Feliz desenlace
Hay gobernantes regulares, hay gobernantes malos, los mejores son los que no son ni buenos ni malos, posiblemente también los haya buenos, pero cuesta creer que esta no sea la única regla sin excepción, también los hay peligrosos, incluso muy peligrosos. La Historia está llena de nombres que han quedado grabados por sus maldades.
Donald Trump pertenecía al último grupo. Su llegada a la Casa Blanca ya pareció más un error que un acierto. Todo indicaba que se trataba de un fanático sin límites, de una persona que actuaba movida por la maldad, y su esperpéntica salida sin reconocer que los ciudadanos han sabido rectificar a tiempo pone de manifiesto que estaba más para ser tratado por siquiatras que para gobernar un país como Estados Unidos. Su mandato se ha caracterizado por las declaraciones grandilocuentes, por las polémicas dialécticas de todo tipo, por las amenazas y por los incidentes diplomáticos entre otras medidas de alto nivel que han perjudicado seriamente a su país y a todos los países. A todo esto hay que añadir su absoluto desprecio a los migrantes, a los colectivos más desfavorecidos y a los ciudadanos de raza negra. Imposible no destacar sus burlas de la pandemia, del cambio climático y de otros problemas que preocupan a todos los gobernantes menos a él. Más que avergonzarse, se ha jactado de levantar muros, de separar a los hijos de sus padres, de enjaular a los niños como si fueran alimañas… Cuesta aceptar que en el país donde nacieron los Derechos Humanos un presidente cometa estas atrocidades y pueda irse sin rendir cuentas, porque lo echan los ciudadanos con su voto, que ya es algo, y amenazando con volver. Cerrarle las puertas de la Casa Blanca a los cuatro años es pues un feliz desenlace.
No sabemos si el nuevo inquilino será un gobernante de los regulares, de los malos, de los buenos o de los ni buenos ni malos. Nos conformamos con que no sea de los peligrosos, porque cuando Estados Unidos estornuda, todo el mundo se constipa, y ya estamos hartos de gripes que tienen remedio.
María Jesús.
25-I-2021
Muy acertada tu opinión sobre el idiota de Trump.Un desconsiderado en toda regla, no acabando de entender como hay ciudadanos que le han votado y son millones. Tan ignorantes o estúpidos son, que no son capacees de distinguir a un charal tan de tercera de un verdadero dirigente. Que pena de destrozos realizados en todos los ordenas durante sus cuatro años de mandato. Mejor olvidarlo para siempre. Tengo mucha confianza en el nuevo mandatario, pues se observa es una persona dialogante, tranquila, humana con los pies en el suelo. Adios al tramposo de Trump y bienvenido a Joe Biden.
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