calidad literaria como, y más sí cabe, en la historia desgarrada que nos cuenta, no me gustaría verla quedar en mal lugar; sin embargo, le daré una oportunidad... un besazo y enhorabuena por el periódico!!

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