martes, 31 de enero de 2017

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

 ANDE YO CALIENTE Y RIASE LA GENTE 

   Solemos responder con esta frase elevada a expresión popular a quienes nos advierten con guasa de que la ropa que llevamos no procede por diversas razones: ser ya muy viejas, estar pasadas de moda, de colores que no nos favorecen en absoluto… Es una forma muy elegante de decirles a los demás que no nos importa su opinión, que lo único que nos importa es ir cómodos. La utilizamos gracias a Luis de Góngora: es el título de uno de sus más hermosos poemas. Vamos a recordarlo.  

    Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
 y ríase la gente.

    Coma en dorada vajilla
el Príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
 y ríase la gente.

    Cuando cubra las montañas
de blanca y nieve el Enero
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas,
del Rey que rabió me cuente,
 y ríase la gente.

    Busque muy en hora buena
el mercader nuevo soles,
yo conchas y caracoles
entre menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
 y ríase la gente.

    Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
 y ríase la gente.

    Pues Amor es tan cruel
que de Piramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junte ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
 y ríase la gente.

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