domingo, 1 de mayo de 2016

LA VITRINA

Agenda Cultural

        Una joya de la pintura
 
    Los fusilamientos del 3 de Mayo
    1814
    Lienzo. 2,66 x 3,45
    Museo del Prado, Madrid.

    El lienzo Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe
Pío de Madrid es uno de los más altos logros de la pintura española y,
probablemente, uno de los hitos también de la pintura universal. Sin duda, además de
sus excelencias artísticas, puede ser considerado uno de los cuadros
de temática histórica más dramáticos de toda la historia del arte.
    La intensa pasión que inspira la composición consiguió que este lienzo
de Goya fuese más que un recordatorio de un hecho concreto, y mucho
más también queuna simple arenga o un manifiesto fruto del fervor patriótico del
autor. El pintor, llevado por la intensidad dramática de los hechos
que narra, supo expresaren toda su violencia, aunque con sobriedad y eficacia extremas, la crueldad inexorable del hombre para el hombre y a la vez su exasperado
y rebelde deseo de libertad.
    Pero el acierto de la obra no radica sólo en su significación, sino
también en su extraordinario sentido de la anticipación. En ella, Goya
supo destilar lo más personal de su técnica, que desemboca en un lenguaje plástico
de fuerza desconocida hasta el momento y abre las puertas (aún a
principios del siglo XIX) al expresionismo más actual.
    Se sabe que Goya observó estos cruentos episodios desde su quinta y
que tomó apuntes la misma noche en que acontecieron los hechos, de
donde proviene el extraordinario realismo de su pintura y su profunda sinceridad. Así lo
testimonió su criado Isidro, que dejó para la posteridad una curiosa
narración de los hechos, a la vez emotiva y vibrante: "Desde esta misma ventana vio
mi amo los fusilamientos con un catalejo en la mano derecha y untrabuco cargado con un puñado de balas en la izquierda. Si llegan a venir los
franceses por aquí, mi amo y yo somos otros Daoiz y Velarde."
    Isidro contó también que al acercarse la media noche Goya le ordenó
que cogiese el trabuco y le siguiese: "Fuimos a la montaña del
Príncipe Pío, donde aún estaban insepultos los pobres fusilados. Era noche de luna, pero como el cielo estaba lleno de negros nubarrones tan pronto hacía claro como
oscuro. Los pelos se me pusieron de punta cuando vi que mi amo, con el trabuco en
una mano y la cartera en la otra, me guiaba hacia los muertos (...).
Luego, sentándonos en un ribazo, a cuyo pie estaban los muertos, mi amo abrió su cartera, la colocó sobre sus rodillas y esperó a que la luna atravesase un
nubarrón que la ocultaba. Bajo el ribazo revoloteaba, gruñía y jadeaba algo (...),
pero mi amo seguía tan tranquilo preparando su lápiz y su cartón. Al
fin la luna alumbró como si fuera de día. En medio de charcos de sangre vimos unaporción de cadáveres, unos boca abajo, otros boca arriba, éste en la postura
del que estando arrodillado besa la tierra, aquel con la mano levantada."
    La solución pictórica plasmada en este lienzo traduce un auténtico
dramatismo, que parece, sin duda, captado directamente de la realidad.
Contemplando la pintura resulta pues creíble la narración de Isidro, el criado. Goya
presenció, probablemente, los trágicos acontecimientos que recogen sus
pinceles y tomó apuntes en el mismo escenario donde tuvieron lugar los fusilamientos.
    En el lienzo, los soldados encargados de la ejecución aparecen como
autómatas despersonalizados, sin rostros y en perfecta y disciplinada
formación. Las víctimas, por su parte, constituyen un agitado y desgarrador grupo,
cuyos rostros expresan el horror. Los cuerpos de los muertos se
encuentran amontonados, en retorcido escorzo, sobre el suelo ensangrentado. Un enorme farol ilumina violentamente una figura arrodillada, vestida con camisa
blanca y con los brazos alzados, que está a punto de ser fusilada y que es el principal punto de atención del cuadro. Detrás de esta figura otros personajes
presencian el drama; unos se tapan los oídos para no oír los disparos, otros esconden el
rostro entre las manos para no presenciar el horror.
    La escena tiene por fondo una montaña desolada, tras la cual se erige
la silueta tenebrosa de Madrid. El grupo de los soldados, convertidos
en verdugos, cumple su cometido sin saña, con la fría precisión de una inexorable
máquina de matar, pero la anodina y uniforme hilera que conforman
encarna con una crudeza desgarradora todo lo oscuro y cruel de la condición humana.

        Los libros de este mes

    Título: El largo camino a casa.
    Autora: Danielle Steel.
    Reseña: Con apenas siete años, Gabriella sabe que es culpable de algo porque así se lo han dicho. Por eso su irascible madre la somete a terribles castigos y malos tratos. También sabe que su padre es incapaz de protegerla. Al abandonarla su madre en un convento, crecerá al amparo del afecto de las monjas, pero el amor prohibido que le despierta un joven sacerdote provocará otro dramático cambio en su vida. Tendrá que salir entonces al mundo real para enfrentarse a sus duros retos... Danielle Steel retrata la odisea de una niña maltratada que, una vez convertida en mujer, tiene valor para liberarse del pasado    y tomar las riendas de su propio destino.
    Título: La maestra republicana.
    Autora: Elena Moya.
    Reseña:  El alcalde del castellonense pueblo de Morella planea la venta de la antigua escuela por una cantidad astronómica de dinero, para lo cual no dudará en contemplar ofertas que la convertirían en casino o centro privado de élite.
    Con lo que no contará el alcalde es con la oposición y el tesón de Valli Querol, octogenaria maestra republicana, que hará todo lo posible por evitar que su escuela pase a ser tratada como objeto de cambio por el mero interés económico de los políticos.
    La maestra republicana es el magnífico relato de una mujer que lucha por conservar la dignidad de su propio pasado, pero también es una metáfora de nuestro tiempo, de la corrupción política, de la falta de justicia, de la desesperanza social en la que vivimos y de cómo un espíritu luchador puede derrotar a todo lo demás.
     Título: Los recuerdos.
     Autor: Foenkinos, David.
     Reseña: Cuando su abuelo muere, el joven narrador se da cuenta de la cantidad de cosas que no ha compartido con él. Decide entonces aprovechar al máximo el tiempo con su abuela. La visita a menudo y consigue espantar su soledad y hacerla reír. Pero un día, como si de una adolescente se tratara, la abuela se fuga de la residencia en la que vive.  El narrador parte en su búsqueda y acabará uniéndose a ella en esa huida hacia la felicidad.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, muy interesante todo lo que escribes, los libros que recomiendas procuro encontrarlos, saludos Nardo.

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