Nuestra eñe
El español tiene una letra única para pronunciar el sonido peculiar de nuestra ñ, mientras que otras lenguas, para representar el mismo sonido requieren el concurso de dos letras.
La eñe es un salto cultural de una lengua romance que dejó atrás a las otras al expresar con una sola letra un sonido que en otras lenguas sigue expresándose con dos.
Para conocer cómo surgió esta icónica letra hay que retroceder a la Edad Media.
En latín, ni la letra ni el sonido correspondiente a la eñe existían. Pero a medida que el latín evolucionó y empezaron a surgir las lenguas románicas, como el castellano, el francés o el italiano, apareció este sonido nasal (el aire sale por la nariz) palatal (al pronunciarlo el dorso de la lengua se apoya contra el paladar) que identificamos como "eñe". Al no existir en el alfabeto latino, los escribas tuvieron que inventar formas de reproducir ese sonido en los textos de las lenguas romance.
Así, desde el siglo IX, los copistas empezaron a transcribir el sonido
de la eñe de tres formas diferentes:
1. Como una doble n (nn): canna (caña), anno (año), donna (doña)
2. Como un gn: lignu (leño), agnus (cordero)
3. Como "ni" seguido de una vocal: Hispania (España), vinia (viña)
Los escribas que optaban por usar la doble ene (o ene geminada)
empezaron a abreviar esta forma, dejando una sola ene y poniendo una
vírgula encima (el sombrerito tan característico de la ñ).
"Esto fue una solución para ahorrar pergamino y facilitar el duro
trabajo de los monjes escribanos. Es por eso que el uso de abreviaturas
era muy común en la época", José J. Gómez Asencio, catedrático de la
lengua española en la Universidad de Salamanca. Y es que los monjes eran prácticamente los únicos que sabían leer y
escribir en la Edad Media, por lo que la mayor parte de la cultura
antigua se transmitió a través de la labor de estos copistas.
En el siglo XIII, la reforma ortográfica del rey Alfonso X el Sabio, que buscaba establecer las primeras normas del
castellano, se decantó por la ñ como la opción preferente para reproducir ese sonido.
Durante el siglo XIV la eñe se extendió en su uso y Antonio de Nebrija
la incluyó en la gramática de 1492, la primera del castellano.
El español y el gallego optaron por la ñ (España) pero cada lengua
románica adoptó su propia solución gráfica para el sonido palatal nasal.
Así el italiano y el francés se quedaron con la gn(Espagne, Spagna)
El portugués con la nh (Espanha)
Y el catalán con la n seguida de y griega (Espanya)
Internet, enemigo de la ñ
El español es una de las lenguas más extendidas del mundo. Según las cifras del Instituto Cervantes, hay más de 500 millones de
hispanohablantes nativos en el mundo, lo que sitúa al español como la
segunda lengua materna más hablada del mundo, justo después del chino mandarín. A pesar de esto, la ñ encontró obstáculos en la era digital. En 1991, la entonces Comunidad Económica Europea propuso comercializar
teclados sin la letra ñ, una iniciativa rechazada por políticos e
intelectuales hispanohablantes, entre ellos Gabriel García Márquez.
¿Qué otras lenguas la utilizan?
Tanto la letra ñ como el sonido (o fonema) de la ñ no son exclusivas del español. En la Península Ibérica, el gallego y el asturiano usan esta letra. En América Latina muchas lenguas indígenas como el mixteco, el zapoteco, el otomí, el quechua, el aymara, el mapuche y el guaraní también cuentan con la eñe.
Pero, ¿cómo llegaron a incorporar esa letra tan castiza a sus abecedarios?
"Muchas lenguas amerindias no tenían escritura en el siglo XVI, cuando los españoles llegaron al continente. Las lenguas que tenían ese sonido fuerte, palatal y nasal, tomaron la ñ del español", le dice a BBC Mundo Julio Calvo, profesor de la Universidad de Valencia, en España.
De hecho, los sistemas de escritura de las lenguas indígenas fueron implementados en la mayoría de los casos por lingüistas del reino de España.
La letra y el fonema de la eñe no son exclusivos del español.
"Hubo una directiva que, para facilitar a los indígenas el manejo tanto de su lengua como del español, señalaba que debían seguir el sistema del español", le cuenta Klaus Zimmermann, catedrático de lingüística románica de la Universidad de Bremen, en Alemania, a BBC Mundo.
"Por un lado se puede decir que (la eñe) fue un préstamo del español y por otro que fue una imposición, ya que la directiva no fue decretada por los mismos indígenas sino por lingüistas o indígenas obedeciendo a un raciocinio pedagógico propuesto por la cultura y política hispana", dice Zimmermann.
Otras culturas que también tuvieron contacto con el español cuentan con la ñ, como el papamiento de Curazao, el tagalo y el chabacano de Filipinas, el bubi de Guinea Ecuatorial o el chamorro de Guam.
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