¡Hola! Aquí estoy, a pesar de los calores, con el siguiente capítulo de Bella Luna. ¿Te apetece conocerlo?
XI UNA JAULA DE ORO
Protegido por el toldo verde, sentado en el carro que iba tirado por Blanca y por Negra, Ñoto, algo inquieto, tejía sus ideas y le resultaba más difícil que tejer las mimbres. “No debo contar la verdad a Tarri. La sirena de las dos Perlas puede perdonarme al entender que anda por medio la vida de una niña, pero revelar el secreto es harina de otro costal. Es verdad que ha sido preciso desprenderme de esa joya, pero No es menos cierto que nada me impide tener la boca con la cremallera echada. Tampoco puedo engañarla en todo. ¿Quién va a creer que esa casa me la han dado por la cara? ¿Cómo se puede justificar que después de pagar la casa me han sobrado los setecientos reales? Diré que el amo era un hombre solitario y ya moribundo, que me la vendió en el lecho de muerte por cuatro veces cien reales que los pensaba dejar a un vecino para los gastos del entierro. Estos cuatrocientos reales me los guardo en el lugar de la perla negra y Tarri ni los huele por muy lagarta que sea. Del fruto de la perla blanca sólo me quedan ya estos trescientos reales restantes. Se los entregaré a Tarri y con ellos va que vuela”.
En el corazón de Tarri no quedaba un hueco sin una alegría.
—Te guía la misma estrella que condujo a los Reyes Magos hasta Belén porque eres trabajador y no tienes más anhelo que colmar de bendiciones a Bella Luna. ¡En qué buena hora se ha pensado morir ese hombre! ¡Seguro que va derechito al cielo por sacar de apuros a los vivos! No es que me alegre pero ya era un cárcamo y no hay mal que por bien no venga. Con los trescientos reales sobrantes llenaremos los cuatro balcones de plantas artificiales, para que embellezcan la casa sin constipar a mi lucero del alba con las alergias. ¡Qué felicidad tener un palacio de verdad para mi princesa!
El mismo Ñoto trasladó a su familia en el carro desde Mimbres Blancas hasta la ciudad. Tarri tuvo que trabajar de lo lindo para que la casa del Sarampión brillara como el mismo sol. Las telarañas estaban pegadas como lapas a las rocas en las ventanas y en los muebles el polvo había escondido el color de la madera. Enceró y pulió los suelos de madera que estaban ásperos y tachonados de dibujos de suelas de zapatos. Sus manos se quedaron sin piel porque repitió la faena varias veces por si acaso alguna Polilla quedaba oculta en algún recoveco. No sonrió Bella Luna al entrar en la casa del Sarampión porque se sintió como una hormiga perdida en una gran hura de ratones. Su padre la cogió en volandas y la sacó a un balcón.
—¡Mira, Bella Luna! Hay cuatro balcones. Por el de adelante se ve el puente y el río; por el de detrás, los arrabales de toda la ciudad; por el de la derecha, las calles que conducen al centro, y por el de la izquierda se verían los vericuetos que comunican la ciudad con Mimbres Blancas si no estuvieran ocultos por los árboles. Es un delicioso espectáculo la panorámica que se ve a través de estos balcones.
Su madre la llevó en brazos hasta su cuarto.
—De hoy en adelante vas a dormir en cama como si ya fueras una mujercita. Esta que será tuya es tan grande como una plaza de toros y aunque des mil vueltas al ruedo no saldrás volando por los aires. ¡Qué a gusto vas a dormir aquí!
Los padres se ilusionaron proyectando el futuro de su hija. Ñoto soñaba en voz alta.
—Mis manos tejerán mimbres como si fueran máquinas para dejar a Bella Luna una herencia que le permita vivir de las rentas como vivió don Zenón.
Tarri no deseaba ser menos.
—Como Bella Luna es una princesa, en cuanto tenga edad de casarse, le busco un príncipe heredero que se enamore de ella y la haga reina.
Escuchó la conversación Bella Luna y se atrevió a alzar su voz.
—Aquí me siento cautiva como un jilguero entre las rejas de una jaula de oro y yo quiero ser libre como el viento y vivir como mis amigos de Mimbres Blancas.
Pero la llama de sus sueños fue apagada por el vendaval de ilusiones de sus padres.
María Jesús Sánchez Oliva.
Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.
“Garipil” (1995).
Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.
“Letanías” (1999).
Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.
“El rosario de los cuentos” (2003).
Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.
“Cartas de la Radio” (2007).
Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.
“Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).
Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.
“Los días perdidos” (2018).
Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.
Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:
garipil94@oliva04.e.telefonica.net
Estaré encantado de responderte.
Gracias por tu visita y hasta el próximo número.
Garipil.
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