¡Hola! Sigo con las anécdotas recogidas en el libro Humor a ciegas. Hoy le toca el turno a la octava.
¿A santo de qué tengo que besarlo?
Aquel domingo de mayo, en compañía de tres amigas, subió Rosa a la ermita
donde se veneraba la patrona de aquella ciudad. La Virgen de la... era algo
intocable hasta para los más ateos de aquella tierra. Rosa, que no veía nada y
que había llegado allí por razones de trabajo, hizo propias sus costumbres,
quizás por eso logró integrarse en todos los círculos con absoluta naturalidad.
Eso tenía sus ventajas, pero también algún inconveniente: sus amistades solían
olvidar que era ciega y en más de una ocasión la metieron en una encrucijada.
Aquella tarde entraron en la ermita. Era imposible clavar un alfiler en el
suelo. Se dividieron en dos grupos y la Virgen sabrá por qué Elisa y Rosa
acabaron sentadas en un banco de las primeras filas. Parecía que seguían la
misa sin perderse un amén. Pero los pensamientos de Rosa volaban por otros
cielos, ni siquiera reparó en la voz del oficiante, y eso que más que una
homilía les brindó todo un sermón.
La bendición hizo caer a Rosa de las nubes y del brazo de su amiga intentó
alcanzar la calle. Elisa se detuvo en el pasillo central y ella la imitó. "Hace
bien en esperar a que salgan los demás", pensó Rosa para sí, pero corría el
reloj y aquellos pies no se movían. De repente apareció un hombre entrado en
años, poquita cosa, acosado por la gente y Elisa inclinó la cabeza. Rosa no le
dio importancia, era un gesto de lo más natural y además estaba soñando con el
cigarrillo que encendería en cuanto saliera de aquel laberinto.
—Besa, besa —le dijo Elisa metiéndole prisa para no hacer cola.
La dejó de un aire. ¿Por qué diablos tenía que besar ella a aquel hombre
que había llegado allí como salido de las llamas de las velas sin permiso y sin
misión? A buen seguro con el barullo no había entendido a Elisa y antes de
pecar de atrevida prefirió pecar de imbécil.
El hombre se cansó de esperar el beso y alzó la cabeza como para que su
voz llegara al oído de Elisa, que era medio metro más alta que él.
—¡Dios mío! ¿También es sorda?
—¿Sorda? ¡De sorda nada, señor! ¿A santo de qué tengo que besarlo yo a usted?
—le espetó Rosa sacudida por un ramalazo de genio y olvidando que estaba en la
ermita.
Se hizo un silencio de ésos que abren camino para que pase un ángel. Pasó
el ángel y Elisa echó a correr empujada por un ataque de risa, dejándola frente
a aquel hombre que debió soñar con meterse en la llama de las velas. Una mujer
vio la mano alzada en el aire inútilmente y tirando de su hijo se coló por la
derecha:
—Vamos, mi amor, besa el anillo del señor obispo.
Y ella, parapetada por la madre y el hijo, sintiendo que en su cara se
encendían mil bombillas rojas, muerta de ridículo, huyó de allí como alma que
lleva el diablo.
Ya en la explanada encontró a sus amigas la mar de divertidas con su
Despiste, y como a lo hecho pecho, se sumó a ellas para vencer el soponcio.
María Jesús Sánchez Oliva
Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.
“Garipil” (1995).
Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.
“Letanías” (1999).
Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.
“El rosario de los cuentos” (2003).
Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.
“Cartas de la Radio” (2007).
Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc., y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.
“Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)” (2014).
Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás y los papás disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.
“Los días perdidos” (2018).
Reseña: En esta novela se narra la historia de Ara, una mujer que de forma inesperada tiene que enfrentarse a una ruptura matrimonial. El impacto la lleva a recluirse en su ático de soltera. Tras varios años de aislamiento, al salir de casa una mañana, la avería del ascensor la obliga a bajar andando todas las plantas del edificio. En cada planta se encuentra con una mujer que le cuenta su historia. Son mujeres muy distintas unas de otras, pero todas, por distintas razones, han perdido muchos días de su vida. Ya en la planta baja se encuentra con Daniel, el único vecino del edificio que también ha perdido muchos días inútilmente, y de forma espontánea los dos deciden no perder ni uno más. Primer “Premio Tiflos” 2013.
Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:
garipil94@oliva04.e.telefonica.net
Estaré encantado de responderte.
Gracias por tu visita y hasta el próximo número.
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