domingo, 30 de marzo de 2025

LA BUTACA

El origen del menú del día: una medida franquista obligatoria hasta hace pocos años. 3-III-2025 Da igual en qué punto de España nos encontremos, porque cuando salimos a buscar algún sitio para comer, siempre vamos a encontrar algún cartel de 'menú del día' como un indicativo de que ahí se come bueno, bonito y barato. O al menos hasta hace unos años. Un primero, un segundo, café o postre, pan, agua y vino. ¿Quién no ha salido un día cualquiera por exigencias del guion a comer un menú del día al restaurante más cercano? Aunque siempre se trata de una opción más barata que comer a la carta, lo cierto es que en los últimos años el precio del menú del día no ha parado de incrementar -como el precio de todo, básicamente-, siendo algunas ciudades como Madrid o Barcelona donde más hay que rascarse el bolsillo alcanzando ya en 2022 los 14 euros, según Hostelería de España. Aunque siempre hemos concebido el menú del día como una solución para disfrutar de comida casera sin más parafernalia que ha supuesto una opción perfecta para todos aquellos trabajadores que en el día a día salen a comer fuera, cada vez podemos encontrar más opciones de menú del día en restaurantes más sofisticados que nos ofrecen una muestra de su cocina de una manera mucho más económica. El menú del día nació durante el franquismo: Como nos ocurre con todas las cosas cotidianas, rara vez nos preguntamos cuál es el origen, y aunque a día de hoy el menú del día continúa siendo uno de los grandes éxitos de la hostelería española, lo cierto es que para encontrar su origen nos tenemos que remontar a 1965. Todo comenzó en 1965 cuando Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo -entre 1962 y 1969-, llevó a cabo una serie de medidas de promoción con el objetivo de atraer turistas a las ciudades españolas. Cualquier local que sirviera comidas y bebidas debía ofrecer un menú turístico con un precio fijo. En 1970 este 'menú turístico' cambió su nombre por 'menú del día', y no fue hasta 1981 que pasó a llamarse 'menú de la casa'. Con esta nueva denominación también cambiaba algún matiz, y es que ya no era obligatorio para todos los restaurantes, quedando los de primera y los de lujo exentos de esta obligatoriedad. En cuanto a los precios, cuando se creó el menú turístico, el importe rondaba las 50 pesetas en los restaurantes más humildes y las 250 pesetas en los restaurantes más gastronómicos. Aunque en un principio se trataba de una medida obligatoria, en 2010 se llevó a cabo una revisión de las leyes turísticas donde a partir de la fecha las comunidades autónomas tenían libertad para desarrollar sus propias competencias y el menú del día dejó de ser obligatorio y pasó a ser algo opcional. Enviado desde su sección en 30 días para la Butaca por Garipil.

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