sábado, 2 de abril de 2022

CARTA A...

María  Estíbaliz Palma Varona.

Jefa de la comisaría de Pontevedra desde el otoño de 2019.

 Querida comisaria del Cuerpo Nacional de la Policía a pesar de todo: Leo la noticia publicada en elDiario.es y no salgo de mi asombro. Dice así:

  

11 de marzo de 2022. Restaurante Lagareta. Vigo.

 

Mandos y agentes de la Policía Nacional se reúnen para rendir homenaje a Iván, un agente de los antidisturbios obligado a jubilarse por las secuelas de

las graves heridas que sufrió en los disturbios contra la sentencia del procés en el otoño de 2019. Toma la palabra la máxima autoridad del Cuerpo en la

provincia, la comisaria Estíbaliz Palma, quien empieza destacando la figura de la pareja del agente herido y termina por reflexionar sobre las críticas

que recibió la policía por su actuación frente a los manifestantes. “Hubo 48 horas en que parecía que la Policía Nacional se había transformado y, de repente,

violaba, maltrataba y no sé qué y cuántas cosas hacía más, que ya les gustaría a algunas que las violara un UIP (antidisturbios)”, afirma Estíbaliz, entre

risas y bromas. Uno de los presentes les dice a los que grababan con su teléfono móvil: “¡Cortad eso!”.

 

 Pero cortaran o no cortaran el discurso trascendió y la Dirección General de la Policía ha decidido cesarla como comisaria provincial de Pontevedra. La destitución ha ido acompañada de la apertura de un expediente que derivará, como está tasado

en este procedimiento disciplinario, en una propuesta de sanción o, por contra, de archivo por parte del agente de Régimen Disciplinario que actúe como

instructor.

 

Estoy segura, señora comisaria, que usted no pronunció tan desafortunada frase con mala intención, que la soltó en broma y llevada por las emociones que brotan en estas cenas tras comer y beber bien, de hecho fue muy aplaudida por la mayoría de los presentes, pero, tanto usted como ellos, aunque solo sea por respeto a la tarea que desempeñan, deberían evitar estos gestos, más que por las consecuencias que les pueden acarrear, por el mal ejemplo que dan. De todos modos, querida comisaria, no le escribo estas líneas para reprocharle nada, las escribo para decirle que su discurso me confirma algo de lo que estoy segura: que el machismo no es solo cosa de hombres, también es cosa de mujeres, y si es verdad que queremos acabar con él hay que empezar a reconocerlo.

 

Suerte.

 

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