¡Hola! ¿Cómo quiere que la llame, hermana Andrée o Lucile Randon? El segundo es el nombre que le pusieron sus padres cuando nació; el primero, el que se puso usted cuando decidió hacerse monja. Silencio. No hay respuesta. Usted está en su país: Francia, y no me conoce de nada; yo, en el mío: España, y acabo de conocerla gracias a la prensa. La llamaré pues hermana Andrée, al fin y al cabo al otro nombre renunció voluntariamente, y no parece que se haya arrepentido. De cualquier forma es lo de menos, estas líneas son, simplemente, para felicitarla.
El pasado día 11 cumplió usted 117 años. Ni más ni menos. Es la persona más longeva de Europa según cuentan y lo mejor de todo: ha vencido al coronavirus y su única preocupación es que no se contagien sus compañeros de residencia.
¡Viva la vida!
María Jesús.
Querida amiga María Jesús: Como todo lo que escribes, genial la carta a la monja francesa. Francamente, eres una gran trabajadora del papel y la tinta, para realizar en un mes, todo lo que publicas. ¡Demonio¡ ¿Pero de donde sacas el tiempo?
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