sábado, 22 de diciembre de 2018

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

TÍTULOS NOBILIARIOS Se recomienda escribir con minúscula los nombres de títulos nobiliarios, como marqués, duque, conde, barón, etc., ya que se trata de nombres comunes: el marqués de Salamanca, el duque de Edimburgo, el conde de Aranda, el vizconde de Tartas… EMPLEO EXPRESIVO DE MAYÚSCULAS INICIALES En ocasiones, el uso de la mayúscula se debe a propósitos expresivos, como sucede en los casos siguientes: En los títulos, cargos y nombres de dignidad, como Rey, Papa, Duque, Presidente, Ministro, etc. Estas palabras se escribirán siempre con minúscula cuando acompañen al nombre propio de la persona o del lugar al que corresponden: el rey Felipe IV, el papa Juan Pablo II, el presidente del Ecuador, el ministro de Trabajo, o estén usados en sentido genérico: el papa, el rey y el duque están sujetos a morir, como lo está cualquier otro hombre. Sin embargo, pueden escribirse con mayúscula cuando no aparece expreso el nombre propio de la persona o del lugar y, por el contexto, los consideramos referidos a alguien a quien pretendemos destacar: el Rey inaugurará la nueva biblioteca, el Papa visitará tres países en su próximo viaje. También es costumbre particular de las leyes, decretos y documentos oficiales escribir con mayúscula las palabras de este tipo: el Rey de España, el Presidente del Gobierno, el Secretario de Estado de Comercio. En algunas palabras de escritos publicitarios, propagandísticos o de textos afines. Este uso, destinado a destacar arbitrariamente determinadas palabras, es idéntico al recurso opuesto, consistente en emplear las minúsculas en lugares donde la norma exige el uso de mayúsculas. En ningún caso deben extenderse estos empleos de intención expresiva de mayúsculas o minúsculas a otros tipos de escritos. Los títulos de Rey, Príncipe, Infante, Conde, Duque, Marqués y semejantes se escriben con mayúscula, según la Academia, cuando designan personas concretas, y con minúscula cuando están usados en sentido genérico: fue recibido por el Rey, los reyes mueren igual que los esclavos. Pero esta regla no suele acatarse cuando el título va seguido de nombre propio o de complemento. Así, suele verse impreso el zar Nicolás, la reina de Inglaterra, la duquesa de Alba. Se exceptúan de esta costumbre los títulos de los miembros de la familia reinante en España: el Rey Don Juan Carlos, el Príncipe Felipe. (Seco, Manuel: Diccionario de dudas). TÍTULO NOBILIARIO AÑADIDO AL NOMBRE POR APOSICIÓN Excmo. Sr. Don Javier Godó Muntañola, conde de Godó. Don Íñigo III. Vélez de Guevara y Tassis, VII° conde de Oñate y conde de Villamediana. Juan de Borbón, conde de Barcelona. Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda. Pedro Rodríguez Campomanes, conde de Campomanes. Su nombre verdadero se ignora. El conde de Lautréamont es pseudónimo. Palacio del conde de la Vega del Sella. Carlos Maria Isidro de Borbon, conde de Molina. Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares. Xavier María de Munibe e Idiaquez, Conde de Peñaflorida. Excmo. Sr. Don Martíi de Riquer i Morera, Conde de Casa Dávalos. EL TÍTULO NOBILIARIO FORMA PARTE DEL NOMBRE PROPIO El Conde de Montecristo. El hostal Conde de Villanueva. Colegio Parque Conde de Orgaz. Casa del Conde de la Valenciana. Casa del Conde de Pinofiel Hotel Antequera. El Conde de Monte Cristo de Alejandro Dumas. Gaspar María de Nava Álvarez (Castellón de la Plana, 1760-Madrid, 1815) es más conocido literariamente por su título nobiliario, Conde de Noroña.

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