Queridos lectores, queridas lectoras: Sé que hay muchos libros para leer, pero como el sueño de todos es ser leídos, me presento por si te agrada elegirme.
Mi título: Las páginas del mar.
Mi autor: Sergio Martínez.
Reseña:
Es difícil hablar de mí porque ¿cómo hablar de una novela que narra dos historias diferentes con un personaje principal común en las dos y que una y otra transcurren con una diferencia de pocos años? ¿Cómo creer que es la misma persona ese muchacho que vive en el pueblo junto a su familia y que se esmera por aprender a leer y a escribir y el marinero que se jugará la vida durante tres años en un viaje sin fin? ¿Cómo hablar de la hazaña del descubrimiento del estrecho de Magallanes o de la primera vuelta al mundo?
Pues todo esto encontraréis en mis páginas. Por un lado tenéis un joven montañés de la comarca de Liébana que en 1519 malvive junto a su hermano Nicolás por los caminos y los campos de España. Huyen de algo que se dirá a través de medias palabras y de palabras no pronunciadas, de un hecho que solo conoceréis al final de la novela. Estos dos muchachos llegarán hasta Sevilla, gran urbe de la época y poseedora del único puerto del que parten las naos hacia el Nuevo Mundo. Necesitan poner tierra de por medio y se embarcarán en una expedición que quiere llegar a la isla de las Molucas, o sea, (de las especias), en el mar de la India.
Aquí os toparéis con la segunda historia. El 10 de agosto de 1519, cinco barcos con casi 250 hombres ponían rumbo a la isla de las especias a través de una nueva ruta. Al mando iba Fernando de Magallanes. Tres años después solo regresó una nave al mando de Juan Sebastián Elcano y con 18 hombres.
Esta doble historia os mantendrá atrapados a lo largo de mis 625 páginas. Mi autor alterna las historias de esta peligrosa expedición en busca de lo desconocido y del humilde joven de Liébana cuyo destino era cultivar la tierra como habían hecho sus padres y los padres de estos, y que sin embargo quería leer y escribir. Las líneas argumentales se leen de forma ordenada y no cuesta seguir el desarrollo de la acción. A lo largo de toda la narración estaréis en vilo sin saber de qué huyen los hermanos o si resultarán supervivientes de la dramática expedición. Os encontraréis con capítulos muy descriptivos sobre todo cuando hable de las islas o de los territorios Que iban explorando los personajes. Merece especial mención el capítulo de la Patagonia y la primera vez que ven los pingüinos. En cuanto a los personajes el protagonista, del que no sabéis su nombre, os guiará lo largo de toda la travesía. Un protagonista que va evolucionando a medida que pasan las páginas y todo eso sucede ante vuestros ojos. Un personaje forjado a base de dolor y desilusión que acabará brillando con luz propia
en la novela. Seréis testigos de su profunda transformación a lo largo de toda la narración. La tensión psicológica que vive casi continuamente el protagonista
hacen de él un personaje atormentado que aprenderá a vivir consigo mismo a duras penas. Luego tengo una amplia gama de personajes secundarios que tendrán
un lugar importante en el discurrir de la vida de su protagonista. Desde personajes reales como Magallanes o Elcano hasta Sancho, el tuerto, personaje que os resultará entrañable, los padres del muchacho, su primer amor, sus hermanos o sus compañeros de viaje pasando, cómo no, por el malo de la novela, don Lope, un hidalgo que habita en esta pequeña aldea y que se quiere ir haciendo con todos los terrenos de la zona causando muchas desdichas. La historia, para la mayoría, es calificada de fantástica. Las penalidades que atravesaron esos 250 hombres, sus ojos abiertos a lo nuevo, su afán de lucha, su capacidad de sufrimiento han sido descritos perfectamente. El argumento es de lo más interesante, la estructura es perfecta para manteneros enganchados
y los personajes son brillantes.
En esta novela tendréis todo lo que queráis buscar: rebeliones, el viaje del que busca una vida nueva, el drama de la desesperación, motines abordo, hambrunas…
Unos ingredientes muy sugerentes para todos los buenos lectores.
Soy una novela con un gran rigor histórico, que ha precisado de una profunda investigación, por lo que os animo a leerme. Creo que no os decepcionaré. Si os queréis aproximar a la época de los grandes descubrimientos, de las grandes expediciones y de los grandes hombres, si queréis vivir de cerca las injusticias que se llevaron acabo con los nativos de las tierras exploradas y al mismo tiempo vibrar con la crónica de un gran
viaje, aquí tenéis vuestro libro.
Huelga decir que os quedo muy agradecido y me despido con la acertada frase del joven de Liébana: “El que recibe un favor, carga con una deuda”.
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