miércoles, 30 de julio de 2025

PORTADA

Queridos lectores: Acaba de salir el número 130 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo. AVISO PARA QUIENES YA SON COLABORADORES Y PARA QUIENES QUIERAN SERLO Creo conveniente dejar de publicar a partir de esta fecha (30-I-2025) noticias sujetas a la “Ley del Loro”, es decir: que se repiten hasta el aburrimiento en todas las cadenas de radio, televisión y redes sociales, ya que la finalidad era la de publicar noticias recogidas a pie de calle, protagonizadas por personas anónimas, no famosas. En su lugar, aunque tendrán preferencia las ya mencionadas, os invito a participar con anécdotas, reflexiones, curiosidades, experiencias… respetando, en ambos casos, las dos sabidas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y ejemplares. Y segunda: que sean enviadas a mjsanchezoliva@gmail.com poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Espero seguir contando con vosotros y quedáis invitados a agregaros como seguidores. LO MÁS DESTACADO DE JULIO LA VITRINA: El baile de las mareas (primer libro de Laura Portas). MESA CAMILLA: Dios los cría y el diablo los junta (última publicación de julio en www.salamancartvaldia.com ). CAJÓN DE SASTRE: Entrevista a Eva Ferri (hija póstuma de Nino Bravo). EL ÁLBUM DE LA Lengua: Escritura adecuada del prefijo ex (recomendación de la Fundéu). LA BUTACA: Historia del Síndrome de Estocolmo. CARTA a… Juana Martín (diseñadora gitana). COSAS DE GARIPIL: “La robona” (segundo relato de Letanías). Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón. Volveremos a encontrarnos en el próximo número. María Jesús Sánchez Oliva. Seguidores de Honor: Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012. Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012. María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013. Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015. Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

LA VITRINA

Queridos lectores: En este número soy yo el elegido para invitaros a leerme. Por si decidís aceptar mi invitación, me presento y os adelanto mi contenido. Mi título: El baile de las mareas Mi autora: Laura Portas Esto me ha dicho que os diga de mí para animaros a leerme: Una vida truncada por la tragedia. Un destino caprichoso. Una voluntad capaz de bailar al son de las mareas. Vila de Pazos, principios del siglo XX. Aurora es una joven mariscadora a punto de casarse. Su lucha por labrarse un futuro da un giro cuando empieza a trabajar como sirvienta en un pazo señorial. Allí no solo se adentra en un mundo noble e hidalgo, sino que se convierte en la protagonista de una historia de amor, misterio e intereses cruzados entre las familias más poderosas de la villa. Rodeada de traiciones y envuelta en el aura enigmática de una Galicia tan mágica como misteriosa, Aurora deberá sobreponerse a su origen humilde para vencer las dificultades que se le presentan y reconstruir su vida. En su primera y fascinante novela, Laura Portas, natural de Cambados, recrea los escenarios que la vieron crecer para explorar una época sobre la que se ha documentado a la perfección. Todo lector que entre en esta novela emprenderá un apasionante viaje por las Rías Baixas de hace cien años, una tierra marinera de albariño, pazos, leyenda, pasiones y belleza sin igual. Firmado: El baile de las mareas Si abres mis hojas, abriré tus ojos

MESA CAMILLA

Dios los cría y el diablo los junta Hasta sus votantes saben ya el peligro que Tramp supone para el mundo entero. Sobra pues entrar en detalles. Ya se encarga él de presumir de su odio a las democracias, a los derechos humanos y a la paz. La catadura moral de Netanyahu también es del dominio público. El viernes, en Gaza, la cifra alcanzaba los setenta y siete mil asesinatos, y mientras una fila de mujeres y niños esperaba una ración de alimentos en la puerta de una clínica manejada por una ONG un bombardeo le arrancó la vida a diez niños palestinos y cinco mujeres. Y las cifras de muertos, heridos y torturados crecen, y crecen los daños de toda índole, y crece la indiferencia de las grandes potencias, y crece el número de indiferentes, y crece el incondicional apoyo de Trump a un criminal de guerra que en un gesto de gratitud ha solicitado para él el Premio Nobel de la Paz. Me he quedado sin palabras para seguir escribiendo. 14-VII-2025 Última publicación de julio www.salamancartvaldia.com María Jesús

CAJÓN DE SASTRE

Puede que el nombre de Luis Manuel Ferri a muchos no les diga nada. Pero seguro que sí el de Nino Bravo. El 16 de abril de 1973 el cantante valenciano perdía la vida en un accidente en la carretera, justo cuando estaba en el punto álgido de su carrera. Tenía solo 28 años. Y además era un hombre feliz: llevaba dos años casado con Mari, el amor de su vida, a la que había pedido matrimonio escribiendo si quería casarse con él en la portada del disco del tema "Te quiero, te quiero". Ella respondió con un "sí" en la otra cara del vinilo. Cuando Nino murió, tenía una hija, Amparo, de un año, y su esposa estaba embarazada de dos meses de la que luego sería Eva, que nació póstuma. En SEMANA hablamos con esta última de ausencia y presencia, las dos caras de un padre que se manifiesta en sus mismos ojos rasgados. "Mi madre dice que soy la que más me parezco a él, físicamente y de carácter. Mi padre parecía serio, pero luego tenía mucho humor", nos dice Eva Ferri en la cita que mantenemos en una impresionante terraza en plena Gran Vía de Madrid. Aquel fatídico 16 de abril de 1973 Nino Bravo se dirigía desde Valencia a Madrid con unos compañeros, cuando su coche derrapó y volcó en la carretera, en el kilómetro 95 de la Nacional III, a la altura de Villarrubio (Cuenca). Aunque lo trasladaron todavía con vida al hospital más cercano, el desenlace fue fatal. Nino Bravo tendría ahora 80 años, y es un motivo perfecto para organizar otro homenaje en su memoria. De hecho, ya se está preparando un concierto que hará historia. Será el próximo 6 de septiembre, en el Roig Arena de Valencia (recinto que se inaugurará justamente en esta ocasión), y contará con la participación de una veintena de artistas de primer nivel como David Bisbal, Marta Sánchez, Miguel Poveda, Antonio Carmona y Víctor Manuel. En sus voces volverán a sonar auténticos himnos como "Un beso y una flor", "Libre", "Noelia", "Cartas amarillas"… Si no los has cantado alguna vez probablemente es que eres de otro planeta. No es un homenaje más. Será irrepetible. El escenario es envolvente y gracias a la Inteligencia Artificial se va a conseguir que Nino Bravo esté muy presente, nos avanza Eva, muy ilusionada ante esta nueva aventura. Sus hijas están detrás e incluso Eva Ferri se animará a cantar ese día en el escenario: "Ya en 1997 me lancé a la piscina y, gracias a la tecnología, canté con mi padre en un disco de duetos. Fue una experiencia inolvidable y pude estar con él. Algo de artisteo tengo en la sangre... (risas). Sé que si hubiese estado mi padre, yo hubiese sido artista seguro", nos comenta. Eva Ferri: "Soy una superviviente. Mi madre dice que le salvé la vida" Eva, naciste a los 7 meses de morir tu padre... Es complicado. Yo no tengo imágenes con mi padre, como sí tiene mi hermana… Pero así es la vida. Mi hermana nació en lo más grande y yo nací en un momento de desolación familiar. Yo tengo mis cosas en la cabeza, pero por eso creo que a mí me tocó cantar con él... Es el homenaje más grande que le puedo hacer. Eres un bebé milagro... Soy una superviviente. Sobreviví, que no es poco, porque las circunstancias no eran buenas. Mi madre tenía 22 años cuando se quedó viuda y dice que le salvé la vida. Es injusto, sí, pero no nos podemos martirizar. ¿Cómo ha sido criaros sin vuestro padre? Hemos crecido con ello de manera natural. Todos los días en mi casa se ha escuchado a Nino Bravo y lo hemos sentido como nuestro padre, no por la magnitud de ser Nino Bravo. ¿Os hablaban de él? Mi madre siempre ha tenido presente a nuestro padre en casa, en fotos, con posters en la habitación… como cualquier otra persona que fallece de la familia. Claro que él era cantante y encima lo hemos podido ver y escuchar. Mi hermana y yo pensamos que al final nuestro padre es lo que más nos ha marcado la vida desde que hemos nacido. Si hubiese estado, hubiese sido de una manera, pero sin estar ha sido de otra. ¿Tuvisteis dificultades para salir adelante en vuestra infancia? No, como cualquier familia normal, con momentos mejores y peores. Mi madre tuvo que ponerse a trabajar, porque el dinero lo invirtió en pagar algunas cosas… pero luego pudo dejar de trabajar. Hemos crecido en un ambiente que nos han cuidado mi madre y mi abuela materna, mis tíos... Mi abuela paterna murió joven también. Pero el núcleo familiar nos ha protegido y arropado en todo. Nosotras llevamos una vida bastante discreta, aunque en Valencia nos conoce todo el mundo y es alucinante lo que quieren a mi padre. ¿Qué os ha contado tu madre de cómo era Nino? Que era muy familiar. Siempre estaba rodeado de familia y amigos. De hecho, viajaba siempre que podía después de un concierto a ver a mi madre, a mi hermana, a su madre… Y además tenía un refugio muy especial, ¿no? Sí, se iba a descansar al chalet que en ese momento se estaban construyendo en Aielo, su pueblo, en el que luego hemos vivido nosotras hasta bien mayores. No lo vio terminado, pero se había hecho una casita para descansar y allí celebraba sus reuniones. Le quedaba tanto por hacer... Sí, él era muy emprendedor y tenía su cabeza a mil por hora. Tenía previsto montar una discoteca en Valencia que se iba a llamar Julio Verne, con dos ambientes distintos. Luego tenía su productora, Brani, para lanzar sobre todo a artistas nuevos. Era un cohete. Tenía en su cabeza un montón de cosas. También se iba a ir de gira a América poco antes de fallecer. La tuvo que posponer precisamente por el embarazo de mi madre. No le dio tiempo. Tu madre vive retirada en Valencia y ha preferido cederos el protagonismo a vosotras. ¿Cómo está? Ella no ha querido participar nunca. Aunque es su fan número 1, para ella es su marido. Mi madre lo oye, lo cuelga en Facebook, tiene muchos seguidores… Dice que se fía de nosotras y que lo hacemos muy bien. Le da mucha tranquilidad porque sabe que Amparo y yo no vamos a hacer ninguna barbaridad ni nos vamos a meter en rollos raros. ¿Esa es vuestra misión? Sí, nosotras siempre estamos detrás para que todo esté bien hecho y llevando el legado lo mejor posible. En eso nos ha educado nuestra madre. Como es nuestro padre y lo queremos, lo cuidamos y respetamos así. Vamos a todo lo que tiene que ver con Nino Bravo, porque tenemos la sensación de no dejarlo ‘solo’. ¿Hay sucesores artísticos en la familia? ¿En sus tres nietos? Yo tengo dos hijos y mi hermana uno. De momento no veo madera... Mi hijo Luis Manuel, que se llama así como su abuelo, tiene 11 años y va a clases de guitarra, pero no le veo. Canta rap y esas cosas. Le digo: "Si tu abuelo levantara la cabeza". El otro día tenían que ir vestidos de sus abuelos en la función escolar y este se puso unas gafas oscuras, camisa negra, un collar de cuerno… Y se plantó así. Al final todos cantaron "Un beso y una flor". Y es que Nino Bravo sigue vigente y no pasa de moda... Sí, cantan sus canciones en todas partes. En Valencia durante las Fallas la plaza del Ayuntamiento entera canta "Un beso y una flor". Este año, con la DANA, ha sido "Mi tierra" la que ha llegado a lo más profundo del sentimiento. Se hizo un concierto el pasado 22 de marzo y se hizo una versión de la canción a beneficio de los afectados por la DANA. De estar vivo, ¿cómo imaginarías ahora a tu padre? En activo, si no en el escenario, produciendo o llevándome a mí, vete a saber… Lo veo como a Raphael. Es gente irrepetible. Eso sí que es orgullo de hija... Yo ahora mismo soy feliz y estoy disfrutando del momento. Al final la voz de Nino Bravo es de todos.

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

escritura adecuada del prefijo ex El prefijo ex- se escribe, por lo general, unido a la palabra siguiente (exministra, exactor, exreportera). Uso inadecuado Confirmó su romance con el ex esposo de una famosa. Denunció a su ex abogado por una estafa millonaria. La ex financiera que ahora escribe libros para niños inspirados en la economía. Uso adecuado Confirmó su romance con el exesposo de una famosa. Denunció a su exabogado por una estafa millonaria. La exfinanciera que ahora escribe libros para niños inspirados en la economía. De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, salvo algunas excepciones, los prefijos, como ex-, se unen a la palabra a la que acompañan, sin espacio ni guion intermedios: exmarido, exvicepresidenta. Igualmente, se recuerda que, si se agrega a una voz que empieza por r, esta no se duplica: exrector, no exrrector. En cambio, se escribe guion cuando la siguiente palabra empieza por mayúscula (como una sigla, por ejemplo): ex-ATS. Excepcionalmente, también es admisible añadir el guion cuando sea preciso para la correcta comprensión del derivado: ex-preso (para referirse a alguien que ya no es presidiario) frente a expreso (tren de viajeros o tipo de café). Sí se escribe separado cuando el prefijo afecta a una expresión de varias palabras que tienen un significado unitario, como ocurre en ex primera ministra o ex número uno. Además, tal como señala el Diccionario panhispánico de dudas, no se recomienda usar ex- antepuesto a un sustantivo que se refiera a cosa ni a un adjetivo (república exsoviética, exhuracán). En esos casos, lo apropiado es añadir antiguo, anterior o expresiones como antes, otrora, en otro tiempo o anteriormente: la antigua república soviética, el otrora huracán… Por último, se recuerda que ex puede también funcionar como sustantivo con el sentido de ‘persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra’: «Mi ex me llamó por la mañana». Con ese sentido, no lleva tilde, cursiva ni comillas y es invariable en plural: «Es amigo de todos sus ex». Recomendación de la Fundéu

LA BUTACA

¿De dónde surgió el término «síndrome de Estocolmo»? EL síndrome de Estocolmo es la reacción por la que una víctima de un secuestro, o retenida en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y empatía con quien la ha secuestrado. Como es obvio, dicho síndrome debe su nombre a la capital de Suecia y surgió en un atraco que se perpetró el 23 de agosto de 1973 en el banco Kreditbanken, situado en dicha ciudad y que mantuvo en vilo a la población durante seis largos días. Fue el primer evento criminal retransmitido en vivo por la televisión en Suecia. Los acontecimientos se fueron desarrollando de la siguiente manera. Jan Erik Olsson entró en la entidad bancaria con el ánimo de efectuar un robo, pero enseguida se complicaron las cosas en el interior del banco y se atrincheró en él, reteniendo a varias personas que en ese momento se encontraban allí. La policía actuó con rapidez y contundencia, lo que provocó un tiroteo en el que resultó herido un agente. Olsson tomó cuatro rehenes y exigió que se llamase a su amigo Clark Olofsson y lo dejasen ir hasta allí. Olofsson era un delincuente reincidente y, tras mucho deliberar, el gobierno aceptó la petición, esperando que este hiciera de intermediario. Las otras peticiones del atracador fueron un rescate de tres millones de coronas suecas, dos pistolas, chalecos antibalas, cascos y un coche. Durante los seis días que duró el cautiverio, varios fueron los contactos que se realizaron desde la presidencia del gobierno con el captor. El propio Olof Palme, primer ministro del país, recibió dos llamadas. La primera por parte de Olsson y su compañero en la que se le advertía de que matarían a los rehenes en caso de no ser satisfechas sus peticiones. La otra llamada sorprendió a todo el mundo. La interlocutora se llamaba Kristin Ehnmark y era una de las personas retenidas en el interior del banco. Kristin comentó a Palme su descontento de cómo estaba gestionando la policía el asunto y criticó la contundente forma de repeler el atraco. Pidió que dejasen salir de allí a los atracadores y que estos pudiesen llevarse consigo a los rehenes. El 28 de agosto la policía entró en el banco tras lanzar gas al interior y detuvo a Olsson y Olofsson, dejando en libertad a los cuatro rehenes. Kristin Ehnmark se negó a colaborar con la justicia y a declarar en el juicio contra sus captores. Un periodista aseguró haber visto besarse a la mujer con uno de los atracadores. El criminólogo Nils Bejerot acuñó el término síndrome de Estocolmo para referirse a esta conducta y, desde entonces, se utiliza para cualquier situación en la que los rehenes se sienten identificados con sus captores. Desde su espacio en 30 días Garipil envió este artículo a La Butaca.

CARTA A...

11-VII-2025 Juana Martín Manzano Estimada diseñadora: Entre tantas noticias negativas hoy podemos leer en la prensa una noticia positiva: JUANA MARTÍN PREMIO NACIONAL MODA 2025. Así, con mayúscula, y no es para menos. ¡Ole, ole! ¡Muy bien! Todos nos alegramos porque usted es una diseñadora muy especial. El pasado 8 de julio, el mismo día que usted presentaba su colección de moda Fervor en la alta costura de París, desde Madrid le llegó la noticia, mientras ajustaba sus diseños más devotos a sus modelos. El premio reconoce su lucha dentro de su taller de diseño y desde la cima de la pasarelas. Todo un homenaje a las mujeres gitanas, cordobesas, andaluzas y españolas con fuertes raíces cristianas, y un arte propio de su raza. Este premio al diseño, concedido por el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros. Pero el dinero es lo de menos. lo importante es que supone un paso más en la integración de las mujeres gitanas y la aceptación de la sociedad a todo el colectivo. Cuenta con otros premios aunque este es el más importante sin duda. En 2024, por citar alguno, fue distinguida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura. Es, además, la primera diseñadora española que ha desfilado en la Semana de la Alta Costura de París, a la que acude desde 2020. Gracias por su contribución a quitar etiquetas. El jurado, compuesto por importantes personas del mundo de la moda, otorgó el premio por unanimidad. Felicidades y que sigan los éxitos. María Jesús

COSAS DE GARIPIL

¡Hola!: Desconecta el televisor, deja el móvil donde ni lo veas ni lo oigas, siéntate en tu sillón favorito, cierra los ojos y permíteme que te lea el segundo relato de Letanías en lo que el sueño te manda a la cama para recuperar las fuerzas perdidas durante el día. La Robona Tras la última clienta salió Ángel de la carnicería con un cartel en la mano. Era un simple pliego de papel reci¬clado donde aprovechando las pausas entre clienta y clien¬ta había rotulado un haz de letras grandes y negras. —¡Sal, Chaga, sal a ver si te gusta!, —le gritó a su es¬posa desde la acera, mientras cerraba la escalera que había utilizado. Chaga, en zapatillas y con las manos enguantadas, salió a la calle. "Se necesita empleada de hogar. Sueldo y horario a convenir. Trato familiar", leyó atropelladamente en el cartel que ya pendía de la marquesina que protegía la fachada del establecimiento. —Muy bien, te ha quedado muy bien, —comentó entrando de nuevo en el local—, sobre todo eso de “trato familiar". Pero Ángel no la oyó, se afanaba en afilar cuchillos, en limpiar machetes, en hacer arqueo... y convencida de las prisas de su marido, se entregó a meter el sobrante en la cámara frigorífica. Lo que eran las cosas… pensó para sí mientras trajinaba, ella que había servido desde que salió de la escuela con doce años hasta que se casó con veintiséis, ahora, cuando mediaba los cincuenta, buscaba sirvienta. Claro que todo era distinto, muy distinto. Entre las criadas de antaño y las empleadas de hogar de hogaño había un abismo; además, ella no aspiraba a una de aquellas muchachas que por un sueldo miserable tenían que rodar por donde se le antojaba a la impertinente señora de turno. Ni mucho menos. Ella sólo quería una persona que le ayudara, que le echara una mano, pues, tres hijos varones, el padre y un negocio tan esclavo, daban tantos quehaceres que la casa andaba siempre manga por hombro. De acuerdo que hasta entonces había tirado adelante, pero ya se habían desempeñado, estaba cansada y tampoco era plan que alguno de los hijos dejara de estudiar para ayudar al padre. ¡No, eso sí que no! Pero… ¿cuánto le pagarían? Al oír los pasos de su marido que se acercaba apagando luces, cerró la cámara y se lo preguntó en voz alta: —Digo, Ángel, que si va alguna chica, si me gusta, ¿cuánto le ofrezco de sueldo? —¡Déjame ahora de chicas! —respondió él sin pararse, agitando impaciente las llaves— ¡Ponte los zapatos y vamos, que juega el Barça! Pasó la noche como siempre: muy deprisa. Chaga ultimaba la comida para salir zumbando a la carnicería cuando sonó el timbre de la puerta. Antes de abrir ojeó por la mirilla. ¡Qué extraño!, pensó. Era doña Jacoba. ¡Sí, sí!, doña Jacoba, la misma que viste y calza. ¿Qué querría de ella..? La había visto solamente una vez, hacía años, muchos años, pero ni su cara se le había despistado de la memoria ni sus mañas del alma. El recuerdo de aquel encuentro serpenteó por sus pensamientos para volverlo a vivir en un instante. Moría el mes de noviembre. Era una tarde muy fría, tan fría que las lágrimas se le helaban en los párpados. A ratos andando, a ratos corriendo, logró llegar a la villa. Tenía que encontrar una casa para servir, su madre no podía enterarse del despido. Necesitaba tanto aquel jornal que a buen seguro la mataba viva. Al subir la cuesta del Anís vio un cartel que mecido por el aire se columpiaba en el balcón de madera de uno de los pisos de la segunda planta de un regio edificio. "Se busca criada fija", leyó en él. Y con las manos sobre las rodillas para ayudar a sus piernas consiguió subir la angosta escalera de caracol. Al oír el timbre y después de escudriñar por la mirilla, doña Jacoba le abrió la puerta. —¡Pasa, maja, pasa!, —exclamó acariciándose los pendientes, como para que se percatara de que eran de oro, y después de mirarla de arriba abajo le ofreció un diván en tonos verdes. Al sentarse sintió que la sangre lamiéndole los pies por dentro le repetía con fuerza: "¡Gracias!, ¡gracias!, ¡gracias!...”, y sintió sueño, mucho sueño, pero el hambre y la incertidumbre le impidieron cerrar los ojos. Doña Jacoba amortiguó el rumor de unas voces juveniles entornando la puerta que comunicaba el vestíbulo con el resto de la casa, y sin tomar asiento, con las manos abiertas sobre el vientre para que viera mejor sus anillos, inició el interrogatorio: —Vienes por lo del anuncio, ¿verdad? Por la pinta... —Sí, señora, sí. Soy criada. —¿Cómo te llamas? —Santiaga, Santiaga Pérez, pero me llaman Chaga. —¿Cuántos años tienes? —Dieciséis. —¿Tienes novio? —No... ¡No, señora! —¿De dónde eres? —De Ayala. —¿Has servido alguna vez, o es la primera? Una ráfaga de duda la hizo titubear. Si decía que no, la rechazaría por falta de experiencia; si decía que sí, quedaría eliminada por malos informes. De repente, a través de la claraboya del recuerdo, oyó la voz de su madre: "La verdad ablanda los corazones; la mentira los endurece". Y ella estaba ya condenada a necesitar amas de corazón de nata. —Cuatro años, señora, he servido cuatro años. —¿Dónde? —En la dehesa de Trápala. Los amos me querían mucho. El trabajo no me escuece, guiso igual "pa" ocho que "pa" ochenta, y sólo salgo a misa los domingos y un día al mes "pa" llevarle el sueldo a mi madre. Le juro que... Y unas lágrimas implorando misericordia empezaron a brillar en sus ojos. —No jures, mujer, no jures. Ahora mismo pido informes y te quedas. ¡Anda, ven! Pasa a la salita, a ver qué opinan los chicos. Son tan delicados... —Sí... señora, sí… —asintió temblando como una mimbre sacudida por el cierzo, y cual oveja perdida, la siguió. —Es la nueva criada —anunció a los chicos doña Jacoba sin dejar de retocarse el moño— ¿Qué os parece? —¿Sabes jugar al parchís?, —le preguntó de sopetón el mayor de los tres. —¡Sí, sí, claro que sí! —respondió ella perpleja— En el pueblo siempre juego con mis hermanos. —¡Pues a jugar que ya somos cuatro! —exclamaron los tres al unísono. Y mientras doña Jacoba dando un portazo se dirigía al teléfono que estaba colgado en la pared del pasillo, ella, entreabriendo la puerta con disimulo, se sentó ante la mesa camilla. —¿Qué color eliges?, —le preguntó el mediano. —El verde, prefiero el verde. —¿Por qué? —Porque es el color de la esperanza y yo es lo único que tengo. —Pues para mí el azul, que como es palabra aguda, me ayudará a ser agudo. Ella sonrió con desgana. —Para mí el amarillo, que como rima con listillo, os ganaré sin esfuercillo, —añadió el menor con ánimo de ha¬cerse el gracioso. —Pues para mí el rojo, que si no me permite ganaros, me permitirá volveros locos, —remató el mayor con evidente deseo de ser más ingenioso. ¡Buf, qué críos más repipis!, pensó ella, pero ensayando su mejor sonrisa, se sometió a lanzar el dado sobre el tablero, para ver a quién le tocaba salir en primer lugar, y como presagio de mala suerte, le tocó tirar la última. —¡Cinco!, —gritó el mayor, y sacó una ficha roja. —¡Cinco!, —gritó el mediano, y sacó una ficha azul. —¡Cinco!, —gritó el menor, y sacó una ficha amarilla. —Tres, —musitó ella, y pasó turno. —¡Cuatro!, —gritó de nuevo el mayor, y ante la expectante mirada de sus hermanos avanzó la ficha casilla a casilla sin que ella lograra enterarse de nada. "¡Sí, sí, eso me ha parecido!", exclamaba bajito doña Jacoba, y se distrajo adivinando las palabras de la señora de Trápala, su ama hasta entonces: "Es limpia como un jaspe, trabajadora como una mula, mansa como una malva; pero... todas tienen un pero, no es de fiar". —¡Vamos, te toca!, —le gritó el menor propinándole un golpe en el hombro. Abrió los ojos sobresaltada. Tanto la ficha azul como la amarilla tenían ya compañera. Tiró el dado a voleo, sin in¬terés por ganar. ¿Qué más le daba?... Su vida dependía del jornal, no del juego. El dado rodó a su aire por el tablero. —¡Dos!, —gritaron los chicos al detenerse— y sigues pasando turno. Seguía pasando turno, como seguía pasando por su cabeza el pero que le ponía su exama. "Me ha robado media piña de plátanos. ¡Así, como se lo cuento! Media piña de plátanos. ¡Ya ve usted! Con el precio que tiene esta fruta... Por eso la he despedido". El mayor sacó otra ficha roja, el mediano avanzó una casilla con la primera de las azules, el menor, arrastrando una de las amarillas con la yema del índice derecho, contó: "Una, dos, tres..." Ella agitó el cubilete y sin mirar lanzó el dado sobre el tablero. Los chicos gritaron: —¡Seis! "¡Bien, señora, bien!" aseguraba doña Jacoba. "Lo en¬tiendo, lo entiendo, Esa fruta es para los amos, no para las criadas". Y con los nervios de punta volvió a tirar. —¡Seis!, —gritaron los tres hermanos. "¡Mil gracias, señora, mil gracias por la información!", recitaba doña Jacoba empalagosamente, alzando la voz con alarmante coquetería. Y ella, a punto de explotar en un ataque de llanto, tiró de nuevo el dado. —¡A casa!, —gritaron los tres alborozados, y se puso en pie de un respingo. A casa… a casa… tendría que irse a casa, y pasar la noche a la intemperie. Se lo decía el gesto de doña Jacoba que apareció como un fantasma en el dintel de la puerta. —¡Un momento, mami, un momento! —profirió el mayor— Espera a que acabemos la partida y luego le das las instrucciones. —No tengo que darle instrucciones, —apostilló muy al¬tiva doña Jacoba— Esta criada no puede servir en una casa tan seria, tan de bien como la nuestra. ¿Por qué?, quiso preguntar ella, pero se tragó la pregunta. No podía dar pie para oír en presencia de unos niños la insolencia de "tiene las uñas largas". —Lo siento… lo siento... —mascullaba entre sonrisas doña Jacoba, conduciéndola pasillo adelante, sin quitarle los ojos de las manos, como temerosa de que en un descuido arramblara con alguno de los cuadros de cacería que vestían las paredes, con alguno de los candelabros de bronce que se erguían en la consola del vestíbulo, con la al¬fombra de piel de vaca que protegía el suelo de madera... Ya ante la puerta de salida hizo ademán de volverse hacia ella y decirle: No recele de mí, señora, no recele que yo soy tan pobre como honrada. Es cierto que le cogí a mi ama media piña de plátanos de la despensa, pero yo no sabía que aquello era robar. Los vi tan grandes y tan amarillos todavía que pensé en mis hermanos. Ellos conocían las peras, las manzanas, las ciruelas… las frutas que dan los árboles de por aquí, pero ésta no la habían visto ni en dibujos. Y como iba al pueblo, me dije: "Pa” que se los coman los cerdos, (el ama se los echaba en cuanto les veía dos motas marrones en la piel), que los conozcan ellos". Iba tan contenta de poder darles esa sorpresa que créame que si alguien me hubiera salido al camino, antes le habría dado el alma que el capacho donde los llevaba. En cuanto llegué me rodearon como los polluelos a la gallina. "Os traigo algo rico, (les decía yo con misterio, dando largas “pa” hacérselo desear), muy rico". Cuando quité el paño que los tapaba los ojos se les salían de las cuencas. Yo tampoco los había comido nunca y bien que me apetecían, pero le juro por mi difunto padre, que "pa" que ellos tocaran a uno cada uno, me quedé con las ganas y ni siquiera los probé. Y ya ve si estaba tranquila que aunque ellos lo tronicaron por todo el pueblo, ni les reñí, ni les mandé callar. Sólo supe que había hecho mal cuando regresé y el ama me regañó, pero de veras que estoy arrepentida, muy arrepentida, tan arrepentida que le pedí perdón de rodillas y me confesé antes de venir. El cura me dio la absolución y me impuso de penitencia un Padrenuestro y tres Avemarías. Dijo que era un pecado de poca monta porque yo creía que los ricos no tenían que mirar la peseta tanto como los pobres. Y si él lo dijo... ¡Perdóneme, señora, perdóneme!, que ni lo mío volveré a tocar sin permiso de los demás. ¿Es usted capaz de per¬mitir que desde mañana mis hermanos coman sin pan? Pero se mordió los labios. Las amas nunca se pisaban entre sí, nunca se quitaban la razón unas a otras, y criada era por entonces sinónimo de mentirosa, de robona... —¡Niños, —exclamó doña Jacoba invitándola a esperar con un gesto— traedle ese abrigo que está en el saco de la basura! Los tres llegaron corriendo, arrastrando el abrigo, era de color guinda madura, muy madura, demasiado madura. —¡Ten, póntelo! —le espetó doña Jacoba con aires de santurrona— Se lo dejó aquí la última criada y se me ocurre que algo de frío puede quitarte esta noche. Estuvo a punto de rechazarlo, pero en la calle hacía frío, mucho frío, tanto que se le heló el orgullo y lo aceptó. —Gracias, señora, gra... Descendió sin prisa la escalera. Los peldaños de madera crujían bajo sus pies como si lloraran con ella. Ya en la calle se alzó el cuello del abrigo y cruzó los brazos para meter las manos en los puños, relucían de tanto uso, los ojales buscaban en balde los botones, las solapas olían a puesto, a viejo... Y al bajar la cuesta del Anís volvió los ojos hacia el balcón y sorprendió a la madre revelándole a los hijos como a hurtadillas: "Robona, robona... es una robona". La tijera del segundo timbrazo cortó de repente el amargo recuerdo de Chaga, y su resentimiento, sin pararse a reflexionar, descorrió el cerrojo ávido de venganza. —¡Pase, señora, pase!, —y le ofreció para sentarse el adamascado sofá del salón. —Gracias, hija, gracias, —musitó la recién llegada con evidente alegría por pillar un asiento. Y más con el ánimo de ofender que con la seguridad de aceptar, se sentó frente a ella e inició el interrogatorio: —Viene usted por lo del anuncio, ¿verdad? —Sí, hija, sí. Lo he visto al salir de misa y... —¿De dónde es usted? —De Segovia, hija, soy de un importante pueblo de Segovia, pero desde que me casé vivo aquí, en la villa. —¿Cómo se llama? —Jacoba, hija, Jacoba Fernández de Sopetrán. —¿Cuántos años tiene? —Ochenta, hija, ochenta muy cumplidos. —Y es usted casada, ¿verdad? —No, hija, ya no. Soy viuda desde hace quince años. —Pero no llore, mujer, no llore que el tiempo encoge las penas y estira la conformidad, y la víspera del entierro de su marido no fue ayer precisamente; además, seguro que le dejó algún apoyo, algún hijo. —Hijos no, cruces, me dejó tres cruces. ¿Qué te parece, hija, qué te parece? —Que exagera usted. Los hijos nunca son cruces. Pero vamos al grano. ¿Ha servido alguna vez? —¡Jamás, nunca jamás! —exclamó con bríos, sin rastro de lágrimas ya en los ojos— Pero me sobra experiencia: fui ama hasta que murió mi marido, el conocido señor Sopetrán. —¿Y qué se llevó al otro mundo su marido, el dinero o las criadas? —Ambas cosas, hija, ambas cosas, pues tras el "din" se va siempre el "don". Y por eso a estas alturas tengo que trabajar para poder vivir. —¡Pues un momento, señora, un momento! Voy a pedir informes suyos a una sobrina del señor Sopetrán, una de mis mejores clientas, que por experiencia... ya sabe usted, las amas deben saber de qué pata cojean las criadas que meten en casa. Doña Jacoba se sujetó la cabeza con las manos como para descabezar un sueño urgente y Chaga descolgó el teléfono de mármol que yacía sobre una mesita de cristal. —¡Hola, Pepita! ¿Podrías darme referencias de tu tía Jacoba Fernández de Sopetrán? Ha venido por lo del anuncio. ¿Recuerdas? Y ya sabes... Pepita hizo una pausa. En el fondo le molestaba airear los trapos sucios de los suyos, pero en aquella ocasión se trataba de una tía postiza con la que no tenía relación y optó por ser más clara que el agua. —Ella no tenía donde caerse muerta, —explicó sin pizca de pudor— la rica era su suegra, mi abuela. Tenía un bloque de pisos en la cuesta del Anís. En cuanto llegó a nuera, la muy lagarta, conquistó a su marido, mi tío, para que le comprara todo el edificio a su madre. "¿De dónde vas a sacar el dinero?", le preguntaron los hermanos, entre ellos mi padre. "Del arca de mi suegro", les respondió él por consejo de ella. Pero la abuela firmó la escritura y la factura pasó a la cartera del maestro Armero. Cuando la mujer se enfadaba y amenazaba con denunciarlos, la muy pájara de ella la escondía y le juraba meterla en el manicomio, por loca, y la pobre callaba. Las criadas decían que la mató a disgustos. Por eso no le paraban en casa. Al morir, ni mi padre ni mis tíos heredaron nada: en las cuentas de la vieja no había ni un real, y la escritura de compra-venta era legal. A todos les olió mal el asunto, y desde entonces ni nos miramos a los ojos ni nos cruzamos la palabra, como si no nos conociéramos, como si no fuéramos nada. Ya en el lecho de muerte su marido la llamó y le pidió papel y pluma, y ella, creyendo que era para testar en su favor, le llevó hasta sobre. Pero le salió el tiro por la culata, mi tío contó la verdad de la historia, toda la verdad, y cuando fue al notario casi le da un síncope. El hombre abrió el sobre y leyó la carta sin miramientos, tal cual, y sin pelos en la lengua, sin andarse por las ramas, le anunció lo que pasó: que los jueces la pusieron de patitas en la calle, con lo puesto, como quien dice, y el edificio pasó a sus herederos legítimos. Sus hijos son unos balas perdidas, tan perdidas como la del tiro aquel que la traicionó. Y desde entonces, si quiere vivir, tiene que trabajar, que ser¬vir. Al principio creo que se restaba cinco o seis años para no darles pena a las posibles amas; ahora creo que se los suma para darles lástima. ¿Quieres saber algo más? —No, no... no… con estos detalles me arreglo. Doña Jacoba se puso en pie en cuanto Chaga colgó el auricular. —Lo siento, señora, lo siento, —dijo ésta con un tono de voz que rezumaba una extraña mezcla de ternura y de ironía— En esta casa no permitimos que los viejos nos sirvan; somos nosotros quienes les servimos a ellos. Pero... ¡un momento, por favor, espere un momento! Doña Jacoba se detuvo ante la puerta. Habría ido a ponerse los zapatos para acompañarla hasta el portal, hasta la calle quizá. Se lo agradecería en el alma. Le daba tanto pánico el ascensor... Pero regresó en zapatillas y con un abrigo en las manos, era de color guinda madura, muy madura, demasiado madura, los puños y el cuello le relu-cían por el uso, olía a tiempo, a impaciencia... —¡Tenga, lléveselo! —le espetó sin más— Hoy hace bueno, muy bueno, pero el hombre del tiempo dice que mañana volverán los hielos. Y para tirarlo a la basura... Doña Jacoba estuvo a punto de rechazarlo, un abrigo de dos criadas no era digno de quien había sido ama, pero necesitaba con urgencia algo que le sirviera de manta por la noche, y olvidando su rango, lo aceptó. —Gracias, hija, gra... Con el abrigo doblado sobre el brazo derecho bajó la escalera de mármol despacio, apoyando los dos pies en cada peldaño, limpiando con la mano izquierda la barandilla, doblada cual alcayata por el haz de los años que llevaba a la espalda. Por fin alcanzó la calle fatigada, trémula. Y al descender por la acera opuesta volvió los ojos hacia el balcón del piso donde había estado y sorprendió a la robona soplándole a las hortensias desnudas: "Robona, robona... es una robona". Y decidió solicitar la ayuda so¬cial de los servicios municipales. María Jesús Sánchez Oliva Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros publicado me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable. “Garipil (1995)”. Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores. “Letanías (1999)”. Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios. “El rosario de los cuentos (2003)”. Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996. “Cartas de la Radio (2007)”. Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas semanalmente en Onda Cero por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria. “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas) (2014)”. Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos. “Los días perdidos (2018)”. Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. “Primer Premio Tiflos 2013”. Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico: Garipil1995@gmail.com Estaré encantado de responderte. Gracias por tu visita y hasta el próximo número. Firmado: Garipil.

lunes, 30 de junio de 2025

PORTADA

Queridos lectores: Acaba de salir el número 129 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo. AVISO PARA QUIENES YA SON COLABORADORES Y PARA QUIENES QUIERAN SERLO Creo conveniente dejar de publicar a partir de esta fecha (30-I-2025) noticias sujetas a la “Ley del Loro”, es decir: que se repiten hasta el aburrimiento en todas las cadenas de radio, televisión y redes sociales, ya que la finalidad era la de publicar noticias recogidas a pie de calle, protagonizadas por personas anónimas, no famosas. En su lugar, aunque tendrán preferencia las ya mencionadas, os invito a participar con anécdotas, reflexiones, curiosidades, experiencias… respetando, en ambos casos, las dos sabidas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y ejemplares. Y segunda: que sean enviadas a mjsanchezoliva@gmail.com poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Espero seguir contando con vosotros y quedáis invitados a agregaros como seguidores. LO MÁS DESTACADO DE MAYO Y JUNIO LA VITRINA: Título: Las mujeres que bordaron su libertad. Autora: Thatiana Pretelt. MESA CAMILLA: Última columna de opinión de junio publicada en rtv al día. CAJÓN DE SASTRE: El pequeño país que una vez existió entre España y Portugal. EL ÁLBUM DE LA Lengua: Acentuación: casos especiales. LA BUTACA: ¿Cuál es el origen de la cuenta atrás? CARTA a… Rafa Nadal, Teresa Perales y Luz Casal. COSAS DE GARIPIL: Primer relato de Letanías. Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón. Volveremos a encontrarnos en el próximo número. María Jesús Sánchez Oliva. Seguidores de Honor: Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012. Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012. María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013. Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015. Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

LA VITRINA

Queridos lectores: En este número soy yo el elegido para invitaros a leerme. Por si decidís aceptar mi invitación, me presento y os adelanto mi contenido. Mi título: Las mujeres que bordaron su libertad Mi autora: Thatiana Pretelt Esto puedo deciros para animaros a leerme: "Las mujeres que bordaron su libertad" es una novela histórica ambientada en la Nueva Panamá de 1745, que narra la historia de tres mujeres afrodescendientes, Damiana, Manuela y María Yoruba, quienes, a pesar de la esclavitud, encuentran una forma de resistencia a través del bordado de polleras criollas. Estas mujeres planean usar las ganancias de la venta de sus creaciones a contrabandistas para comprar su libertad. Sin embargo, el asesinato de una de ellas, encontrado con símbolos yoruba, desencadena una investigación que revela un contexto de tensiones raciales y religiosas en la ciudad. La novela explora temas de libertad, resistencia, y la lucha contra la opresión, a la vez que destaca la importancia del arte y la cultura afrodescendiente en la formación de la identidad panameña. Si abres mis hojas, abriré tus ojos Firmado: Las mujeres que bordaron su libertad

MESA CAMILLA

Maldita condición humana Dos décadas hace que se aprobó en España la ley que permitió el matrimonio entre personas del mismo sexo . Todavía quedan vergonzosamente 65 países, la mayoría ubicados en Oriente Medio, África y Asia, en los que Mantener relaciones homosexuales es considerado un delito que puede ser castigado con 20 años de prisión, cadena perpetua o con la pena de muerte. Razón por la que muchas personas tienen que huir de sus países como no pocos españoles tuvieron que hacerlo en años pretéritos y algunos pagaron con su vida incluso. Afortunadamente ya es historia, pero en este veinte aniversario, es imposible no hacer memoria. Los primeros en ponerse en contra de la ley que cambió la vida de muchas personas para bien fueron los obispos. ¿Pero qué coño les importaría a ellos con quién querían acostarse y levantarse los demás? Más les hubiera valido que se hubieran preocupado de poner en su sitio a los miembros de la Iglesia que abusaban sexualmente de menores y que hoy, gracias a la ley, no pueden negarlo. Recuerdo una guía de turismo que no pudo acompañarnos en una visita al Vaticano porque era madre soltera y tenía prohibida la entrada. A una ONG de prestigio en una de nuestras ciudades, por seguir recordando, llegó un día a pedir ayuda económica una madre extranjera que no tenía donde caerse muerta. Le dieron con la puerta en las narices. Según el cura que formaba parte de la comisión evaluadora era lo que no habría sido de haber estado casada o viuda: una pecadora, y los pecadores, para salvar su alma, necesitan castigo. ¿Qué tendría que hacer la Iglesia con sus colegas violadores de niños ahora? Por educación y porque entiendo que el único camino para salvar el alma es no maltratar el cuerpo no se lo diré, pero espero que San Pedro, cuando le llegue la hora, le haga lo mismo. Los políticos de los partidos de derechas no se quedaron a la zaga. Estaban en contra del aborto, pero sus hijas podían ir a abortar a Londres, porque hacerlo en Londres era ir a pasar un fin de semana; estaban en contra del divorcio porque podían permitirse el lujo de tener amantes, pero en cuanto se aprobó la ley, corrieron a divorciarse, y los que no lo han hecho todavía es porque con los trajines que se traen para hacer un negocio del cargo no han tenido tiempo de arreglar los papeles seguramente. Con la ley que en estos días cumple 20 años no hicieron excepción. Convertidos en pájaros de mal agüero trataron de envenenar a la sociedad con los males morales que la ley provocaría inmediatamente, pero está claro que no pasó nada de nada, bueno, sí, algo ha pasado y hay que decirlo: desde aquel 3 de julio de 2005, fecha en la que la ley fue publicada en el Boletín Oficial del Estado, nadie, en España, ha vuelto a ser detenido por su orientación sexual, juzgado, condenado y encarcelado, ni siquiera aquel politiquillo de tres al cuarto que tomaba café todas las mañanas en la misma cafetería que lo tomaba yo antes de entrar a trabajar y se jactaba de ser de derechas de cintura para arriba y de izquierdas de cintura para abajo, ni los pocos mequetrefes que sigan pensando como pensaba él. ¡Maldita condición humana! Es decir: inhumana. 30-VI-2025 María Jesús.

CAJÓN DE SASTRE

Un destino por descubrir: el pequeño país que una vez existió entre España y Portugal Andorra, Gibraltar, España y Portugal forman parte de la península ibérica, que se extiende entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. A pesar de que este mapa geopolítico incluye cuatro territorios significativos, hubo un tiempo en que esta región europea contaba con cinco naciones. ¿Sabes cuál era la quinta? Aunque apenas abarcaba 30 kilómetros cuadrados, esta nación existió y se ubicaba entre España y Portugal. Su nombre es Couto Mixto, y no fue un país efímero, sino que mantuvo su estatus durante siete siglos. El origen de Couto Mixto La República de Couto Mixto era una micronación independiente en la región gallega que emergió de uno de los capítulos menos conocidos de la historia europea. Su nacimiento no se debió a una conquista, sino a una anomalía jurídica medieval que le otorgó un sistema administrativo único, junto con derechos y privilegios. Su origen se remonta al siglo XII, cuando el territorio recibió beneficios especiales y autonomía, probablemente por su ubicación estratégica. Este periodo coincidió con la firma del Tratado de Zamora, que, el 5 de octubre de 1143, estableció una frontera entre Alfonso I de Portugal y Alfonso VII de León, marcando el inicio del reino de Portugal y la dinastía alfonsina. Tras la creación de esta frontera, surgió un pequeño espacio fuera de la ley que dio lugar a este "microestado", formado por tres villas: Rubias dos Mixtos, Meaus y Santiago de Rubiás, esta última considerada su capital. Este microestado incluso tenía su propia bandera, escudo, y hasta un lema: Tres unum sunt (Tres son uno). Su bandera era cuadrada con franjas azul y blanca, emulando a la del Reino de Portugal, pero invirtiendo los colores, y con la diferencia de que la portuguesa contenía el escudo del país. Gobierno y vida en Couto Mixto Couto Mixto era gobernado por una república federal con un sistema político que se basaba en tres jueces electos, conocidos como 'home de acordo', seleccionados de las tres villas, además del 'xuiz' o juez, que actuaba como presidente del Gobierno. Este juez era elegido democráticamente cada tres inviernos por los propios vecinos, lo que les permitía manejar los asuntos locales y resolver disputas sin la intervención de autoridades externas. Curiosamente, la iglesia de Santiago funcionaba como Parlamento, donde se guardaba el tesoro de Couto Mixto: un cofre con tres cerraduras, una por cada juez, que contenía los documentos oficiales del país. Imagina vivir en una comunidad donde las decisiones se toman de manera local, sin depender de un gobierno central. Sus habitantes disfrutaban de un notable grado de autogobierno democrático, algo poco común en la Europa medieval, en una época en que España aún no existía como tal y el continente enfrentaba múltiples luchas de poder. Con una superficie de solo 27 kilómetros cuadrados, Couto Mixto no tenía una gran población. Entre las tres villas, la cifra de habitantes apenas alcanzaba mil, lo que, junto a su falta de recursos, contribuyó a su discreción a lo largo de los siglos. Su estructura social era igualitaria y basada en la cooperación mutua, esencial para sobrevivir en una región aislada. Hablaban gallego y celebraban festividades locales que reforzaban su identidad y tradición. Los ciudadanos podían elegir su nacionalidad, optando por ser españoles, portugueses o ciudadanos de la República de Couto Mixto. Además, estaban exentos de servicio militar, impuestos y disfrutaban de libertad en comercio y agricultura, lo que posiblemente facilitó el contrabando, dado que carecían de control fiscal y aduanero. La independencia de esta micronación se extinguió con el Tratado de Lisboa en 1864. El fin de Couto Mixto Couto Mixto llegó a su fin muchos siglos después de su fundación. La independencia de esta micronación se extinguió con el Tratado de Lisboa en 1864, que dividió oficialmente el territorio entre España y Portugal, cerrando un capítulo en su historia. Este tratado se centró en resolver disputas fronterizas y cuestiones de soberanía, afectando a la histórica independencia de Couto Mixto. "Portugal renuncia en favor de España a todos los derechos que pueda tener sobre el terreno del Coto misto y sobre los pueblos situados en el mismo, que en virtud de la división determinada por la línea descrita quedan en territorio español". Desde entonces, sólo queda su recuerdo. En 2008 se erigió una estatua en honor a Delfín Modesto Brandón, el último juez de la pequeña nación, y se conserva una réplica del cofre que contenía el archivo de la república en la iglesia de Santiago de Rubiás, como homenaje a aquella época. A pesar de que Couto Mixto dejó de ser un país hace casi dos siglos, aún se puede visitar. En la región encontrarás rutas de senderismo y podrás explorar los siguientes atractivos: Santiago de Rubiás: Famosa por su iglesia y su encantador entorno rural. Rubiás de los Mixtos: Un pueblo tranquilo con vestigios de su historia singular. Meaus: Otro de los pueblos históricos, con arquitectura tradicional y paisajes naturales. ¿Cómo llegar? La zona es de fácil acceso: desde Ourense, toma la A-52 (Autovía de las Rías Bajas) en dirección a Verín, y en poco más de una hora llegarás. La ruta atraviesa montañas y ofrece vistas espectaculares del paisaje gallego. Feliz viaje.

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

Acentuación: casos especiales En la aplicación de las normas de acentuación, que se basan en la terminación de las palabras, es preciso tener presentes una serie de casos especiales para el empleo correcto de la tilde. Las normas generales se pueden exponer de forma sintética del siguiente modo: se acentúan las voces esdrújulas, las agudas que terminan en vocal o en las consonantes s y n precedidas de vocal, y las llanas o graves que terminan de otro modo, mientras que el resto van sin tilde. Los casos especiales que hay que tener en cuenta son los siguientes: 1. Lleva tilde toda vocal cerrada (i, u) tónica que va unida a una vocal abierta (a, e, o): oído, desafíos, aúnan, que son todas llanas. De no añadirse, los grupos vocálicos se considerarían diptongos y, por tanto, se pronunciarían /⁠óido/, /desáfios/ y /áunan/. De modo informal y no muy riguroso, se suele decir que la tilde deshace el diptongo. Esta regla también se aplica a los grupos que incluyen una hache muda (tahúr), a los de tres vocales o más (construíais) y a voces compuestas y prefijadas (cortaúñas). 2. Llevan tilde las voces llanas o graves acabadas en dos consonantes cualesquiera: cómics, wéstern. Por el contrario, no llevan tilde las agudas que terminan en dos consonantes (salvo que fuera necesario para deshacer un diptongo): anoraks, pronunciado /anoráks/. 3. Se acentúan todas las palabras con valor interrogativo o exclamativo: «¿Cuántos libros hay?», «Preguntó qué hay de comer», «¿Cómo lo hizo?», «¡Quién pudiera ser rico!». 4. Es obligatorio tildar los monosílabos en los que se ha establecido la tilde diacrítica: sé, de saber y ser; dé, de dar; té y tés, como bebida… 5. Los adverbios acabados en -⁠mente se acentúan como si este sufijo no existiera: ágilmente de ágil, torpemente de torpe, increíblemente de increíble. Como se comprueba en los ejemplos anteriores, en lingüística es habitual señalar las pronunciaciones escritas entre barras y con la adición sistemática de la tilde, incluso cuando en la forma escrita no la lleva. Recomendación de la Fundéu.

LA BUTACA

¿Cuál es el origen de la cuenta atrás? «¡TRES... DOS... Uno... Cero!». Normalmente relacionamos esta cuenta con el lanzamiento de un cohete, pero la cuenta atrás no es un invento de la NASA o algún que otro centro de investigación espacial, sino que su origen y popularidad proviene de un largometraje del año 1929 de Fritz Lang, titulado Die Frau im Mond [La Mujer en la Luna]. Preguntado por ese recurso, el propio Lang explicó en una entrevista: «Si empezamos a contar a partir de uno, no sabremos cuándo terminar. Pero si empezamos desde diez hacia atrás, todos sabrán que la cuenta acabará en cero. Eso da un dramatismo inusitado a la escena». Ese conteo descendente sería después aplicado por otros directores en muchísimas películas y, lo que es más interesante, a los lanzamientos reales, con lo que debemos a Lang el suspense que se produce cada vez que se pone en marcha la carrera espacial, enviando naves o satélites al espacio. Desde su espacio “Cosas de Garipil” envió para “30 días” Garipil.

CARTA A...

30 días, 19-VI-2025 Rafa Nadal, Teresa Perales y Luz Casal: Hasta hoy eran ustedes tres españoles que durante muchos años han destacado como tenista, nadadora paralímpica y cantante respectivamente. A partir de hoy son, además, marqueses, Nadal de Llevant de Mallorca, (comarca en la que se encuentra su Manacor natal), Teresa de Perales y Luz Casal de Luz y Paz. Los tres forman parte de los seis españoles que Felipe VI ha decidido premiar con este título nobiliario en el 11 aniversario de su reinado. Enhorabuena. Ojalá puedan disfrutarlo muchos años y sigan siendo lo que han sido hasta ahora: un ejemplo a seguir para todos y un referente para los más jóvenes. María Jesús.

COSAS DE GARIPIL

¡Hola!: Desconecta el televisor, deja el móvil donde ni lo veas ni lo oigas, siéntate en tu sillón favorito, cierra los ojos y permíteme que te lea el primer relato de Letanías en lo que el sueño te manda a la cama para recuperar las fuerzas perdidas durante el día. Entre la ley y la trampa —Viva en paz, señor juez, que en nombre de Dios y del Rey ya cumplió con la ley, pero no pretenda impedirme hilvanar estas líneas que ni su poder, ni su sabiduría, ni sus leyes servirán de soga para amarrar mis pensamientos obstinados en volar al ayer, en posarse en el hoy, en remontar el mañana: en gritarme indignados que ustedes conjugan hábilmente las leyes y las trampas para hundir a los pobres y salvar a los ricos. ¿Acaso sabe SU Señoría quién es este tal Moisés González que ha decidido domiciliar en una cárcel como al más vulgar de los ladrones o al más temible de los ciudadanos? Pues simplemente soy un extraño, un ser anónimo, agreste, de mala cabeza para las trampas, de buen corazón para las leyes, que por vez primera en mi vida tengo la necesidad de dibujar mis sentimientos en unas hojas de papel para que todos me conozcan aunque sólo cuente su veredicto. Todavía usaba pantalón corto cuando mi padre intentó asegurarme un futuro más halagüeño que el suyo. Hoy vuelvo a oír su voz llena de entusiasmo: "Sabes leer y escribir y los números los entiendes al dedillo. Con esa cabeza y con esas manos bien puedes aspirar a un oficio mejor que el mío. ¿No ves que el campo es lo más esclavo y lo menos rentable que existe”? Con dinero prestado me compró una mula y un carro y en él me instaló una tienda ambulante. Con la fuerza que da la ilusión de me¬drar empezaba la jornada el lunes al despuntar el alba y satisfecho por el deber cumplido la concluía el sábado cuando el sol ya había prestado su luz a la luna. Por el día recorría aldeas y pueblos llamando de puerta en puert¬a con un (medias, ligas, velos, lanas, mandiles, moqueros, hebillas, botas, bragueros, hilos, botones, sombreros, agujas de ganchillo, de punto, de coser, de zurcir, de bordar...) para ahorrarme los veinte reales que pedía el alguacil por echarme un bando convocando en la plaza a los vecinos, a los clientes. Aquí, a la Luisa, le vendía y le cobraba una gorra para su padre y otra para su suegro; allí, a la Juana, le trocaba mudas para toda la familia por un cantarillo de aceite; acullá, a la Rosa, le dejaba las sábanas para los ajuares de sus hijas, que me pagaba cada semana como buenamente podía... y a más de una María le fié las mantillas del niño que ni cobré por las buenas ni tuve valor para cobrar por las malas. Por la noche dormía a la intemperie, y si los bostezos del crepúsculo humedecían mi piel, y si el relente de las madrugadas hacía castañetear mis dientes, era la mula quien me prestaba calor, y a ella me abrazaba para sacarme el miedo del cuerpo cuando aullaban los lobos, cuando silbaban los cierzos, cuando se peleaban los relámpagos y los truenos: cuando todos los habitantes del campo alzaban sus respectivas voces para impregnar el aire de misterio, y sólo cuando a alguna gripe le daba por visitarme con sus fiebres, era capaz de darle al cuerpo el lujo de una posada. Claro, señor juez, que aquello no era un ir y venir por un camino sin piedras, sin cuestas, sin zarzas, pero yo era feliz porque me sentía libre como los pájaros y nadie ataba mis alas, era alegre como una campana y al son de las ruedas del carro cantaba sin ofender para que mi voz me acompañara, podía trabajar sin zancadillas, en paz, y si alguien con mala pinta me abordaba, no era para llevarse mi jornal a punta de navaja, sino para compartir como hermanos el pan y el vino. ¿Ve, señor juez, como por hambre se pide y no se roba? Por el hecho de ser persona nacemos con el pan ganado y nunca Moisés privó de este derecho a ningún semejante. Por fin pude ayudar a mi padre a saldar las deudas que contrajo y vi llenarse la tienda hasta ser una de las mejores abastecidas que circulaba por aquellos parajes. ¡Qué importante me sentía al cortar los frutos del árbol del trabajo! Dos días de descanso me fijé al año: el uno por Navidad, el otro por el Patrón del pueblo. La víspera de un San Antonio conocí en la verbena a la Inés, y en la Misa Mayor del San Antonio siguiente, para no echar a perder un tercer día, con ella me casé. Se deslizaba la vida desgajando sobre nosotros racimos de problemas, pero jamás nos devoró la cólera, eran culpa de las circunstancias, no de los hombres. ¿Entiende ahora, señor juez, por qué, más que mi situación, me mata el hecho de que sea obra de un hombre como yo, pero con derechos por tener más? Por entonces no nos arañaba la espina de impotencia que hoy nos humilla. Yo seguí haciendo caminos y restando horas al sueño; ella, en el pueblo, conducía un hogar invadido pronto por tres rapaces que daban alegrías y pedían sacrificios. Un sábado, al abrirme la puerta, vi a mi esposa enlutada. —Ha muerto el abuelo y estos hijos reclaman un padre en casa. Me dolían los ojos de contar estrellas y en el alma me abrasaba la soledad del paisaje. -Es hora de instalarme en la ciudad. Entre todos diseñamos un mapa de proyectos. Con nuestros ahorros se compraría un piso modesto; lo que el abuelo dejó a fuerza de escatimárselo al cuerpo serviría para comprar un local añadiendo el préstamo de algún banco; los hijos estudiarían. Lo que de nosotros dependió salió muy bien, pero los bancos nos cerraron las ventanillas: el valor de la casa del pueblo era inferior al del crédito soli¬citado, y el sistema era dar sólo a quien tenía más de lo que pedía. Se optó por un alquiler y aparqué el sueño entre las cosas pendientes pues con mi amor al trabajo bien se¬guro estaba de no tener que renunciar a él. Aquella mañana, cuando abrí las puertas de mi tienda, me sentí el ser más realizado de la Tierra. El vistoso escaparate, los estantes repletos, clientes entrando y saliendo y sin comprar al fiado. El futuro de los míos se encendía de promesas y tanto las fatigas pasadas como las venideras valían la pena. Una mañana entró el amigo Samuel con un periódico en las manos y una sonrisa de oreja a oreja. —¡Enhorabuena, Moisés, enhorabuena, que en este país ya somos libres! —¿Libres? ¡Yo he sido siempre libre! —¡Ja ja ja ja! Tú sólo entiendes de trabajar a lo burro. Esto quiere decir, entre otras cosas muy importantes, que todos los ciudadanos, todos, tendremos los mismos deberes y los mismos derechos. —¿Derechos? ¿A qué? —A todo, hombre, a todo. ¿Por qué pones esa cara de incrédulo? A trabajar sin ser explotado, a tener una vivienda digna, a que estudien los hijos de los pobres con los hijos de los ricos... ¡Habrá justicia por fin! —¿Y crees que yo conseguiré un crédito con la misma facilidad que ese de la esquina que es dueño de una cadena de supermercados? —¡Naturalmente! —¡Pues de ser así, bienvenido sea el cambio, que cuanto más corro, más tarde llego! La Inés, que según las vecinas había salido del pueblo, pero el pueblo no había salido de ella, no se hizo ilusiones. —Baja de las nubes que de nada sirven las herramientas nuevas si los maestros no cambian las mañas viejas. Vi cambiar las tornas, pero la Inés fue más lista que el Samuel. Crecieron los deberes: tenía que declarar mis ingresos todos los días, tenía que dar el nombre y los apellidos de mis proveedores, tenía que liquidar los pedidos por adelantado… Menguaron los derechos: la Inés no podía ni fregarme el suelo sin darla de alta, no podía poner las rebajas cuando lo veía conveniente, no podía despachar a nadie fuera del horario establecido... Se desorbitaron los impuestos: pagaba por abrir, pagaba por cerrar… pagaba por cada palmo de suelo aunque las baldosas no le olieran los pies a ningún cliente. A menudo, un municipal, visitaba mi tienda para comunicar normas: ora que pusiera perchas con doble fila de ganchos en los probadores; ora que cambiara el color de las letras del fluorescente; ora que le rebajara un par de dedos al mostrador; ora que le dividiera en dos la hoja de la puerta... y todas concluían con una coletilla que advertía que los gastos corrían por cuenta del propietario del negocio y que de no acometerse en tal plazo sería sancionado con una multa de tanto. Cumplí siempre a cambio sólo de ver mermar mis ahorros y mi sueño. En dos años pasaron por mi tienda veintiocho veces los ladrones. ¡Ah, perdón! He olvidado el nombre que ustedes les dan ahora para hermosear su condición. La primera se llevaron los cuartos del cajón, pero como el dinero no tiene señal y como la palabra de un ciudadano honrado no es garantía de la verdad, ni se les buscó por falta de pruebas, y tuve que consolarme con ponerle rejas a la puerta, a la puerta que me obligaron a cambiar por razones de seguridad; la segunda, arramblaron con la ropa de los percheros, pero no dejaron huellas, ni siquiera en las colillas que bailaban por doquier, no había pruebas, y tuve que limitarme a meter el escaparate entre rejas; la tercera, me desvalijaron el almacén, pero la matrícula del furgón utilizado decía que no era de ellos, que llevaba denunciado por robo varios días, que tampoco había pruebas, y tuve que conformarme con poner una alarma. La cuarta vez los pilló la policía con las manos en la masa. Eran tres. Fuimos a juicio. ¿Recuerda su sentencia? A mí no se me va de la cabeza. A los dos menores los dejó en libertad sin cargos, al otro, al jefe, lo condenó a indemnizarme con mil quinientas pesetas. Pero ojo, nada de pagármelas entonces, que me las pagara después, cuando fuera solvente, y sólo si yo se las reclamaba judicialmente. Y aquella misma noche volvieron a saquearme, y a la semana siguiente, y a la otra... y tuve que dejar de denunciar, ellos no tenían límite para robarme, yo, para denunciarlos, sí. Debía de ser para que no se les desmadraran las estadísticas oficiales. Me fue imposible costear más sistemas de seguridad. La compañía de seguros se pronunciaba tarde y mal. Eso sí, era puntual para cobrar la póliza, y si no se cumplía sin demora, quedaba nula su responsabilidad. "Haz uso de tus derechos y pide protección policial", dijo "el" Samuel. Pero yo no era un ciudadano importante, un ciudadano de dinero, y ni el pan de los míos ni mi propia vida tenían valor para recibir este servicio. Una tarde se coló un ladrón entre los clientes y a punta de cuchillo exigió la caja. Me resistí. Después de bordarme el cuerpo a cuchilladas huyó con el mejor abrigo que había en la tienda. Las carteras de los clientes le hicieron fren¬te. Cuando fue localizado por la policía ya había puesto el abrigo a salvo. Tres horas después usted lo puso en libertad y el juicio sigue pendiente. La Inés decía que pensara ¬ 1 en curarme, que me olvidara de ver hacer justicia a la Justicia, y andaba en lo cierto, el delincuente era hijo del banquero que denegaba mi crédito una y otra vez y de una de las concejalas del partido que me sangraba a impuestos con amenazas de multa. Salí del hospital y para rehabilitar mis piernas daba mil paseos por el parque principal. Una mañana sorprendí a mi agresor intentando vender el abrigo y otros objetos hurtados y no pude aguantar más, alcé la muleta que me servía de apoyo a modo de espada y rescaté por las bravas lo que me negó por favor. Me faltó valor para huir y dejarlo con unas costillas rotas. Llamé pidiendo una ambulancia y confesé mi delito. Fui trasladado a la cárcel y seis meses después usted me juzgó. Mi piso fue embargado y vendido en pública subasta para indemnizar a la víctima y mi familia volvió a la destartalada casa del pueblo sin más equipaje que el abrigo, pues la policía demostró que era el mío. Hoy, por ser jueves, dejaron que la Inés viniera a verme y quiso encenderme una esperanza. "Es un día tan her¬moso de primavera que todo en la Tierra va a cambiar". Pero yo oía antiguas palabras: "¿De qué sirve cambiar las leyes si no cambian los hombres?…" Bello día sí, pero para los pájaros, para las amapolas, para los ricos: para los hombres que tienen derechos, para los que pueden ver el sol sin el dolor de sentirse ultrajados por otros hombres. Yo, señor juez, siento crecer el invier¬no y entre sus sombras busco los principios que su implacable veredicto me ha extraviado por este laberinto de la ley y de la trampa. María Jesús Sánchez Oliva Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros publicado me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable. “Garipil (1995)”. Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores. “Letanías (1999)”. Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios. “El rosario de los cuentos (2003)”. Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996. “Cartas de la Radio (2007)”. Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas semanalmente en Onda Cero por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria. “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas) (2014)”. Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos. “Los días perdidos (2018)”. Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. “Primer Premio Tiflos 2013”. Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico: Garipil1995@gmail.com Estaré encantado de responderte. Gracias por tu visita y hasta el próximo número. Firmado: Garipil.

viernes, 2 de mayo de 2025

PORTADA

Queridos lectores: Acaba de salir el número 128 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo. AVISO PARA QUIENES YA SON COLABORADORES Y PARA QUIENES QUIERAN SERLO Creo conveniente dejar de publicar a partir de esta fecha (30-I-2025) noticias sujetas a la “Ley del Loro”, es decir: que se repiten hasta el aburrimiento en todas las cadenas de radio, televisión y redes sociales, ya que la finalidad era la de publicar noticias recogidas a pie de calle, protagonizadas por personas anónimas, no famosas. En su lugar, aunque tendrán preferencia las ya mencionadas, os invito a participar con anécdotas, reflexiones, curiosidades, experiencias… respetando, en ambos casos, las dos sabidas condiciones. Primera: que sean buenas, positivas y ejemplares. Y segunda: que sean enviadas a mjsanchezoliva@gmail.com poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Espero seguir contando con vosotros y quedáis invitados a agregaros como seguidores. LO MÁS DESTACADO DE ABRIL LA VITRINA: Aitana Castaño es la autora del libro que en este número invita a la lectura. MESA CAMILLA: Los papas también mueren (última columna de opinión de abril publicada en www.salamancartvaldia.es). CAJÓN DE SASTRE: Josef Mengele: los ocho días que el "ángel de la muerte" vivió en Uruguay EL ÁLBUM DE LA Lengua: Apenas mejor que a penas. LA BUTACA: El lápiz también tiene su historia. CARTA a… Mario Vargas Llosa. COSAS DE GARIPIL: Capítulo XXXVII y último de Bella Luna. Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón. Volveremos a encontrarnos en el próximo número. María Jesús Sánchez Oliva. Seguidores de Honor: Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012. Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012. María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013. Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015. Claudio Hernández Díaz (pintor). Nacionalidad: española. 30-VI-2020.

LA VITRINA

Queridos lectores: En este número soy yo el elegido para invitaros a leerme. Por si decidís aceptar mi invitación, me presento y os adelanto mi contenido. Mi título: Carboneras Mi autora: Castaño, Aitana Esto me han dicho que os diga de mí: Trabajaban en las tolvas eligiendo el mejor mineral y descartando restos de piedras y madera. Cuidaban de las casas, de las familias, de los niños, de los mayores... También se cuidaban entre ellas. Todo el polvo del carbón de las minas asturianas pasaba por sus pulmones. Luchaban contra la silicosis, contra el olvido, contra una sociedad que las ignoraba y contra ellas mismas y sus destinos. Eran las carboneras. Madres, abuelas, tías, hermanas, vecinas, amantes y esposas de todos los niños de humo que nacieron, se criaron y murieron con las cuencas mineras metidas en el corazón. Sus vidas están llenas de llantos, amores y batallas, a las que había que sumar la de una clase dirigente represora que no dudó en hacer de las comarcas carboníferas uno de sus laboratorios de torturas. Firmado: Carboneras. Si abres mis hojas, abriré tus ojos.

MESA CAMILLA

Los papas también mueren Los papas, que son personas como las demás, también mueren, y el pasado lunes, al papa Francisco, a pesar de los esfuerzos de los doctores por alargarle la vida, le llegó la hora. Descanse en paz. Un entierro sencillo Esto es lo que el papa Francisco quería, un entierro sin grandes manifestaciones de lujo, de ostentación, de despilfarro, pero no lo ha conseguido por mucho que los medios de comunicación no se cansen de calificarlo de sencillo, de sobrio y de austero. Ha sido casi una semana de misas y rosarios, de condolencias, de alabanzas y de visitantes a la ciudad eterna para decirle adiós, lo que no sabemos si al papa le ha servido para salvar su alma, pues, como todos los mortales se consideraba pecador, o si para que los establecimientos de hostelería y medios de transporte hayan hecho el agosto a su costa. Datos que llaman la atención Doscientas cincuenta mil personas dicen los datos que han hecho colas de horas y horas para decirle adiós, y las encuestas, que surgen automáticamente, dicen que en España el número de creyentes jóvenes ha crecido como por ensalmo. Será verdad, pero cuesta creer que tantos miles de personas hayan ido movidos por la fe, muchas lo habrán hecho por eso de que donde va Vicente, va la gente. Tampoco hay que censurarlo, cada cual es libre de hacerlo por lo que más le guste, y como bien decía el papa Francisco “Más vale un ateo bueno que un católico malo”, que de todo hay en la viña del Señor, no nos engañemos. Visitas que han sobrado Como cualquier jefe de Estado el protocolo exigía invitar al entierro al resto de países y es normal que la mayoría hayan hecho acto de presencia porque con todos tenía cordiales relaciones, lo que ha sobrado es que el presidente de Argentina y el de Estados Unidos hayan tenido la desfachatez de aceptar la invitación, el primero porque haciendo uso de su lengua viperina dijo de él, entre otros despropósitos de su estilo, que era el maligno, el demonio, el satanás que los argentinos y el mundo teníamos en Roma, y el segundo porque si de algo puede hacer gala es de odiar a los migrantes, a los negros, a los homosexuales, a los pobres, a los diferentes y a todos los que no aplaudan sus extravagancias por no decir maldades. Pero seguro que al papa Francisco le ha sobrado generosidad para perdonarlos. Resumiendo: No soy yo la persona más indicada para juzgar la labor del papa Francisco al mando de la Iglesia católica, pero sí una de las muchas que ahora que está cerca del Padre le pida que interceda para que el Espíritu Santo que en breve decidirá con acierto, según dicen, quien será el nuevo pontífice decida también que las religiones sirvan para unir a los hombres, no para enfrentarlos, y todos, por fin, podamos vivir en paz, porque si los gobernantes, en dos mil años y pico, no han conseguido que abra los ojos un solo día y no vea una guerra en el mundo, está claro que los ciudadanos, si no es con su ayuda, con la de los hombres es de necios contar. 28-IV-2025 María Jesús Última columna de opinión de abril publicada en www.salamancartvaldia.es

CAJÓN DE SASTRE

Josef Mengele: los ocho días que el "ángel de la muerte" vivió en Uruguay El investigador uruguayo Héctor Amuedo reconstruyó la estadía del criminal nazi cuando vino a casarse a Nueva Helvecia Mengele se casó en Colonia en julio de 1958, con la viuda de su hermano Karl. Fue durante su estancia de 21 meses en Auschwitz que se granjeó el apodo de “el ángel de la muerte”. Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban al campo de concentración, con frecuencia el médico esperaba en el andén para seleccionar a los más aptos para el trabajo y la experimentación, así como a quienes serían enviados inmediatamente a morir en las “duchas” de gas. Obsesionado con la biología hereditaria, Josef Mengele se paraba con rostro altivo en una rampa frente a las filas de prisioneros e indicaba con un movimiento de su mano quién sería utilizado para un “experimento científico”, quién moría y quién vivía. A la derecha iban los ancianos, embarazadas, enfermos y discapacitados; a la izquierda, las mujeres jóvenes y los hombres que evidenciaban un buen estado de salud. Los que quedaban a la derecha marchaban sin más trámites a las cámaras de exterminio y sus cuerpos eran sepultados luego en fosas comunes. Mengele abandonó Auschwitz de forma encubierta el 17 de enero de 1945, 10 días antes que el ejército ruso llegara a liberar a los pocos prisioneros que quedaban. Se dirigió posteriormente al campo de concentración de Gross-Rosen y en abril de 1945 huyó infiltrado entre la infantería regular alemana con una identidad falsa. Finalmente, fue capturado y permaneció como prisionero de guerra cerca de Nüremberg, hasta que fue liberado por los aliados, que desconocían su identidad. El médico logró cruzar el Atlántico en la llamada “ruta de las ratas”, que trajo a varios criminales nazis al Río de la Plata, para luego vivir y moverse cómodamente en Argentina bajo la protección del gobierno del vecino país. Se casó en Uruguay 13 años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial con la viuda de su hermano, utilizando su verdadero nombre, sin que nadie se percatara de que se trataba del temido “ángel de la muerte”, que había asesinado años antes a miles de personas. Nuevos elementos El investigador uruguayo Héctor Amuedo, quien ha participado en varios documentales de History Channel sobre la fuga de nazis hacia Sudamérica, ha logrado reconstruir los ocho días que estuvo Mengele en Uruguay y su llegada al Río de la Plata. Amuedo también formó parte del programa Día Cero de la National Geographic, realizado por la productora uruguaya Origami Estudio Audiovisual, que dirige Fernando Laureiro. Los elementos nuevos sobre la fuga de los nazis que ha aportado el investigador surgieron de sus trabajos de campo y de documentos inéditos (que hasta ahora no ha publicado) que recibió del hijo de un exoficial alemán que vivía en Argentina. Amuedo también entrevistó a uno de los dos testigos uruguayos de aquella boda y a Ilse Bernarzky, funcionaria del Juzgado de Nueva Helvecia que labró el expediente matrimonial. Estas tres personas, claves en la historia, ya murieron. “He podido determinar y documentar varias cosas, como por ejemplo que los documentos de la boda no habían desaparecido misteriosamente de los archivos oficiales (como afirmaban los periodistas de un diario que hicieron un informe hace muchos años) y que tanto el acta como el expediente del matrimonio se encontraban en el Registro Civil de la Intendencia de Colonia. Y estaban íntegros, es decir que no faltaba nada ni había ‘páginas arrancadas’”, relata Amuedo. “También pude demostrar que Mengele nunca vivió en Nueva Helvecia, sino que fue confundido con un alemán residente en esa ciudad”, agrega. En colaboración con el entonces fotógrafo de la agencia AFP Miguel Rojo, el investigador pudo determinar que Mengele y su esposa María Marta Will estuvieron viviendo ocho días en Colonia, desde que se inscribieron para casarse hasta que se concretó la boda. “Visitaban asiduamente la finca de un constructor de edificios de Nueva Helvecia. En esa casa todavía existe, bajo un enorme árbol de laurel, el banco y la mesa de piedra donde Josef Mengele y Marta Will tomaban el té por las tardes durante aquella semana de julio de 1958. Esto surge de los testimonios del actual dueño de la propiedad y del antiguo mayordomo”, anota. La casa se encuentra a pocos metros del Hotel del Prado, donde de acuerdo a informaciones que le proporcionó a Amuedo el empresario neohelvético Miguel Delfino, casi seguramente se hospedaron el criminal nazi y su prometida, Karl Thadeus. El investigador Héctor Amuedo con Ilse Bernarzky en su casa de Nueva Helvecia, funcionaria del Juzgado que labró el expediente matrimonial. Acta matrimonial que Mengele firmó con su verdadero nombre. Foto: H. Amuedo. La Ruta de las Ratas “En años recientes, recibí de parte del nieto de un excoronel nazi radicado en Argentina, documentos migratorios que estaban perdidos desde fines de la década de 1940 y que demuestran la estructura organizativa de la ruta de escape de los nazis desde Europa hacia Sudamérica, conocida como ‘ruta de las ratas’”, indicó Amuedo. Fue en uno de esos buques, el North King, que Mengele arribó a Buenos Aires el 20 de junio de 1949 con pasaporte de la Cruz Roja número 100.501 y la identidad falsa de Helmut Gregor, “italiano” de Termeno y de profesión “mecánico”. En la vecina orilla vivió seguro durante 10 años, de 1949 a 1959. Incluso pudo moverse sin mayores problemas durante todo ese tiempo y firmar documentos -como el acta de matrimonio uruguaya- utilizando su verdadero nombre. Entre los documentos que recibió Amuedo apareció el “Libro de Caja” que explica cómo se financió toda la operación. “En este texto contable está registrado el dinero que enviaba el gobierno del general Domingo Perón a la Sub Comisión Naval Argentina en Italia a efectos de contratar los buques que traían a los fugitivos nazis alemanes, fascistas italianos y croatas hacia Argentina. Allí se puede leer que la contratación del buque North King en el que Mengele escapó, insumió US$ 288.000 de la época, lo que llevado a valores actuales serían unos US$ 3 millones”, comenta. En algún momento entre febrero y octubre de 1959, Mengele huyó solo desde Argentina hacia Paraguay y luego a Brasil, permaneciendo su nueva esposa María Marta Will en Buenos Aires. El criminal de guerra nazi murió ahogado tras sufrir una falla cardíaca mientras se bañaba con el agua al pecho en la playa de la localidad brasileña de Bertioga, en 1979. Fue enterrado bajo el nombre falso de Wolfgang Gërhard y sus restos fueron exhumados después, en 1985, e identificados por una prueba forense. Banco y mesa de piedra donde el criminal de guerra y su prometida tomaban el té por la tarde, durante los ocho días que permanecieron en Colonia. Foto: H. Amuedo. “En 1992, la entonces novedosa técnica del test de ADN permitió determinar, mediante comparación con una muestra extraída de su único hijo Rolf, que el cadáver era, sin dudas, del famoso médico nazi. La familia jamás reclamó el cuerpo, que permaneció durante años en una bolsa de plástico en un locker del Instituto Forense de San Pablo. Actualmente, los restos óseos se encuentran en la Facultad de Medicina de la universidad de esa ciudad”, agrega el investigador. Los testigos ocasionales de la boda de Mengele con la viuda de su hermano fueron una joven pareja que vivía en Montevideo y viajaba con frecuencia por trabajo a Colonia: Juan Carlos Germán y Lydia Florio, ambos fallecidos. En aquel entonces, era frecuente que los novios vinieran a casarse en Uruguay por la imposibilidad de poder divorciarse en Argentina. Y que llegaran solos y solicitaran la firma de ocasionales testigos. Pero nunca imaginaron aquel principiante abogado y su esposa, los problemas que esto les traería, con amenazas que incluso caerían sobre sus hijos muchos años después. Cuando el tema del casamiento de Mengele en Uruguay salió a la luz, un medio de prensa se refirió a Germán como “el abogado del criminal nazi”, hecho que le generó todo tipo de problemas. Luego, el profesional se presentaría en un programa junto al periodista Néber Araújo para aclarar los hechos ocurridos en Nueva Helvecia aquel 25 de julio de 1958. Extraído de internet

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

Apenas mejor que a penas La grafía recomendada del adverbio es apenas, todo junto, por lo que se desaconseja la escritura en dos palabras (a penas). Uso no recomendado * Desde que un habitante recibe la alerta, a penas tiene un minuto para correr al búnker y ponerse a salvo. * El equipo a penas reacciona a lo sucedido en el derbi. * Pierde dos de sus grandes bazas en a penas 24 horas. Uso recomendado * Desde que un habitante recibe la alerta, apenas tiene un minuto para correr al búnker y ponerse a salvo. * El equipo apenas reacciona a lo sucedido en el derbi. * Pierde dos de sus grandes bazas en apenas 24 horas. De acuerdo con la Nueva gramática de la lengua española, el término apenas Se usa como adverbio con los sentidos de ‘difícilmente, casi no’, ‘escasamente o solo’ y también puede equivaler a ‘en cuanto’. Esta misma obra señala que la grafía univerbal es la mayoritaria y recomendable actualmente y, por tanto, conviene evitar la forma a penas. Cabe recordar que la secuencia a penas es válida en frases como «Se enfrentan a penas de seis meses a dos años de prisión», en la que se está empleando el sustantivo pena con el sentido de ‘castigo’ precedido de la preposición a. Recomendación de la Fundéu.

LA BUTACA

El lápiz también tiene su historia. Si me prestas unos minutos, te la cuento: El lápiz es considerado un instrumento de escritura y dibujo muy importante para la humanidad, un invento extraordinario cuyo origen es bastante peculiar, y aunque se tienen registros de dibujo y escritura desde la prehistoria, nunca se habló de un lápiz hasta el siglo XVI. En aquél entonces, lo más cercano a un lápiz era una barrita de plomo y estaño, llamada “punta de plata” cuya marca podría borrarse con las migas de pan, o bien, podía mojarse en tinta para escribir sobre papiros. Cuenta la leyenda que cierto día en el noroeste de Inglaterra, una fuerte tempestad derribó un gran árbol de roble; sus habitantes vieron que debajo de sus raíces emergió una masa negra que tenía la virtud de tiznar cuanto tocaba, hasta entonces, esa piedra era desconocida y la denominaron “plomo negro” sin saber que en realidad se trataba del grafito. Los pastores comenzaron a utilizarla para marcar a sus ovejas, los militares para fabricar armas y cañones y unos pocos lo cortaban en pequeñas varillas que usaban para escribir, pero éstas se rompían fácilmente y ensuciaban todo, por lo que descartaban este uso. Aquél yacimiento de grafito resultó ser el más puro en todo el mundo y en el siglo XVIII pasó a ser propiedad de la Corona inglesa para uso exclusivo del ejército, prohibiendo su exportación y cualquier otro uso, tanto así que aquél que extrajera grafito para otros fines era castigado con la pena de muerte. A pesar de ello, algunas personas aún le tenían fe al material como método de escritura y aunque la calidad de su grafito no era tan buena, buscaron otras alternativas; en 1750 el alemán Kaspar Faber mezcló el grafito con azufre, antimonio y resina para darle una mayor dureza y aunque funcionaba, no era lo esperado. En 1795, el francés Nicolás Conté añadió arcilla a la mezcla con la que se tuvo mejor resultado; por su parte, el austriaco Joseph Hardmuth descubrió que variando la cantidad de arcilla y grafito en la mezcla, variaba la dureza de la mina, naciendo la gama HB que conocemos actualmente. Hasta entonces, era solo una barrita que ya podía sostenerse y pintar pero para agarrarla se envolvía con cuerdas y pieles de animal, no existía el sacapuntas y para liberar la punta se iba desenvolviendo la cuerda. Para 1812, el americano William Monroe descubre la manera de recubrir la mina con madera de cedro para que fuera ligero y cómodo. Faber y Conté lo aplicaron a su producto y lo popularizaron rápidamente; en 1856 Lothar Faber (bisnieto de Kaspar Faber) compró un territorio en Siberia con una mina de grafito puro y patentó oficialmente la invención del lápiz. Tras su muerte en 1870, la empresa Dixon se convirtió en la mayor consumidora de grafito en el mundo. Actualmente, los lápices Conté a parís y los Faber Castell, siguen siendo los de mayor calidad en el mundo del arte, mientras que los lápices de la Dixon, aunque de menor calidad, siguen siendo los más vendidos. Ahora ya lo sabes, el lápiz es un instrumento con el que puedes escribir y trazar miles de historias, pero que en sí mismo tiene una gran historia que contar… 12-IV-2025 Desde su espacio en 30 días envió para todos Garipil.

CARTA A...

14-IV-2025 Mario Vargas Llosa Muy valorado escritor: La noticia de su fallecimiento a los ochenta y nueve años de edad, en la ciudad de Lima y rodeado de su familia, nos sorprendió esta madrugada, y la literatura se quedó huérfana, las letras se vistieron de luto y sus lectores lloramos su ausencia. Sobra mencionar sus merecidos premios, también sus muchísimos títulos: son del dominio público. Por esta razón sobra comentar su vasta obra. El primer libro que cayó en mis manos fue La fiesta del chivo. Hace unas semanas releí La tía Julia y el escribidor. El próximo que leeré será el último que escribió: Le dedico mi silencio. Como heredera del importante legado que a todos nos deja, quiero, con estas sencillas líneas, manifestarle mi reconocimiento y expresarle mis más sinceras gracias. Descanse en paz María Jesús

COSAS DE GARIPIL

¡Hola!: Desconecta el televisor, deja el móvil donde ni lo veas ni lo oigas, siéntate en tu sillón favorito, cierra los ojos y permíteme que te lea el capítulo XXXVII y último de Bella Luna en lo que el sueño te manda a la cama para recuperar las fuerzas perdidas durante el día. XXXVII LA ROMERÍA DE LAS COSAS PERDIDAS Faltaban unos días para el primer aniversario de la partida de tía Lulú. Una tarde, al salir de la escuela, Bella Luna reunió a sus amigos en el molino, que era el lugar preferido de la pandilla. —Ese día iré al barranco para dejar tres azucenas en la tumba de tía Lulú y me gustaría que me acompañarais. Podría ir yo sola, pero no me atrevo. Tía Lulú me dijo que a veces aullaban los lobos y tenía que subirse a los árboles con el duende porque corrían el peligro de ser devorados. “A mí no me hubiera importado morir entre sus dientes —me decía—, pero el duende tenía que hacerse hombre para ir a Mimbres Blancas a conocer a su padre, y sólo yo podía ayudarle a conseguirlo”. Por eso, cuando el duende tuvo que esconderse y comprobó que allí no le harían daño, decidió bajarse a vivir en el molino, con los años no podía trepar a los árboles y tenía que vivir para llevarle flores de vez en cuando. —Claro que te acompañaremos, nosotros también queremos llevar una azucena para cada uno, pero deberíamos conseguir que fueran también los mayores. ¿Se te ocurre algo para convencerlos? Bella Luna pensó unos instantes y dijo: —Podemos quitarles algo a nuestros padres, algo que utilicen a diario, para que lo echen a deber rápidamente. La víspera por la tarde nos vamos todos a esconder lo que les hemos quitado en el barranco. Cuando caiga la noche y vean que no damos señales de vida, recordarán las cosas que les faltan, y convencidos de que tía Lulú había dejado las brujerías para no morir en la hoguera, se irán al barranco para sacarla de la tumba y quemarla de muerta. Así son los mayores: antes de reflexionar, deciden. Ya en el barranco esconderemos las cosas robadas, y cuando lleguen ellos, que las busquen. Todos estrellaron las manos para manifestarle con un aplauso su apoyo. Bella Luna no se equivocó lo más mínimo, todo se desarrolló como lo había imaginado. No era que tía Lulú le hubiera dejado una bola mágica para ver el futuro, era que le había enseñado a estudiar las conductas de los seres humanos, y antes de hablar, observaba y sacaba conclusiones. Los padres, tras registrar el molino de tía Lulú y llamar a sus hijos entre las mimbreras, se encaminaron al barranco llorando sus pérdidas. A unas madres se les había perdido la aguja y el dedal y no podían coser; otras no encontraban las cazuelas y no podían guisar; a otras les desaparecieron el lavadero y la tajuela y no podían lavar; a unos padres se les habían extraviado las tijeras de podar las mimbreras; a otros la albarda del burro; a otros la cayada; a otros la pipa de fumar; al alcalde le voló el bastón de mando, y lo más alarmante de todo fue que los jardines se habían quedado sin azucenas. Sólo Tarri subía tranquila. —He encendido una vela para que San Antonio me ayude a encontrar vuestras cosas pues a mí no se me ha perdido nada, lo que me hace pensar que esto es una broma de Bella Luna y su pandilla, y no una tragedia provocada por un ser invisible. Ñoto caminaba con una zapatilla gris ceniza y otra marrón chocolate, por más que buscó la pareja de cada una, no aparecieron por ningún sitio, pero compartía la opinión de Tarri. Sabía que las personas cautivas de cualquier forma, eran más peligrosas que las que tenían libertad, y Bella Luna ya no tenía que huir ni de ella ni de los demás. Ya en el barranco azul los gritos de alegría de los niños y las azucenas sobre la tumba de tía Lulú revelaron el secreto y supieron qué tenían que hacer. No fue sencillo para aquellos padres dar con sus cosas perdidas pero al final todas aparecieron. A Ñoto le costó más que a nadie. Bella Luna era la que mejor conocía todos los recovecos del barranco y pudo esconder las zapatillas con menos posibilidades de ser localizadas moviendo una piedra o retirando una rama como los demás. Ni siquiera sumando a sus ojos los dos de Tarri las habría encontrado Ñoto si su hija no le hubiera dado alguna pista que otra. Al final de aquel juego tan divertido regresaron al pueblo sin saber que había nacido la Romería de las Cosas Perdidas, pues, a partir de entonces, cuando en los días previos al aniversario de la partida de tía Lulú desaparecían las azucenas de los jardines, una cosa de cada casa y los niños, los padres, en lugar de preocuparse, preparaban comida y bebida, y con los primeros rayos del sol, acompañados por el cura, el alcalde y el tamborilero, partían hacia el barranco azul. Al llegar eran recibidos con un aplauso de todos los niños. Lo primero que hacían los romeros era comprobar que en la tumba de tía Lulú había tres azucenas por cada niño, la suya, la de Fufú y la del duende, y pobre de ellos si faltaba alguna. Después, entre risas, carreras y bromas, buscaban las cosas perdidas, y aunque raras veces las encontraban sin pistas, todas aparecían. Ya al mediodía comían y bebían hasta hartarse, y como una vez llena la panza pedía danza, el tamborilero los hacía bailar hasta que el sol le prestaba sus rayos a la luna y tenían que regresar. Y así fue como Mimbres Blancas, además de por sus mimbreras, acabó siendo conocido por la romería que más romeros tenía de toda la comarca. Glosario Ababoles: amapolas Alcancía: vasija grande de barro, con una ranura para guardar el dinero Antier: anteayer Bago: grano de uvas Baldados: cansados, fatigados Bicoca: ganga Cabás: maletín de cartón o madera en el que los niños llevaban a la escuela sus cuadernos, libros y pizarras Calda: dar guerra, molestias, trabajo Chupateles: barritas de hielo acabadas en punta que se forman en los canales de los tejados cuando hiela Clarión: tiza para escribir en los encerados Damajuana: recipiente de cuello largo para contener líquidos Desconchadas: con rozaduras o trozos sin pintura (las paredes) Embajada: proposición o exigencia impertinente, fuera de lugar Emperrarse: obstinarse en algo, empeñarse en hacerlo Encolar: tirar algo a un lugar donde se queda detenido (el balón, en el tejado) Engarañadas: muy frías, heladas (las manos) Enjalbegar: blanquear las paredes con cal o yeso Escaño: banco de madera y con respaldo, puesto, generalmente, en las cocinas y en los zaguanes, donde se sentaban varias personas Hacer el canelo: el bobo, por trabajar sin ganar nada Katiuskas: botas de goma, propias para el agua Mal de Malta: brucelosis (enfermedad) Mora: sin bautizar Nidales: lugares donde acuden las gallinas y otras aves a poner sus huevos Pamplinas: expresiones poco sinceras con las que se pretende alagar a alguien para conseguir algo Patatas a la importancia: rebozadas Pera: interruptor en forma de pera para encender la luz Pitera: brecha en la cabeza Plumier: estuche donde los niños llevaban los lápices a la escuela, pizarrines y pinturas de colores Ponerle las peras al cuarto: bajarle los humos a alguien, quitarle las ganas de hacer o decir algo que no nos conviene con pocas palabras Poyo: banco de piedra que en las casas de los pueblos se ponía a un lado o a los dos de la puerta para sentarse a tomar el fresco en verano Practicante: persona que se encargaba de poner las inyecciones que recetaba el médico Prosapia: linaje Roña: suciedad de mucho tiempo Trinchero: mueble de comedor Sacristía: alude al estómago Tener más hambre que un cerdo la víspera de la matanza: se dice por la conveniencia de tener a los cerdos en ayunas veinticuatro horas antes de ser sacrificados Vainillas: galleta larga y estrecha, compuesta por varias capas rellenadas de esta sustancia Vasar: anaquel de madera puesto horizontalmente en las cocinas, sobre la pared, para colocar piezas de vajilla Venirle de perilla: muy bien Este libro terminé de escribirlo el 19-II-1989 María Jesús Sánchez Oliva Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros publicado me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable. “Garipil (1995)”. Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores. “Letanías (1999)”. Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios. “El rosario de los cuentos (2003)”. Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996. “Cartas de la Radio (2007)”. Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas semanalmente en Onda Cero por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria. “Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas) (2014)”. Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos. “Los días perdidos (2018)”. Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. “Primer Premio Tiflos 2013”. Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico: Garipil1995@gmail.com Estaré encantado de responderte. Gracias por tu visita y hasta el próximo número. Firmado: Garipil.