miércoles, 31 de mayo de 2023

COSAS DE GARIPIL

¡Hola!: Desconecta el televisor, deja el móvil donde ni lo veas ni lo oigas, siéntate en tu sillón favorito, cierra los ojos y permíteme que te lea el capítulo XIX de Bella Luna en lo que el sueño te manda a la cama para recuperar las fuerzas perdidas durante el día.

 

        XIX EL CAMINO OLVIDADO

    Tarri creyó que Ñoto había enfermado del baile de San Vito. Era como si un enjambre de pulgas se hubiera puesto de acuerdo para descoser a picotazos todo su cuerpo, porque cuando pican las pulgas no cosen, como dice la gente, descosen. Tan nervioso ponían a Ñoto aquellos picotazos que de día y de noche hacía vida de saltamontes. El médico lo visitó y diagnosticó que aquel bailoteo no era una enfermedad, pero Ñoto se quedó con la danza a cuestas y sin los cuatrocientos reales que guardaba celosamente porque cobró con creces sus honorarios.

     —Mis minutas crecen cuando quien me avisa no está enfermo. Me    cansa más trabajar en balde y perder el tiempo, pero avíseme sin pereza que, como yo no cuento con garbanzos, me salen las cuentas redondas.

     Tarri probó  sin éxito todos los remedios caseros y a su alcance. Desde hacerle tomar los  más insólitos ungüentos hasta atarle las piernas con una cuerda y pegarle las orejas con cola hecha por ella misma de extractos de resina. Nada era eficaz. Pegadas y todo las orejas de Ñoto giraban como las aspas de un molino y las  piernas le bailaban con ataduras y todo. Tarri andaba despavorida.

     —Con el tembleque que tienes en las manos vas a darme un bofetón el día menos pensado y me dejas sin dientes. Lo malo va a ser que tu enfermedad se contagie y alguna mañana me levante bailando también. ¿Qué va a ser de esta casa si a  los dos nos acomete ese maldito bailoteo?

     Ñoto sacó la perla negra  del bolsillo y cayó en mayor desgracia pues ésta se incrustó en la palma de su mano como una lapa a una roca y se negó a salir de allí. Se quedó petrificado. Ya ni podré andar libremente y mucho menos tejer las mimbres. Unos minutos después empezó a padecer verdaderos tormentos pues la perla empezó a quemar su mano como una brasa viva y tuvo que decidirse por tomar alguna medida.  “¿Quién me orientará para llegar hasta el valle donde estaban las flores de oro?” Con la mano en el bolsillo y a brincos de saltamontes, despertando risas a su paso, llegó Ñoto al huerto de tío Navajas.

     —Tiene que prestarme la mula para realizar un viaje importante. Mis burros no están para trotes. Con sus pocas fuerzas y mi tembleque vamos poco lejos.

     Tío Navajas lo entendió, y eso que era corto de luces.

     —No le quepa duda de que se matarían los tres en menos que un cura dice amén. ¡En mi mula irá usted como un marinero en un flamante velero! ¿Me pagará con la misma generosidad y la misma puntualidad que me pagó la otra vez?

     Ñoto se puso colorado como un tomate.

     —Lo siento, tío Navajas, pero si no le importa, pagaré el arrendamiento al regreso, porque con los líos que me traigo ando algo apurado. ¿No va a fiarse de mí?

     Tío Navajas no disimuló sus recelos pero valía la pena arriesgarse. “Me fiaré porque un hombre que compra cascabeles a una mula que no es suya es porque tiene  dinero en los bolsillos o posibilidades de tenerlo”. Regresó Ñoto con la mula a su casa.

     —Me marcho a Tres Mentiras. Allí me hablaron de un brujo muy sabio que ve los pensamientos y los lugares a través de unas lentes mágicas. Él verá con sus lentes la guarida donde esté cobijada Bella Luna y el bicho que se me ha metido en el cuerpo y no deja de bailar dentro de mí como si yo fuera el salón de baile del pueblo.

     Tarri se lo creyó todo a pies juntillas. Ñoto cogió las riendas de la mula y la mochila que Tarri llenó de comida exquisita. Emprendió viaje. Nada más salir del término del pueblo cesó el tembleque y movió la mano con asombrosa naturalidad. Hizo ademán de retroceder. “¿Con qué dinero saldaré la deuda de tío Navajas? Ese hombre es bueno pero chocante al dinero es capaz de matar al más pintado, que no en vano le llaman tío Navajas”. Dio media vuelta pero el castañeteo de sus  dientes y los tiritones de frío que sacudieron su cuerpo a pesar de que el sol proyectaba rayos de fuego le obligaron a seguir adelante. No se movía ni una brizna de aire y sin embargo los pelos le bailaban en la cabeza como si estuvieran de fiesta y se divirtieran al son de un vendaval. La perla negra comenzó a dar saltos en el bolsillo con tanta energía que desprendía rayos de fuego que se extendían y le abrasaban la cara, y  aunque no le dejaban heridas, tuvo  que resignarse a su suerte y emprender su aventura.

     —¡Arre, mulita, que tú serás mi salvación! ¿Recuerdas el valle donde comimos moras y vimos flores de oro? Tienes que conducirme a ellas que para mí es un camino tan olvidado como preciso.

     Atravesaron valles, montañas, ríos... A medida que avanzaban iba aminorando en Ñoto aquel baile de San Vito. Ñoto estaba orgulloso de la mula.

     —Eres muy lista. Si mejora mi mal es porque nos acercamos al lugar exacto. No sé cómo podré pagarte tus bondades y favores.

     Un día sufrieron un revés. Habían pasado la noche durmiendo a gusto sobre unos haces de hierba fresca. Al reemprender el camino la mula titubeó y Ñoto empezó a temblar más aprisa de pies a cabeza. Era evidente que se habían perdido. Se pararon pensativos. De repente la perla negra salió de su hura y comenzó a revolotear haciendo círculos en el aire. Se alarmó Ñoto. “Se me va a escapar, y si no la pillo, no podré entregarla a su ama, y entonces estaré perdido para siempre”. Intentó darle alcance pero el temblor hizo que sus manos fueran en dirección opuesta a la de su deseo. De pronto la mula inclinó la cabeza para comer una mata de campanillas azules y en seguida voló la perla negra para posarse entre sus orejas. Las campanillas empezaron a repiquetear en la panza de la mula y al son de la música ésta se puso a trotar como si la empujara el viento. Ñoto corrió tras ella. No podía ni respirar y  con el tembleque dio un sinfín de traspiés y más de un tumbo en el suelo. Serpentearon así un nudo de senderos y repentinamente cesó el  tintineo de las campanillas y la mula se detuvo en seco. Ñoto extendió la vista. Estaban junto al macizo de las flores de oro. La mula se tumbó formando un  ovillo, abrió la boca como si fuera un volcán y empezó a vomitar ramilletes de campanillas azules que dispersándose en el aire volaron a sus raíces. Ñoto ya no padecía del baile de San Vito cuando cogió la perla negra y con tristeza la abandonó entre los pétalos de oro de la primera flor  que abrió su corola.

     —Adiós, tesoro, que ahora que te pierdo por la maldita avaricia sé cuánto valías.

     La perla negra se llenó de lágrimas y habló entre sollozos:

     —No vuelvas a dejar que te hagan envidiar la luz de un farol cuando tienes para alumbrarte la mismísima luz del sol.

     De entre el manojo de flores de oro salió la sirena de las dos perlas.

     —Por perderla, no llores, que ya encontraré quien sepa usar y gozar  los dones de tu buena estrella.

     Una escoba invisible barrió los haces y Ñoto vio cómo se alzaban unos sencillos helechos mientras se le ahogaba un grito en la garganta. “¿Dónde está Bella Luna?” Ni la mula ni él sabían en qué aldea estaban y tuvieron que  dar mil rodeos para llegar a Mimbres Blancas.

   

     Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.

     “Garipil” (1995).

     Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.

     “Letanías” (1999).

     Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.

     “El rosario de los cuentos” (2003).

     Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.

     “Cartas de la Radio” (2007).

     Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.

     “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).

     Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

      “Los días perdidos” (2018).

      Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.

 

     Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

 

Mariaje30dias@gmail.com

 

     Estaré encantado de responderte.

 

     Gracias por tu visita y hasta el próximo número.

 

     Garipil.

 

 

 

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