domingo, 30 de abril de 2023

COSAS DE GARIPIL

¡Hola!: Desconecta el televisor, deja el móvil         donde ni lo veas ni lo oigas, siéntate en tu sillón favorito, cierra los ojos y permíteme que te lea el capítulo XVIII de Bella Luna en lo que el sueño te manda a la cama para recuperar las fuerzas perdidas durante el día.

 

        XVIII LA VOZ DE LAS CAMPANAS

     Tarri recorrió anhelante todas las piezas de la casa mientras gritaba desesperada:

     —¿Dónde estás, Bella Luna, dónde estás?

     Desde la despensa le llegó un “¡Ja ja ja!”, que era la misma risa de la niña. ¡Dios mío, es ella! Removió todas las estanterías pero no la vio. Vació los sacos repletos de patatas sin ver entre ella ni una uña de la mano de su hija. Solamente oía aquel inconfundible “¡Ja ja ja!”, que se colaba entre los chorizos, morcillas y salchichones que colgaban de las varas que horizontalmente atravesaban el techo.

     —¡Deja de reírte y dime quién te tiene secuestrada Que lo mataré en cuanto dé con la mazmorra donde te tiene guardada!

    En aquel instante se cayó un jamón que colgaba del techo y le asestó un golpe soberano en la cabeza. Se desplomó en el suelo hecha un cuatro pero no dejó de gritar:

     —¡Auxilio, auxilio!, que el secuestrador me lleva el jamón también, y si no lo pillamos, nos deja sin matanza para todo el año.

     Se agarró con fuerza al marco de la puerta para ponerse en pie mientras oía  las estridentes risotadas de Bella Luna. Ñoto recorrió a pie las dos márgenes del río y a todo pulmón gritaba entre las mimbreras:

    —¿Dónde estás, Bella Luna, dónde estás?

     Las risas alegres de su hija le respondían filtrándose entre las ramas de los arbustos. El revuelo de la casa fue el reclamo que atrajo a los vecinos y todos se apresuraron en lamentarse de sus desgracias.

     —Nuestros hijos van a quedarse burros porque se han fugado las letras, y se aburren como ostras porque se han escapado todos los juguetes; los hombres van a comprar y a vender con un saquito de garbanzos para sumar y se los restamos al puchero como es natural. Es un engorro, y si nos gastan los garbanzos para contar, llegará el momento que tengamos que comernos los codos. Los campos están sin colores y ni un grillo canta por las tardes. Para colmo hay menos estrellas en el cielo y por las noches tenemos que gastar más aceite para encender candiles.

    Ñoto y Tarri no estaban para ponerse en el lugar de los demás.

     —Han raptado a nuestra hija, y como no hay en el mundo otra niña tan preciosa como ella, no nos la entregarán a cambio de nada.

     El pueblo en pleno se hizo cargo del drama de los Lláguez. Era normal que aquellos padres vivieran sumidos en un mar de lágrimas y  Todos olvidaron su propio problema para ponerse  en el ajeno. El alguacil cogió la trompeta y canturreó  un bando por todas las esquinas del pueblo.

     —Por ordeeeeen, del señor alcaldeeeee, se convocaaaaa, a todos los vecinooooos, para que, cuando oigan la voz de las campanas, acudan a la plaza, donde se formará una caravana que partirá a la búsqueda de Bella Luna por todo el pueblo y sus alrededores.

     Las campanas empezaron a alzar su metálica voz y sólo el campanero quedó en el pueblo sin bajarse de la torre para que éstas no dejaran de gritar. Hombres y mujeres, niños y ancianos, a pie y a caballo, con perros y palos, peinaron hasta el último palmo de terreno. Nadie vio a Bella Luna pero todos oyeron sus sonoras carcajadas. Vaciaron los pozos y desde lo más hondo brotaban sus risas, rastrearon los campos y de entre las ramas de los pinos salían sus risas, removieron los surcos de los sembrados y desde las entrañas de la tierra surgían sus risas, inspeccionaron todas las casas y corrales y por todos los rincones sonaba aquel alegre “¡Ja ja ja!” Cuando no quedó ni una piedra por levantar dejó de oírse la voz de las campanas y las carcajadas de Bella Luna. A medida que transcurrió el tiempo, todos, sin excepción, observaron un fenómeno: las argentinas risas de Bella Luna las oía sólo quién y cuándo hacía algo con el propósito de localizarla. En seguida sacaron conclusiones, y después de atar cabos, la convicción fue general: Bella Luna estaba atrapada por alguna bruja que sin duda la tenía oculta en alguna cueva misteriosa. Formaron corrillos para exponer soluciones.

     —Hay que dar con los huesos de esa bruja. De sus garras tendremos que arrebatarle a Bella Luna, por las buenas o por las malas. Luego haremos una hoguera y a la bruja la quemamos viva. Sólo  cuando esté muerta nos veremos libres de sus encantamientos.

     Todos sabían que no era una tarea sencilla. ¿Dónde estaría ubicada la cueva de aquella bruja? Se juntaron los corrillos, las voces se fundieron en una sola: para dar con la cueva era preciso dar primero con la bruja. Aunque no parecía lógico, esto era más fácil. Tenía que ser, sin lugar a dudas, alguna vieja del pueblo, porque estaba claro que conocía bien sus recovecos y sus gentes. Cuando se deshizo el corro todos llevaban el mismo propósito:

     —¡Vamos a andar con ojo y en cuanto sospechemos quién es esa bruja malévola la  desenmascaramos y le cantamos entre todos las cuarenta en bastos!

     Tarri esperaba en casa, sentada junto al fuego. “Tengo que reconocer que estas gentes también tienen algo de buenas personas porque, si no existe la bruja, la inventan. Por mi hija van a ser capaces de quemarla viva en una hoguera, aunque pensándolo bien, también a ellas les afecta. Si es que la tierra se ha quedado a oscuras sin ella, si no brilla ni un lucero en el pueblo”. Tuvo que cerrar los oídos y coger  Las tenazas para no oír las risas que se colaban  por la chimenea y se le clavaban como espadas en el corazón. Ñoto callaba para oír la voz de su pensamiento: “la gente unida se enfurece y es un peligro. Deja de oír la voz de la razón para escuchar los truenos que exploten de la multitud. Estos bestias son capaces de hacer pagar culpas ajenas a un inocente. Sólo yo puedo poner coto a este vendaval de desgracias. Si entrego la perla negra a la Sirena de las dos Perlas, cada cosa volverá a ponerse en su lugar, y Bella Luna saldrá de las sombras pero... ¿Dónde estaba la cueva de aquella diosa? Aunque sea difícil no debo cruzarme de brazos si quiero evitar que este pueblo se  hunda para siempre”. Sonrió Ñoto porque oyó las risas de Bella Luna con más alegría que nunca.

 

María Jesús Sánchez Oliva.

   

     Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.

     “Garipil” (1995).

     Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.

     “Letanías” (1999).

     Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.

     “El rosario de los cuentos” (2003).

     Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.

     “Cartas de la Radio” (2007).

     Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.

     “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).

     Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

      “Los días perdidos” (2018).

      Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.

 

     Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

 

Mariaje30dias@gmail.com

 

     Estaré encantado de responderte.

 

     Gracias por tu visita y hasta el próximo número.

 

     Garipil.

 

 

 

 

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