lunes, 30 de octubre de 2017

CAJÓN DE SASTRE

Husos horarios
 
    En geografía, huso horario es cada una de las veinticuatro áreas en que se divide la Tierra, siguiendo la misma definición de tiempo cronométrico.
     Se llaman así porque tienen forma de huso de hilar, y están centrados en meridianos de una longitud que es un múltiplo de 15°. El resultado es consecuencia de dividir los 360 grados de la esfera terrestre por las 24 horas del día.
     Anteriormente, se usaba el tiempo solar aparente, con lo que la diferencia de hora entre una ciudad y otra era de unos pocos minutos en el caso de que las ciudades comparadas no se encontraran sobre un mismo meridiano.
     El empleo de los husos horarios corrigió el problema parcialmente, al sincronizar los relojes de una región al mismo tiempo solar medio.
     Todos los husos horarios se definen en relación con el denominado tiempo universal coordinado (UTC), huso horario centrado sobre el meridiano de Greenwich (también conocido como meridiano cero), que recibe ese nombre por pasar por el Real Observatorio de Greenwich, en el Gran Londres.
     Puesto que la Tierra gira de oeste a este, al pasar de un huso horario a otro en dirección este, hay que sumar una hora. Por el contrario, al pasar de este a oeste hay que restar una hora.
     El meridiano de 180°, conocido como línea internacional de cambio de fecha, marca el cambio de día.

          Cambio de horarios

     El tiempo es la magnitud física: mide la duración o separación de las cosas sujetas a cambio, esto es, el período que transcurre entre dos eventos consecutivos que se miden de un pasado hacia un futuro, pasando por el presente.
     Para medir el tiempo, entre otras cosas usamos las horas, en donde cada una de ellas se corresponde con la veinticuatroava parte de un día solar medio. 
 
          La historia en España
 
     Hasta el primer día del siglo XX, es decir, el 1 de enero de 1901, la hora civil oficial era la referente al Meridiano de Madrid, es decir la que se medía en este meridiano (situado a 3º 41' O). Aun así, cada provincia tenía una hora local diferente, dependiendo de la coordenada de longitud local. Así, en Galicia tenían una hora civil local diferente a la de las Islas Baleares, que distan unos 13 grados de circunferencia terrestre, eso es, que un gallego verá salir el Sol por la mañana más de 50 minutos más tarde que un balear.
     Justo con el inicio de ese nuevo siglo XX, se fija para todo el territorio español la hora del Meridiano de Greenwich, también llamada GMT (Greenwich Meridian Time) o TU (Tiempo Universal). No es hasta casi dos décadas después, cuando el 15 de abril de 1918, se introduce el concepto DST o Daylight Saving Time, llamado comunmente "horario de verano", y que es la convención por la que se adelantan los relojes para que las tardes tengan más luz diurna y las mañanas menos. 
     Con este cambio en los meses de verano tenía que adelantarse el reloj 1 hora, es decir, sumarle una hora al GMT o TU, con lo que al ser por ejemplo las 15 horas del Meridiano de Greenwich, en España serían las 16 horas. Este cambio se realiza actualmente en marzo y en Octubre de cada año.
     Un cambio también importante fue el del 16 de marzo de 1940, en donde exactamente a las 23:00 horas se realiza un cambio muy importante en España. Adoptamos la hora oficial como la del Meridiano 15º Este, es decir, el Tiempo Universal o GMT sumándole una hora. De esa forma, y siguiendo con la aplicación del "horario de verano", España tendría que adelantar una hora su reloj en horario de invierno respecto al GMT, y 2 horas en horario de verano, que es como hasta la actualidad se ha venido haciendo.
 
          Curiosidades históricas
 
     Lo explicado hasta aquí podría señalarse como generalidades del cambio de hora y el horario que ha tenido España a lo largo del tiempo pero existen muchas curiosidades y excepciones a esta regla general.
     Los años 1920, 1921, 1922, 1923, 1925 y del 1930 al 1936 no se realizó cambio alguno en el horario. Durante la Guerra Civil Española, además del caos que se vivió entonces, los relojes también tuvieron bastante ajetreo. Existían diferentes cambios para la Zona Republicana o para la Zona Nacional. Así por ejemplo, en 1938, los republicanos sumaron 1 hora al TU el 2 de abril, luego 28 días más tarde, le sumaron otra hora más, mientras que la Zona Nacional, lo hizo el 26 de marzo. Imaginemos la locura que conllevaba pasar de un bando a otro, o realizar encuentros en distintas zonas del país.
     También es curioso citar el caso del fin de la guerra, ya que la Zona Republicana empezó el año con 1 hora de adelanto respecto al TU, que volvió a recuperar el 1 de abril, cuando terminó oficialmente la Guerra Civil.
     Los años 1941, 1947, 1948 y el período entre 1950 y 1973 tampoco tuvieron cambio de horario de verano. Hasta 1981 no se aplicó como directiva y fue entonces cuando el cambio se realizaba a las 2h de la madrugada para retrasarlo y a las 3h de la madrugada para adelantarlo. Además fue a partir de este año cuando se fijó realizar el cambio siempre el último Domingo de marzo y el último Domingo de septiembre, ya que anteriormente había sido en meses tan dispares como marzo, abril o mayo para el adelanto, o septiembre y octubre para el retraso.
     Hasta hace muy poco fue así, ya que en 1996 se volvió a cambiar esta directiva, aunque sólo se modificó la fecha de retraso de reloj, que pasó de ser el último Domingo de octubre, en lugar del de septiembre, que es la forma actual del horario de verano en España
     Como se puede apreciar la historia ha estado plagada de cambios tanto en la hora, cuando se cambia, el día o el mes, dependiendo de los cambios a veces políticos que ha ido sufriendo el país.

          ¿Pero por qué se hace el cambio de horario de verano ?
 
     El horario de verano fue ideado por primera vez por Benjamin Franklin. 
Propuso atrasar una hora los relojes durante el periodo estival para 
mejorar el aprovechamiento diurno de la luz natural. Sin embargo, cuando 
se empezó a popularizar fue en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, con objeto de ahorrar carbón.
     Luego fue el constructor inglés William Willett en 1905 quien concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. Muy aficionado al golf le disgustaba acortar su recorrido en el crepúsculo.
     Dos años más tarde publicó su propuesta, pero su idea no se aplicó inmediatamente. Alemania, sus aliados, y otras zonas ocupadas fueron los primeros países europeos en emplear el horario de verano, que se aplicó por primera vez el 30 de abril de 1916. Muchos países beligerantes y neutrales de Europa les siguieron (como España), pero Rusia y otros países esperaron al año siguiente, y los Estados Unidos no lo hicieron hasta 1918. Desde entonces y como se ha especificado anteriormente, se han producido muchas propuestas, ajustes y revocaciones.
 
          Curiosidades del cambio de hora en el mundo

     Los países que usan el DST (Daylight Saving Time o cambio de hora) son principalmente los del Hemisferio Norte del planeta.
     Se comenzó a generalizar por todo el mundo realmente con la primera crisis del petróleo a nivel mundial, en 1974, ya que adelantando los relojes se podía aprovechar mejor la luz del sol y así se consumía menos electricidad en la iluminación.
Portugal, aunque con la misma longitud terrestre que Galicia, tiene el horario del Meridiano de Greenwich, y España que está en la misma longitud que Inglaterra (donde está Greenwich) tiene diferente horario. Prácticamente Europa Occidental tiene TU+1, y Europa del Este TU+2.
 
         Cambio de hora en España desde 1974
 
     En España, esta medida se aplica desde 1974, a raíz de la primera crisis 
del petróleo).
     Aunque después, la Unión Europea ha unificado las fechas en que todos 
sus países miembros deben realizar el cambio. La directiva 2000/84 
estableció con carácter permanente las fechas de inicio del horario de 
verano (cuando se debe adelantar el reloj una hora) y del horario de 
invierno (cuando toca atrasar el reloj sesenta minutos).
     Se hace dos veces al año: el último domingo de octubre y el último domingo de marzo.
     La medida, cuya finalidad es ahorrar energía, suscitó controversia -que 
se repite cada año- desde el mismo momento en que se decidió su 
implantación. Cuenta con defensores, que subrayan el ahorro y los 
beneficios de adelantar una hora en verano para diversos ámbitos como el 
comercio, el ocio... Pero también tiene detractores, que no consideran 
tan necesario (o incluso contraproducente en algunos aspectos) estar 
"moviendo el reloj" dos veces por año.
 
     Ventajas del cambio horario de verano
 
     Aunque el adelanto de una hora se hace a finales de marzo, es en el 
intervalo entre mayo y septiembre, sobre todo, cuando sin el cambio de 
horario se desaprovecharían horas de luz. En principio, si se trasladan 
esas horas de luz hacia la tarde, coincide con el tiempo en el que hay 
más actividad -en el trabajo, en casa o en la calle- y se puede 
aprovechar. Pueden enumerarse varios aspectos en los que se observan las 
ventajas del cambio horario:
 
1. Ahorro energético:
Adecuar la hora para aprovechar más la luz reduce la necesidad de 
utilizar iluminación artificial. Para un país como España, el cambio de 
hora puede significar un ahorro de hasta el 5% del consumo eléctrico en 
iluminación, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y 
Ahorro de la Energía (IDAE). Ese 5% equivale, en términos absolutos, a 
un ahorro de unos 300 millones de euros.
 
2. Ecología:
Algunas voces ecologistas argumentan que este menor consumo de energía 
repercute también en una menor contaminación ambiental.
 
3. Seguridad vial:
Añadir horas de luz durante las horas en que más se coge el coche puede 
ayudar a disminuir los accidentes de tráfico.
 
4. Comercio:
El horario de verano favorece al comercio y a los negocios relacionados 
con la hostelería. El hecho de que haya más luz tiene un componente 
psicológico elevado: a la mayor parte de las personas les gusta más 
salir a la calle cuando es de día que por la noche. Con más luz la gente 
se anima a no quedarse en casa y, además, no anochece hasta después de 
haberse cerrado las tiendas.
 
5. Ocio:
Salir al parque con los niños, hacer deporte, quedar con amigos... La 
luz hasta más tarde también hace más apetecible cualquiera de estas 
actividades relacionadas con el tiempo libre.
 
6. Salud:
Un informe realizado por la consultora neerlandesa Research Voor Beleid 
señala que la existencia de más horas de luz reduce el estrés, ya que la 
gente tiene más tiempo para realizar actividades al aire libre, se 
siente más segura al volver a casa con luz diurna o puede beneficiarse 
de los efectos positivos de la exposición al sol, como la asimilación de 
vitamina D.
 
          Inconvenientes de cambiar la hora
 
     A pesar de las ventajas, hay personas en desacuerdo con el cambio horario.
Desde quienes sostienen su inutilidad hasta sus detractores, cuyas razones para disentir de los cambios de hora bianuales se resumen en las siguientes:
 
1. ¿Ahorro de electricidad?:
El cambio de hora puede favorecer la aparición de picos de demanda de 
electricidad, con lo que los costes aumentan. El ahorro pretendido, 
entonces, no sería tan grande. Además, entre la comunidad científica se 
extiende la idea de que el ahorro energético que se pueda tener en 
determinadas horas se incrementa en otras.
También, para que se ahorre en realidad, se debería llevar a cabo un 
comportamiento responsable, tanto en las casas (prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria) como en empresas e industrias.
 
2. Aumento del uso de aire acondicionado:
Al haber más horas de luz por la tarde (cuando más calor hace), se consume más aire acondicionado y también se gasta más. Además, se perjudica al medio ambiente.
 
3. Trastornos en la salud:
El cambio de hora puede dificultar la percepción del tiempo y afecta, según los expertos, al reloj biológico.
Puede provocar trastornos en el sueño, sobre todo en niños y ancianos. Además, quienes padecen migrañas 
y jaquecas se ven también afectados y, entre la población sana, las 
personas de conducta diurna tienen mayores problemas de adaptación.
 
4. Agricultura:
Puede ocasionar problemas a la agricultura y a otras ocupaciones que dependen del tiempo de exposición a la luz solar.

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