Periódico publicado en su blog cada fin de mes por María Jesús Sánchez Oliva “Premio Tiflos 1996 y 2013”. Secciones: Portada. La Vitrina (libros). Mesa camilla (opinión). Cajón de Sastre El Álbum de la Lengua La Butaca (noticias positivas). Carta a… Cosas de Garipil (espacio de María Jesús). Y ya que has venido, entra en mi mercadillo. http://palabrascatetas.blogspot.com/
sábado, 22 de diciembre de 2018
EL ÁLBUM DE LA LENGUA
TÍTULOS NOBILIARIOS
Se recomienda escribir con minúscula los nombres de títulos nobiliarios,
como marqués, duque, conde, barón, etc., ya que se trata de nombres comunes:
el marqués de Salamanca, el duque de Edimburgo, el conde de Aranda, el
vizconde de Tartas…
EMPLEO EXPRESIVO DE MAYÚSCULAS INICIALES
En ocasiones, el uso de la mayúscula se debe a propósitos expresivos, como
sucede en los casos siguientes:
En los títulos, cargos y nombres de dignidad, como Rey, Papa, Duque,
Presidente, Ministro, etc.
Estas palabras se escribirán siempre con minúscula cuando acompañen al
nombre propio de la persona o del lugar al que corresponden:
el rey Felipe IV,
el papa Juan Pablo II,
el presidente del Ecuador,
el ministro de Trabajo,
o estén usados en sentido genérico:
el papa, el rey y el duque están sujetos a morir, como lo está cualquier
otro hombre.
Sin embargo, pueden escribirse con mayúscula cuando no aparece expreso el
nombre propio de la persona o del lugar y, por el contexto, los consideramos
referidos a alguien a quien pretendemos destacar:
el Rey inaugurará la nueva biblioteca,
el Papa visitará tres países en su próximo viaje.
También es costumbre particular de las leyes, decretos y documentos
oficiales escribir con mayúscula las palabras de este tipo:
el Rey de España,
el Presidente del Gobierno,
el Secretario de Estado de Comercio.
En algunas palabras de escritos publicitarios, propagandísticos o de textos
afines. Este uso, destinado a destacar arbitrariamente determinadas
palabras, es idéntico al recurso opuesto, consistente en emplear las
minúsculas en lugares donde la norma exige el uso de mayúsculas.
En ningún caso deben extenderse estos empleos de intención expresiva de
mayúsculas o minúsculas a otros tipos de escritos.
Los títulos de Rey, Príncipe, Infante, Conde, Duque, Marqués y semejantes se
escriben con mayúscula, según la Academia, cuando designan personas
concretas, y con minúscula cuando están usados en sentido genérico:
fue recibido por el Rey,
los reyes mueren igual que los esclavos.
Pero esta regla no suele acatarse cuando el título va seguido de nombre
propio o de complemento. Así, suele verse impreso el zar Nicolás, la reina
de Inglaterra, la duquesa de Alba. Se exceptúan de esta costumbre los
títulos de los miembros de la familia reinante en España:
el Rey Don Juan Carlos,
el Príncipe Felipe. (Seco, Manuel: Diccionario de dudas).
TÍTULO NOBILIARIO AÑADIDO AL NOMBRE POR APOSICIÓN
Excmo. Sr. Don Javier Godó Muntañola, conde de Godó.
Don Íñigo III. Vélez de Guevara y Tassis, VII° conde de Oñate y conde de
Villamediana.
Juan de Borbón, conde de Barcelona.
Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda.
Pedro Rodríguez Campomanes, conde de Campomanes.
Su nombre verdadero se ignora. El conde de Lautréamont es pseudónimo.
Palacio del conde de la Vega del Sella.
Carlos Maria Isidro de Borbon, conde de Molina.
Gaspar de Guzmán, Conde de Olivares.
Xavier María de Munibe e Idiaquez, Conde de Peñaflorida.
Excmo. Sr. Don Martíi de Riquer i Morera, Conde de Casa Dávalos.
EL TÍTULO NOBILIARIO FORMA PARTE DEL NOMBRE PROPIO
El Conde de Montecristo.
El hostal Conde de Villanueva.
Colegio Parque Conde de Orgaz.
Casa del Conde de la Valenciana.
Casa del Conde de Pinofiel Hotel Antequera.
El Conde de Monte Cristo de Alejandro Dumas.
Gaspar María de Nava Álvarez (Castellón de la Plana, 1760-Madrid, 1815) es
más conocido literariamente por su título nobiliario, Conde de Noroña.
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